Mis 4 hombres y yo

CAPITULO 18

Edward: 

Ana no quería entender que era mía así que para que lo comprendiera le compre un regalo que no solo lo podría usar para complacerla si no para castigarle también.


Entro a la habitación y ella está trabajando en su computadora, así que me acerco con ella.


Hola.—Dije mientras me metía a la habitación.
—Que haces aquí?.—Pregunto ana.
—Tranquila, solo vine a decirte algo.—Dije tratando de sonar seguro 
Dime.—dijo aparentemente molesta por mi presencia.
Dame un segundo.—Dije y salí de la habitación para tomar unas rosas y un cartel gigante.
—Que es esto?.—Preguntó confundida.
—Me puede perdonar por favor, señorita mallers?.—Dije arrodillado, mostrando un cartel que decía "Perdóname, te amo",  la bolsa que contenía el "regalito", y por último unas  rosas rosadas.
—Ay pero edward, no tenias que hacer esto.—dijo ana.
—Claro que si, te traté de la peor manera, y eso no debío pasar nunca.—Dije totalmente arrepentido.
—Lo se, pero yo también traicione tu confianza y esa fue tu reacción, yo fui la culpable a que se desatará todo esto, no te culpes solo a ti, yo también soy culpable.—Dijo con sinceridad.
—Si pero, me siento culpable, porque puedo llegar a pensar que de alguna forma, tu solo buscabas mi atención, y yo solo me concentraba en mi o en buscar al maldito que encarcelo a bruno, y por eso te quiero pedir perdón, no solo por lo que sienta yo, si no más que nada por lo que sientas tu preciosa y porque te amo.—Dije mientras sostenía su mano.
—Ay edward, esta bien te perdono.—Dijo sonriendo cosa que me hizo sonreír también.
—Bueno, veamos tu regalo preciosa.—Dije dándole la bolsa y nos metimos a la habitación tomados de la mano.
—Y esto?, que es mi amor?.—dijo tomando la bolsa.
—Es algo que te compre.—le dije.
—Ah si?, muchas gracias mi amor.—dijo y se estiro para darme un beso.
—Pero ábrelo mi vida.—Dije ansioso por ver su reacción al abrirlo.
Lo abre y su cara de emoción cambia a una confundida.
—Que es esto?.—pregunto.
—Que crees que sea?.—le pregunte.
—No lo se tiene un aspecto extraño.—respondio mi novia analizandolo.
—Bueno, analiza la caja corazón.—le dije entregándosela.
"Tan inocente es?"
—Ay un pequeño control.—dijo y me lo dio.
—Así es, revisa el exterior de la caja.—digo con una sonrisa maliciosa.
Analizo cada una de sus expresiones, y primero leía con atención, después su cara cambió a sorpresa.
—Es un.. es un .—tartamudeo pero no pudo terminar 
—Si bebe, es un vibrador, quieres que te muestre como se usa?.—dije juguetón.
—No no, creo que se como se usa.—respondió sonrojada.
—Ah si?.—dije y sin dudarlo ella me lo entrego y bajo sus bragas enfrente mía.
—Tenlo tu, y sincronizalo con tu teléfono, controlame tu.—Dijo, y yo no me negué, lo sincronize con mi celular mientras sonreía malicioso, mientras ella lo colocaba en sus bragas en la posición adecuada.
—Lista?.—Le pregunte.
—Si...—Respondio y yo lo prendí.
Probamos diferentes intensidades y a ella le gustaba.
Minutos después paramos un poco ya que ella estaba agitada.
—Y?, te gusto tu regalo preciosa?.—le pregunte.
—Si edward, es... fantástico!.—dijo.
—Que bueno que te gusto, te lo dejaras puesto de acuerdo?.—le ordene.
—Pero no quiero.—Dijo con nervios.
—Lo siento preciosa, pero es una orden, dijiste que eras mía cierto?.—Pregunte acariciando su melena obscura.
—Si, es cierto.—dijo mirándome.
—Perfecto, déjalo ahi y después veré que haremos.—dije sonriendo.
—Esta bien.—Dijo y  se levanto, lo bueno es que no se siente, o eso espero para que no se sienta incomoda.







 




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