Capítulo 3

22 de Mayo del 2018

Las cosas paranormales sucedieron dos días después de tener esa extraña conversación con él. Al principio no fueron la gran cosa, se oían pasos y murmuros cuando caminaba, como si alguien me susurrara al oído.

Creí que eso sería todo, que equivocada estaba. Las noches poco a poco fueron más aterradoras. Las cosas empezaron a caerse contra el suelo. Y los pasos cada vez se oían más cerca de mí. Cuando hacía los deberes sentía como si alguien respirara en mi nuca, erizando con cada inhalada mis vellos.

Varias veces pasó lo mismo, y no lograba acostumbrarme a eso.

Cada vez estaba más paranoica e histérica. Cada sonido llama mi atención con rapidez, y con miedo iba hacia otra dirección que no fuera de donde provenía ese sonido.

Y fingía que no había pasado nada.

Hasta que una vez cuando estaba haciendo deberes no pude fingir que no era real. Eran por las diez de la noche cuando los sonidos empezaron, para evitar oírlos me coloque los audífonos, solo que esta vez, no contaba con que no me dejaría en paz.

Sentí la respiración en mi nuca y aun con mi mano temblando no voltee, y seguí haciendo mi deber. Trate de tararear la canción que sonaba pero mi miedo era tal que en cada letra tartamudeaba.

Entonces, se alejó. Eso me tranquilizo, al menos momentáneamente. 

Suspire creyendo que ya todo acabo, pero mi suspiro paso rápidamente a jadeo e incluso luego a aguantar la respiración.

El hielo recorrió mis venas y mis pulmones dejaron de recibir aire. Mi mano que estaba estirada para dejar el lápiz estaba siendo retenida por una mano. No pude controlar mi cuerpo y este empezó a temblar, aquella cosa se rio de manera baja en mi oído.

Cerré los ojos con fuerza no queriendo ver nada. No tenía el interés y menos la valentía para hacerlo.

-No puedes huir siempre...-murmuró-las mentiras caen más rápido de lo que crees.

Su voz era escalofriante, ronca y escupía cada palabra con rabia. Temblé cuando sentí que rozaba mi cara. Luego escuche como con pasos lentos se iba de mi habitación.

Ahí me derrumbe entre lágrimas de miedo.

***

28 de Mayo del 2018

Los días pasaron, tal vez una semana.

Y ella no volvió.

Parecía que se había esfumado y dejado en paz. Empecé a recuperar las horas de sueño y a evitar toparme con ese chico tan extraño. Poco a poco recuperaba mi vida, y lo que hace días me había estado atormentado, parecía solo haber sido una extraña pesadilla.

Lástima que el empezó a buscarme.

Volvía del colegio cuando note a lo lejos al chico extraño. Conversaba con alguien y gruñía molesto, no entendí que decía. Mis audífonos no me permitían oír nada, así que me los saque.

Pero como si sintiera mi mirada, volteó. Se quedó quieto al verme y luego de unos segundos reacciono y se acercó a mí dando pasos largos. Fruncí el ceño y retrocedí sin querer que se me acerque.

Cuando él lo hizo empezaron los sucesos extraños.

Su mano cogió mi brazo evitando que me aleje y me atrajo hacia él. Sus ojos parecían querer perforar los míos pero no me deje intimidar y le sostuve la mirada. Al final él fue quien la bajo.

-¿Cómo has estado?-preguntó en un murmuro.

-Bien-respondí de manera cortante.

-Qué bueno.

-Si...-murmure incomoda.

Soltó mi brazo y retrocedió un poco, me abrace tratando de controlar mis nervios. Su tacto había desatado adrenalina en mi cuerpo.

-Tengo que irme-dije al no dejar de sentir el nudo en mi estómago.

-No bajes la guardia-murmuró cuando pase a su lado, obligando a detenerme-no lo hagas

-¿Qué?

-Ella no te hecho nada ¿verdad?

Entrecerré los ojos viéndolo con desconfianza ¿Cómo diablos el sabia eso?

-Solo...ten cuidado-murmuro alejándose-A veces hay ausencias que deben dar miedo.

-¿De qué hablas?-lo retuve

-Búscame cuando no puedas dormir.

Fue lo último que me dijo antes de zafarse de mi agarre y alejarse para perderse entre la marea de estudiantes.