Mis 5 Chicos (m5c #1)

Parte 14

Ray

 

Estoy con Ethan jugando cartas como siempre. Es algo que es como, un momento de distracción para mí de las clases de derecho, que terminarán por volverme loco. Y Ethan, Ethan no tiene nada de que escapar, es un flojo de mierda. Él solo trabaja como pasante en un consultorio, y cuando quiere canta y compone. Yo le digo músico pobre ya que, no muestra lo que hace, solo lo sé yo. 

 

—Ya dilo— dijo Ethan en tono cansado del mismo tema

 

—¿Qué?

 

—Di que la extrañas, di que no sabes que hacer, di todo lo piensas. Porque suspiras tanto que te vas a desinflar— ríe y lanza la carta

 

Yo solo reí, rei sin ganas. Porque si, es verdad, ya son trece, trece  días que no sé nada de ella. Parezco psicópata pero si. 

 

— Silencio conmovedor — dice y me ve— ¿Tienes un problema verdad?

 

—No, no lo tengo —pauso tiro la carta y me levanto—. Listo. Gané. Me voy

 

— Eres un tramposo de mierda —siseo

 

Chasque mis dientes y asentí— Lo sé, pero no es trampa. La práctica hace el maestro.

 

— Si ajá.

 

Tomé las llaves y mi chaqueta y salí. Empezé a caminar por un parque que me hacía relajarme, pensar. 

 

Camine, ví niños corriendo, jugando, riendo. Y me contagié de esa energía. Pero en ese momento, justo en ese momento. Mi mundo se detuvo. Ella, ella paso. Centrada en lo que estuviese pasando por su mente, porque venía sumida en sus pensamientos, con la mirada pérdida. No parecía ella, pero debía serlo ¿no?

 

Me desvíe de mi camino y me junte al suyo, me encaminé a su lado, no lo notó.

 

Me acerque y me detuve al frente de ella, tampoco lo notó, empecé a pensar ¿No quiere verme?. 

 

Simplemente me rodeó, y siguió su camino, la llamé 

 

— ¿Samantha?— dije casi en un aludido. No respondió pero se detuvo, miró a su alrededor y siguió.

 

—¿Samantha?!— insistí y me pare de nuevo al frente de ella. Está vez si lo notó— ¿Todo bien?

 

—¿Ah?— dudo—¿Te conozco?— me miró y en su mirada había algo extraño

 

— ¿Ah?— está vez dude yo, — Soy Ray

 

— Ray, Ray—  analizó, pensó, busco y no encontró —  ¿Ray Williams?

 

Me tense, ¿Decir mi nombre con el apellido de James? ¿Estaba de broma?. Pero me relajé.

 

—No.— dije—  Ray Mels

 

— Um ya

 

— ¿Estás bien? 

 

— ¿Debería?—pregunto y me lanzó una mirada rara.

 

— Si..— dude —  Estaré allí para evitar que caigas— empece. Diciendo lo que dije esa noche

 

— Ay, que cliché — bufo — Bueno, tal vez no recuerdo a ahora no lo sé. Adiós —pauso — Tal vez Samantha si te recuerda no lo sé..

 

Dejo esa frase al aire y se fue. Lanzando un beso al azar. ¿Tal vez Samantha te recuerde? ¿Que significa eso? ¿Un beso al aire? Esto parece ridículo, absurdo.

 

Seguí mi camino, ya que quedar allí no me llevaría a nada. Caminé hasta que llegue a un lugar cerca de un centro comercial. Estaba un anciano, con cara preocupada, buscando algo o a alguien

 

—¿Está usted bien? — pregunté colocando mi mano en su espalda

 

— Ella..—  pausó — No está, se fue. Y mi cabeza.. duele.

 

— ¿Ella? — dude

 

— DL o Samantha, no lo sé

 

— ¿Samantha? ¿Samantha Madison?

 

— Si, ¿la conoces?

 

— Algo.. — dude en forma extraña

 

—¿Usted es? 

 

— Su amigo, ¿Y usted?

 

—Soy su — vacilo un poco, dudo  y hundí mis cejas en enredó — Su abuelo — completo

 

—¿Ah?

 

— Hasta luego chico — toco mi hombro y se fue en la dirección en la que llegue.

 

Este día no puede ser más raro, «pensé»

 

***

 

Camine, sin saber a dónde ir. Camine hasta que creo que me perdí.

 

Pensé, busco y analice y no hubo nada que me dijera el porque de la actitud de Samantha y su abuelo. ¿Era su abuelo en realidad?. Bueno y si lo era, no tenía porque ponerme así, ella no tiene porqué decirme todo, je.

 

Camine hasta que sin pensarlo, llegue al lugar que jamás pensé, entre. Me tardo organizarme entre tanta gente.

 

Cuando lo hice pedí algo de beber, y entonces lo ví. Él me vió. Mantuvimos miradas hasta que mi trago llegó. 

 

Hundí mi mirada en el vaso, lo tomé y jugué con el contenido un rato, hasta que sentí su presencia junto a mí.  Tomé todo el contenido. Y lo enfrente.

 

Estaba en el bar donde ví por última vez a Theo James y justamente, él susodicho estaba aquí. Frente a mí

 

—Mels.. —dijo en todo burlón, y  sentí los tragos quemarme 

 

— James. — dije cortante. —¿Que haces aquí?

 

— Vine por ella

 

— ¿Por quién? ¿Tu ex? — dije con toda la satisfacción del mundo ex, porque agradecí el día en el que terminaron.

 

— ¿Todavía te importa? —pauso — No, mejor.. ¿Todavía le tienes ganas? — puso sus manos en la mesa y se acerco a mí.

 

Me tense, sentí la sangre y el alcohol recorrerme. Coloque las manos en la mesa como aquella noche.  Me puse de pie, y la encaré. Él me miró con cierta gracia, y yo con cabreo.

 

— No voy a permitir que sigas hablando así de ella — escupí tratando de controlarme con todas mis fuerzas.

 

— ¿O que?—  se acerco a mí y me miró. Y listo eso fue la gota que colmo el vaso. Vi todo rojo.

 

Cerré mi mano derecha en un puño y se lo enterré en el pómulo derecho. Me dolió si, la mano me ardió. Pero valió la pena ya que ví unas partículas de saliva salir de su boca. Gracioso si. 



#6670 en Thriller
#2603 en Suspenso
#2315 en Detective
#1247 en Novela negra

En el texto hay: realidad, suspence, romance +18

Editado: 04.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.