CAPITULO 10

Ana:
El día de hoy iré a platicar solo un poco con bruno unas horas antes de que le hagan el juicio. Pero primero le marcare a uno de sus hermanos, edward. 

–Alo?—contesta edward.
–Hola edward, que tal como estas?—pregunto alegremente.
–Oh eres tu, hola ana yo estoy muy bien y tu? —pregunta entusiasmado.
–Excelente, te noto algo feliz, puedo saber la razón?.—pregunto.
–Es que hace un rato visite a mi hermano bruno en la cárcel, le llevé su comida favorita, costillas y le pague al vigilante para que me dejara comer con el y si me dejo.—dice feliz.
–Que increíble que haya ido a visitar a tu hermano, y tus otros hermanos también fueron contigo?, solo por curiosidad.—dije sonriendo 
–No ellos no fueron, lucas y Frank salieron por la mañana y yo aproveche para ir a ver a mi hermano y ya sabe imprimir las fotografías que usted me pido.—dice.
–Oh perfecto, y ya las tiene?.—dice.
–Así es, de echo justo cuando me llamo yo estaba apunto de hacerlo también, pero pues si usted me gano, y queria irselas a dejar a su oficina.—dice con una risita ronca.
–Ahh muy bien, entonces si, venga a la oficina y traigamos las fotografías en un sobre y las chocamos y yo le muestro lo que yo descubrí sobre su hermano bruno y sobre ustedes, que le parece señor cappelletti mancini?—dije sonriendo.
–Me parece perfecto, entonces en su oficina señorita mallers?—pregunta coqueto.
–En mi oficina señor Mancini.—dije coqueta también.
–Perfecto ahi estaré, hasta luego.–dice.
–Hasta luego señor.—dije y después colgué. 

Me bañe y me aliste me puse un vestido blanco ya que hoy quería ir un poco formal al trabajo, me puse unos aretes circulares (arracadas) y me maquille un poco, al igual que me hize una coleta con dos mechones sueltos y después tome mi bolso para salir en mi auto.
Al llegar al trabajo sofia me siguió mientras me daba unas carpetas. 

–Que es esto?—pregunte tomando las carpetas, mientras habría mi oficina.
–Son carpetas, contienen más sobre el caso de los hermanos cappelletti mancini.—dice sonriendo.
–Ah perfecto, muchas gracias sofia.—digo sonriendo mientras me siento en mi escritorio.
–Y eso?, porque tan guapa hoy?—pregunta sofia.
–Ehh, sofia tu no tienes trabajo que hacer?.—dije nerviosa.
–Ayy ya dime ana, con quien te veras?—pregunta.
–Ayy que chismosita que eres, pues me voy a ver con edward.—dije sonriendo.
–Uyy, ahora es edward y ya no el señor cappelletti mancini, sospechoso.—dice sonriendo y entre cerrando los ojos.
–Pues es que el me dijo que no le gustaba mucho que le llamara por sus 2 apellido, y me pidio que le dijera edward.—dije sonriendo nerviosa.
–Mm, bueno esta bien, te dejo para que te veas con tu galán, vendrá a tu oficina?.—pregunta curiosa.
–Si yo lo cite aquí porque me dijo que ya tenía unas imágenes que le pedí sobre el caso de su hermano bruno, y que hoy o mañana iría a hablar con el, pero yo creo que lo más probable es que vaya el día de mañana en la mañana a visitarlo porque en la tarde es el juicio, y así lo puedo preparar un poco y platicar un poco sobre lo que paso esa noche del "secuestro."—dije ahora seria.
En ese momento se escucha un coche estacionarse afuera.
–Bueno yo me retiro para que puedas estar más cómoda y a "solas" con el señor cappelletti mancini.—dice burlona.
–Ay sofia, si mejor ya retírate por favor.—dije sonriendo.
Y en el momento en que ella salio se dirijio hacia la entrada para abrirle la puerta a edward y después irse. 

–Por dios ana, te vez fascinante.—dijo sonriendo y viéndome de abajo hacia arriba.
–Muchas gracias edward, usted también se ve muy bien.—dije sonriendo.
–Muchas gracias ana, pero ya te dije que no me hables de usted por favor, no más.—dijo con voz demandante pero a la vez coqueto.
–Esta bien, lo siento edward, pero por favor toma asiento.—dije.
–Muchas gracias ana.—dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.
–Y trajiste las fotografías que encontraron en el celular de bruno?—pregunte.
–Ah por supuesto, aquí las tienes.—Dijo y las comenze a ver.
–Muy bien, las agregaré a las carpetas de su caso.—dije y me levante para ir al cajón donde estaba exclusivamente la información sobre bruno y sus 3 hermanos.
Y de repente escucho que edward se para de la silla y se acerca a mi mientras yo estaba de espaldas.
–Lo siento ana no me puedo contener.—dijo y me beso apasionadamente, yo dejándome llevar me subí a el mientras el me llevaba hacia la puerta cargando y colocaba el seguro, para después cerrar las persianas y colocarme en el escritorio y subiendo su mano por debajo de mi vestido.
–Puedo?.—pregunto jalando los tirantes de mis bragas, mientras yo estaba abierta de piernas ante el.
–Ehh, si adelante.—dije nerviosa ya que no podía creer lo que estaba sucediendo y en mi propia oficina. 

