AL DIA SIGUIENTE
Bruno:
al día siguiente me levanto muy temprano y también me ducho y etc, yo pensaba que al despertar ya estarían mis hermanos aquí afuera de mi celda esperando a que el guardia abriera, pero no, so había un guardia parado y viéndome fijamente pero no estaban mis hermanos porningún lado.
–Buenos días, es hora de que se levante y se dé una ducha por favor.—dijo el guardia sonriendo y abriendo mi celda lo más rápido posible.
–Claro que si, una pregunta me dejaran comer algo?.—pregunte mientras tomaba las cosas para mi ducha.
–No señor, como hoy es su último día no le podremos brindar ya más comida, lo siento.—dijo el guardia apenado.
–No te preocupes, así está bien, gracias por tu atención, me iré a duchar y me cambiaré.—dije.
–Esta bien señor, su ropa estará en su celda y yo lo esperare afuera del baño para después guiarlo de nuevo hasta su celda para que se pueda vestir.—dijo y yo le agradecí, después de eso me fui hacia las duchas y tome un baño relajante.
MINUTOS DESPUÉS:
Salí de ducharme y ne vesti con la ropa que me llevaba puesta desde que entré a este lugar, y después me dijeron que esperara unos minutos cerca de la entrada y después ya me dejarían salir.
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Bruno:
Soy libre al fin, por fin mi adorada ana logro su gran cometido, por fin la podré ver.
Unos guardias me guian hacia la salida y ahí esta ella parada, junto a edward, edward esta con los brazos extendidos esperando que lo abraze, pero corro de inmediato a abrazar a ana, y la cargo en el aire.
–Ana, si no fuera por ti, y por tu insistencia ante el juez no estaría aquí afuera, gracias mi linda abogada, te lo recompensare como tu quieras.—dice sonriendo.
–No tienes nada que agradecer, ni pagar, lo hice porque te quiero mucho a ti y a tus hermanos, y anhelaba tanto que ellos estuvieran tan emocionados y contentos por verte aquí afuera.—dijo y me abrazo.
–Tan linda cariño, pero de verdad te lo compensare.—le dije susurrando.—por qué sabes?, que estés con mi hermano y saber que el te ah tocado y te ah follado en tu propia oficina y en nuestra casa, no sabes como me pone eso, estoy tan jodidamente celoso, no soporto que nadie te toque, ni si quiera tu propia ropa, y ahora mucho menos uno de mis hermanos, por más que los ame, me importan una mierda, te tengo que hacer mía llegando a casa.—dijo con emoción.
–Que incrédulo eres, si la hize mia es porque es mi novia, y es de mi propiedad.—dijo edward.
–Ella no es de tu propiedad, y me importa poco si es tu novia, igual la haré mía, como recompensa claro.—dije sonriendo.
–Ya déjense de tonterías, y vamos a celebrar.—dijo frank desde el auto, pero antes vi que lucas también estaba esperando mi abrazo y si se lo di, jamas los había abrazado y esta primera vez se sintió tan bien, después de los abrazos nos fuimos en el auto y sin importar que ana si cabía en el auto yo la senté en mis piernas y ella se limito a decir algo, solo sonreír y tener sus manos entrelazadas encima de sus piernas
UNA HORA DESPUÉS:
Llegamos a uno de mis restaurantes favoritos y ana me contó que estuvo varias veces en ese restaurante para intentar resolver mi caso y para cenar ella sola o junto a mis hermanos especialmente con edward, justamente nos atendieron luego de sentarnos y pedimos nuestra comida al igual que realizamos el brindis tan anhelado.
Después de comer nos dirijimos a casa eh invitamos a ana a dormir.
–Yo creo que hoy ana dormirá conmigo.—dije seguro de mi mismo.
–Por supuesto que no, dormirá conmigo que soy su novio.—ataco edward después de mi.
–Chicos relájense, parecen niños chiquitos peleandose.—dijo ana.
–Acaso no vez que nos vuelves locos?.—pregunto edward.
–Si ana, no solo estoy loco por ti porque me hayas sacado de ese basurero, si no porque mírate, eres toda una obra de arte, eres fascinante.—dije sincero.
–Lo se Chicos pero...—no pudo seguir ya que la silencie con mi índice un su boca, y me observa de oír tomándola de la mano.
–Shh, tranquila, ven te mostrare algo en mi habitación, es algo muy preciado para mi.—dije cosa que la hizo venir a mi y miro a mi hermano con nerviosismo, el asintió y siguieron viendo el televisor, que idiota era mi hermano a veces.
La lleve a mi habitación y la encerré le mostré algo para distraerla y después la aventé contra la cama.
–Ay ana, no sabes cuanto te deseo, y yo te dije que te haría mía, y yo lo cumpliré.—dije entre besos, besos que ella no se resistía.
–Lo se, pero esto no esta bien, tu hermano y yo...
Dijo pero la interrumpi.
–Preciosa te dije que me importaba un carajo lo que diga mi hermano o mis hermanos, lo que yo digo lo cumplo.—dije sonriendo.
–Lo cumples?.—pregunto viéndome fijamente a los ojos.
–Así es, lo cumplo pequeña, ahora ponte cómoda que esto se pondrá mucho mejor pequeña.—dije y me quite la playera y ella también lo hizo quedando en sostén.