¡mírame, Jhen!

Capítulo 5

10 de Junio del 2018

 

-Jhen...Jhen, Jhen, cariño despierta-se rio-Abre los ojos. Mírame, mírame.

Negué cerrando con más fuerza los ojos, no queriendo ver nada. No era real, no lo era. La voz cada vez repetía ese nombre con más fuerza y con tono más irritado.

-¡Jhen!-chilló el espectro-¡Abre los ojos!

Jadee sintiendo las lágrimas caer por mi rostro, no quería ver su rostro. Por alguna razón me daba miedo volver a hacerlo. Me moví de lado a lado tratando de tapar mis oídos y dejar de oír sus lamentos, pero estos no parecían que alguna vez cesarían.

-¡Para!-solloce-por favor, para.

Como si me hubiese oído y tenido compasión por mí, dejo de llorar. Poco a poco empecé a respirar más normal y tranquilizarme. No era real, era un sueño.

Al menos eso creí.

Hasta que sentí como a mi lado mi colchón se hundía. Mi respiración se atascó mientras mis latidos se descontrolaron. Vi por el reflejo de la luna como una mano se acercaba hacia mí. Apreté los labios ahogando un chillido de terror.

Cada vez estaba más cerca.

Su mano iba a agarrar la cobija con la que me tapaba así que en un impulso, me senté estirando los brazos con la intención de taparla con la cobija. No resulto bien, una mano agarro mi movimiento confirmando que esto era real.

Y como si fuera poco, el terror no dejo de crecer en mí. La maldita manta estaba tapando a alguien. Al frente mío estaba aquel espectro tapado por mi cobija.

La respiración me fallo y jadee, después de eso vi todo negro.

 

***

 

A la mañana siguiente desperté bañada en sudor y con los ojos irritados. No recordaba mucho de aquel sueño, más bien no quería hacerlo.

Hace dos semanas mi vida se estaba volviendo una pesadilla. Y aquellos sueños no hacían más que crecer y extenderse. Dándome poco a poco menos horas de sueño y más intranquilidad.

Pero ese día ya no pude más. Nunca había pasado de ser sueños pero ayer, ella estuvo ahí. Toco mi mano, y no era un sueño. Estaba aterrada así que apenas entre al colegio lo busque por todas partes, sin embargo no lo encontré. En recreo recorrí los pasillos como loca pero no asomaba. En hora de salida, era mi última opción de poder encontrarlo.

Salí antes que todos los estudiantes y deambule por los pasillos buscándolo. Pero parecía que se lo había tragado la tierra. Me empecé a exasperar y sin darme cuenta, lágrimas se formaron en mis ojos.

Solo quería volver el tiempo y quedarme en mi típica vida. Ahora ni siquiera saluda a Jackson porque tenía miedo de que me mirara extraño como el resto del colegio.

Me senté en las gradas de un pasillo y me quede ahí un buen tiempo. No sé qué había hecho, pero definitivamente lo estaba pagando de una manera cara. Una mano se posó en mi hombro y por un momento temí haberme quedado dormida y estar en un sueño.

-¿Estas bien?-pregunto la voz que había ansiado escuchar.

-No-susurre con voz ronca-No entiendo que está pasando.

-¿Quieres hablar?-preguntó suavemente.

Asentí sin decir nada más y su mano cogió la mía guiándome por los pasillos para salir del colegio. Caminamos un buen rato, nadie dijo nada. Yo estaba perdida en mis pensamientos y supongo que el en los suyos.

Nos detuvimos en una casa algo abandonada. Espere sentir miedo, algún escalofrió inusual pero no sentí nada. Solo que de cierta manera...esto se me hacía familiar.

Como si antes hubiese estado aquí.

-Espérame aquí-dijo y se alejó, asustada cogí su mano reteniéndolo-tranquila.

-T-tengo miedo-susurre

Sus ojos me miraron fijamente y sentí como los míos se humedecían. Parpadeó un poco y su mirada, por primera vez se suavizo. Suspiro y acerco su mano a mi cara. Lo observe en silencio y cuando su mano estaba por rozar mi rostro, se arrepintió y la puso en mi hombro dando un pequeño apretón para darme confianza.

-Todo estará bien, solo debo hacer algo antes.

Mire sus ojos fijamente. Suspire tratando de calmarme. Él no me dejaría y por raro que sonase, algo me lo decía en mi interior.

-Está bien

Miró mi mano y entendí su indirecta, la solté despacio y él se adentró a la casa. Oí murmullos y me acerque al sentir curiosidad por lo que decían. Sin embargo apenas puse mi oreja en la puerta, ella apareció.

Malditasea. 

Abrí los ojos asustada al verla de frente a frente por primera vez. Esto no es un sueño, es lo único que se me cruzo por la mente.

-¡Aléjate de aquí!-gritó embravecida.

Fue el único aviso que recibí antes de ser lanzada por el aire metros hacia atrás de esa casa. Solté un grito de terror y gemí de dolor cuando caí con fuerza contra el suelo.

-Maldita sea-murmure al tocar mi cabeza y ver sangre en mi mano.




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