Mis 5 Chicos (m5c #1)

Parte 17

Samantha

 

Una cosa cosa te diré. 

 

Tengo hambre. 

 

¿Qué? La tengo, ya van pasado veinticuatro horas casi dos días y él no parece apiadarse de mí.

 

¿Qué? Pensaste que empezaría como el cliché más común. El que dice así : Me desperté desorientada, perdida. No sé dónde estoy, ni quién me trajo aquí.

 

No. No. Y no. 

 

Yo estoy muy conciente de dónde estoy. Y que hago aquí. Es Theo lo sé, solo con decirme "Samili" sabía que era él. 

 

Ahora que lo pienso, Ugh que apodo tan estúpido. Samili, Samili Un ¿Samie hubiese sonado mejor? 

 

Samie.. Ray.. 

 

«No, Samantha, no pienses en él. No ahora, nunca más»

 

Cómo si fuese fácil, ¿Eh? . 

 

En fin, me desvíe del tema. 

 

El punto es que estoy en una de las instalaciones viejas de una empresa de papá. Y el querido —nótese el sarcasmo— secuestrador es nada más que Theo James. 

 

¿Linda forma de terminar mi cumpleaños no?

 

Volvamos al tema inicial. Mi hambre. Les juro que si no traen comida empezaré a cantar con todas mis fuerzas. 

 

Y como su fuese bruja un Theo, cruzo la puerta de la limpia habitación donde mi encontrába. 

 

Sonríe con ilusión al pensar que comería. Pero mi sonrisa de borró en cuando ví que no traía nada en sus manos, de hecho, las traía en sus bolsillos. 

 

— ¿Por qué tan sonriente? — dijo de una forma muy impotente.

 

— Tengo hambre. — Solté sin más. Cruzando mis brazos.. Su vista calló sobre mi vestido y me vió de arriba a bajo.

 

— Joder. - Balbuceó. — Que bien te queda ese vestido.

 

Ignore su comentario. Y volque mis ojos. 

 

De seguro te preguntas porque estoy tan tranquila. 

 

Conseguí calmarme luego de pensar en las palabras de abuelo. "Dejar de pensar que todos los días es tu último día." 

 

Si bien, yo no creía en las frases ni nada, está era mi última opción. Comportarme como lo mejor que podría tener. 

 

Así que.. Soy la mejor rehén del mundo. 

 

Lo miré por el rabillo del ojo, y me seguía mirando con una mano en su labio inferior. 

 

Dios, nuestro ex no podía estar tan bueno.

 

«¡Samantha!, que rayos piensas.» 

 

Okey me desvíe. 

 

Me aclaré la garganta consiguiendo su atención.

 

— Tengo hambre, Theo. Tengo hambre — insistí. Y él no hizo nada. —  Tengo hambre, y te juro que si no me das algo. Gritaré.

 

Silencio. 

 

Se acerco se arrodilló justo delante de mi. Tomó mi barbilla obligándome a verle

 

—Quiero ver qué lo intentes, querida. —me solté de su agarre por incercia. 

 

Cómo no estaba atada ni nada, lo único que no dejaba salir era la puerta. Me acerque a la ventana . Y mire hacia afuera, se veía la cuidad resplandeciente con la luces de noche. 

 

Sentí su presencia detrás de mí, pero tenía que seguir el plan así que no me aparté.

 

—Eres un ser.. —no completé mi frase ya que no tenía que adjetivo usar. Si, quería decirle muchas cosas pero no echaría todo a la borda. 

 

No ahora.

 

—¿Un ser qué? Vamos decilo, no es algo que no espere de tí. — me voltee y me lo encontré demasiado cerca, con sus brazos cruzados. Sus músculos estaban tensos debido a la posición. 

 

Estuve a punto de hablar, cuando una voz desde el pasillo me desconcentró. 

 

—¡Theo! — gritó. 

 

Esa voz.

 

Esa voz la conocía, ¿Podía ser..? ¿No? ¿Si? 

 

Entre en pánico y cuando reacione, tenía mis uñas clavadas en el brazo de Theo. 

 

— ¡Aquí!. — respondió sin quitarme la mirada de encima. Miro mi brazo y luego a mí. —¿Auch? — dijo cuando lo solté. 

 

 

 

—Lo siento. —me disculpé.

 

¿Por qué me disculpaba? Si él era quien no quería darme de comida

 

La puerta de la oficina se abrió. Mi vista se fue de Theo a la persona que abrió la puerta. 

 

Mierda. 

 

Toda la seguridad que sentía se esfumó. 

 

Louis Parker 

 

o al menos quien decía ser.

 

Ahogué un grito de miedo. Sentí la mirada de Theo a mí, pero lo ignore. 

 

Mi vista seguía fija en ese ser tan... despreciable, arqueroso, 

 

— Tú —  mi voz salió en un hilo.

 

— Yo. — completo con arrogancia y sonreía. 

 

Miro a Theo luego a mí. Analizó y su sonrisa se borró.

 

— ¿Interrumpo? — dije acercándose. Por incercia retrocedi. 

 

— ¿Que quieres? —  interpuso Theo. Louis no dijo nada tenía la vista fija en mí. Y yo en él. —  ¿Se conocen? 

 

— Uhm no. — Solté sin más

 

— Si. — completo con arrogancia. — Si nos conocemos.

 

Por desgracia si. Si nos conocemos. 

 

— Entonces supongo que ya lo sabe. —  añade Theo. 

 

— ¿Saber qué? — preguntó. 

 

— No, no sabe. Es demasiado insoportable — Louis añade. 

 

Ay, que lo odio, lo odio. 

 

— ¿Le decimos ya?

 

— Si, porque no.

 

— El qué, ¿decirme que? ¡Alejense de mí!. ¿Hablen? —  suelto cosas sin parar estoy demasiado nerviosa ahora.. —  ¿Cómo es que ustedes de conocen?

 

— Digamos que.. — inicio el casi rubio

 

— Tenemos una conexión. Tu eres esa conexión. —  finaliza Theo. 

 

«Vaya, que explicación, y ahora ¿que? Tomamos café?»

 

¿Conexión? ¿Yo soy esa conexión? Esto cada vez me gusta menos. ¿Que quieren decir?



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En el texto hay: realidad, suspence, romance +18

Editado: 04.06.2021

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