Ana:
Edward entro de golpe a la oficina sin tocar ni nada.
—Que no me entere de que ana?.—pregunta serio.
—De nada edward.—dije nerviosa.
—Lo que pasa es que ana, te esta realizando... una sorpresa.—dijo sofia.
—Emm si? Pero pues ya no creo que se haga porque ya lo arruino.—dije.
—Por favor ana, no me mientas, estaban hablando de bruno, de que carajos hablaban, o quieres que le pregunte a el?.—dijo enojado.
—Edward...—dije.
—Que?, dime que pasa ana.—pregunto "enojado".
—Porque me dices ana?.—pregunte.
—Porque no tengo idea que carajos hiciste con mi hermano.—dijo edward alterado.
Y en ese momento entro bruno.
—Yo te diré que paso.—dijo bruno.—Seré sincero.
—Bruno no.—Dije nerviosa.
—Que mierda paso bruno?!.—Pregunto edward con insistencia.
—Yo le prometí a ana que la haría mía si ella me ayudaba a salir de cárcel, pero no solo por eso si no porque me gusta.—Dijo bruno sin miedo.
—Que mierda dices bruno?.—dijo edward alterado.
Yo me puse como hielo, pensé que bruno no diría nada de eso, y ahora ,¿que carajos pasara?
—Lo que escuchaste edward, ella me encanta.—dijo bruno calmado.
—Eh bruno creo que no es el momento, mejor vete—dije nerviosa.
—Discúlpame preciosa, pero ya no lo puedo ocultar mas, y no hablo de mas porque no quiero agrandar mas la cosa, pero no te preocupes preciosa.—dijo y quede estupefacta, no sabia que diría edward sobre esto.
—Y todavia te atreves a decirmelo en la cara, maldito ingenuo.—Dijo edward.
—Si, lo siento hermano, pero ya no aguantaba guardarlo mas.—Dijo bruno con cara de rendirse.
—Me voy de aquí, y tu y yo hablaremos en casa.—Me dijo edward.
—Que es lo que te sucede?, quien te crees?—pregunte.
—Yo no tengo porque creerme algo, yo soy lo que soy y punto.—Dijo edward a lo que yo me sobresalte.
—Por favor, salgan de mi oficina, no los quiero ver.—dije señalando la puerta.
—Que?.—Cuestiono edward.
—Que se larguen, tengo cosas que hacer y procesar.—Dije y hasta sofia salió.
—No quiero irme.—dijo edward.
—Te largas o te saco a patadas.—dije viéndolo fijamente.
—Ya eduardo, vamonos ya, deja que ana siga trabajando.—dijo bruno arrastrándolo.
—No me toques idiota!, yo puedo solo.—dijo edward saltándose de el agarre de bruno y antes de marcharse me lanzó una mirada amenazante.
Tenia las emociones revueltas, no sabia que decir, no sabia ni que pensar, porque bruno lo tivo que aceptar?, bueno en primera porque me acosté con el, eso no debio pasar, ahora me siento como una estúpida, que debo hacer?, dios que se hace en estas ocasiones?.
Me tome toda la tarde trabajando,pero no me podía concentrar al 100, lo que habia pasado minutos atrás me estaba aturdiendo la cabeza, pero tenia que que buscar una solución, esto no se quedaría así.
♡ ____ ♡
Termine de ordenar unos papeles y se los entregue a sofia que era mi secretaria y mi amiga por supuesto.
—Te esperare hasta que acabe tu turno para poder irnos juntas, te parece?.—Le pregunte a sofia.
—Si, me parece excelente, ya casi termino.—respondio sofia.
—Esta bien guapa.—dije y me senté en una silla que ella tenía al lado.
MINUTOS DESPUÉS:
Sofia termina sus pendientes y nosotras nos vamos hacia la biblioteca en mi auto.
Al llegar tomamos unos libros y nos sentamos en unas mesas, cuando de repente escucho un susurro en mi oído.
—Que haces aquí?. —Pregunto la voz de edward que me dio escalofrios detrás de mi.
—Más bien que haces tu aquí?.—dije susurrando.
—Vine por unos libros que me gustaría comprar.—dijo edward.—Pero me estas evadiendo la pregunta ana.
—Es obvio que vine a leer edward, a que más vendría a una maldita biblioteca.—dije.
—Ven conmigo.—Dijo alzando la voz y aventó unos libros en mi mesa, al igual que los que yo tenía en la mano.
—Sueltame, que mierda quieres?.—Le pregunte soltandome de su agarre.
—Que carajos paso con mi hermano?.—Pregunto edward acercándose a mi.
—De que hablas?.—pregunte haciéndome la loca.
—No te hagas la que no sabes ana mallers, porque en mi habitación no dormiste y en la sala tampoco, es obvio que estuviste con el, maldita sea!—Dijo apretando mas su agarre.
—Deja de apretarme o te juro que te dare una patada en las bolas y no me interesa tu dolor.—dije gritándole.
—Adelante, haz lo que quieras, pero esto no se quedara cerrado aquí ana.—Dijo a lo que yo asentí, y por supuesto le di su merecido, una patada donde no le da el sol bien dada.
—Me dijiste que hiciera lo que quisiera y eso fue lo que hize, a mi no me vuelvas a faltar al respeto, idiota.—dije y el enseguida se quejo y me lanzó una mirada de dolor mezclada con amenaza, después me di la vuelta y me adentre de nuevo en la biblioteca.
Sofia estaba boquiabierta y yo seguía muy enojada.
—Wooow, pero que belleza acabo de ver, mi mejor amiga la abogada mallers defendiéndose de uno de los hermanos cappelletti mancini y dándole su merecido, eso fue hermoso amiga!.—Dijo sofia al entrar.
—Se lo merecía por sacarme como si fuera de su pertenencia.—dije enojada.
—Wow ana, que fue eso?.—Pregunto bruno detrás de mi.
—Ay, hola bruno, pues solo me defendí.—dije poniéndome de pie.
—Creo que estuviste fantástica.—Dijo bruno acariciando mi hombro.
—Pero siéntese señor... bruno?.—Dijo sofia.
—Muchas gracias, pero no me digas señor, no estoy tan mayor.—dijo y carcajeo levemente.
—Si, solo un poco.—Dije bromeando.
—Por favor ana, no creo que te importe mi edad a este punto o si?.—dijo y recordé lo que esta mañana desperté en su cama junto a él y estábamos desnudos.
—Emm no estoy segura.—dije nerviosa.
—No te preocupes, que yo se que tu no te puedes resistir a este bombón.—dijo haciendo cara y pose de guapo.
—Ay bruno, que cosas dices.—dije tomando mis libros y caminando hacia un estante para dejarlos junto con sofia.
—Ya terminaron de leer?—pregunto bruno mirándonos a sofia y a mi.
—Así es bruno.—dijo sofia.
—Oye ana, vamos a mi casa?.—pregunto bruno.
—Bueno, esta bien.—Respondi sonriendo.
—No te preocupes amiga si me prestas las llaves del carro yo me voy al departamento.—dijo sofia.
—Si, aquí tienes.—respondi y le di las llaves
Sofia se fue en mi auto y yo me subí junto a bruno en su camioneta en dirección a su casa.