A continuación desliza mis bragas por mis piernas y después las tira al suelo, después estira mis piernas hasta su cintura para quedar más cerca de mi pelvis 

–No sabes cuanto anhelaba este momento preciosa, desde que te vi.—dijo jadeando.
–Edward, no te quedes ahí, termina lo que empezaste.—dije nerviosa.
–Como órdenes preciosa.—dijo y enseguida se quito el pantalón y lo tiro al piso, quedando sin nada,después me beso introduciendo su lengua en ml boca mientras acariciaba mi pierna, luego se agacho y abrió más mis piernas con sus manos hasta que quede completamente abierta ante el y comenzó a introducir sus dedos en mi parte íntima poco a poco, mientras me veía a los ojos y yo acariciaba si cabello.
–Oh edward, por favor no pares, sigue así.—dije jadeando.
–Claro que no pararé, pero ahora viene la mejor parte.—dijo y sacó sus dedos lentamente para después meter su parte. 

Edward sigue penetrandome sin parar y al mismo tiempo me tapa la boca mientras susurra "Ahora eres mía ana, totalmente mia". 

HORAS DESPUES: 

Al terminar nos vestimos juntos y edward me baja del escritorio y me besa. 

–Ana, quiero que sepas algo, solo escuchame.—dijo edward muy cerca de mi.
–Que pasa edward? —dije nerviosa.
–Quiero que sepas que esto no solo lo hize porque me gustas demasiado si no también porque quiero que seas mi pareja si es que tu así lo quieres, si no quieres esta bien pero tampoco quiero que sientas que solo vine aquí por eso, bueno a parte que vine para traerte las fotos de bruno, me gustas mucho y ana, quiere ser mi novia, te respetare y te amare siempre?.—pregunta Edward sonriendo.
–Mmm, bueno esta bien edward, si si quiero ser tu novia.—dije y en ese instante edward me cargo y giro después me bajo y nos besamos.
–Edward, te parece si cenamos esta noche?, es que yo ahora tengo que ir a visitar a tu hermano para prepararlo para el juicio de mañana.—dije acariciando su rostro.
–Esta bien preciosa, entonces yo paso por ti a las 8 de la noche esta bien?—pregunta.
–Si si, esta perfecto, y muchas gracias por esta tarde inolvidable, vete con cuidado.—dije sonriendo y le deje un beso en la mejilla.
–No hay de que preciosa, cuídate, chao.—dice dejando un beso en la frente y después se va.
En el momento en que edward se va sofia entra más rápido que un flash y cierra la puerta. 

–Wow que paso aquí, huele a sexo desenfrenado.—dice sofia.
–Callate nos pueden oír.—dije nerviosa.
–Que paso aquí amiga, no puede ser tuviste relaciones con el señor cappelletti?—dijo la muy chismosita.
–Ay que chismosa que eres sofia, pero si, y paso de todo, y que crees al final me pidió ser su novia, pero estoy nerviosa.—dije preocupada.
–Oh por dios yo sabía que algo tramaban, pero no entiendo por qué estás tan nerviosa?—dijo cambiando su expresión.
–No se, y si me estoy metiendo en algo que no es bueno?, que tal que me pasa algo sofia?.—dije.
–Algo como que ana?—pregunta.
–No se y si me secuestran, o si tienen enemigos y algo malo me pasa?, tengo miedo.—dije nerviosa.
–Nada malo te va a pasa, ellos te protegerán ya veras.—dijo sonriendo.
–Bueno sabes que, mejor para prevenir iré hoy mismo a visitar a su hermano bruno, por si luego hacen el juicio más temprano, más vale prevenir amiga.—dice tomando mi bolso.
–Pero acomódate el vestido y el cabello que estas echa un desastre, y te puedo acompañar.—pregunta sofia.
–Oh es verdad, y si si me puedes acompañar, vamos en mi auto.—dije acomodando mi vestido, mi pelo y mi maquillaje, después salimos de mi oficina para después ir hacia mi auto.
                          
                          Fin.