Mis 5 Chicos (m5c #1)

Parte 18

Olvidar las cosas nunca había sido fácil para mí. Y esta vez, no era la excepción. Acabaría por volverme loca, lo sé. 

 

¿Pero que más da? Si ya lo estoy. 

 

Pero aún no puedo olvidar todo lo sucedido hacía unas semanas ya. A pesar del interrogatorio, las preguntas, los acosos, los cuidados. Proviniente de mi familia. Había podido vivir unas semanas más. 

 

Vivir en el sentido, de, ¿Tú entiendes no?. 

 

Había podido olvidar cosas, si, pero esta vez no. Quería saber más, había pensado en olvidar. Pero, curiosa, es el nombre que me queda mejor. 

 

Había ignorado a toda costa las preguntas sobre, si Theo me hizo algo, o, si dijo algo. Todo lo había respondido con monosílabos, o poniendo cara de horror. Cuando decían algo inapropiado. 

 

Porque, después de todo, decirle a mi familia: Oh, si me dijo que me veía espectacular, peleó con Louis por mí. Y un dato importante, que me han estado mintiendo. ¿Bonito no?

 

Así que, responder con monosílabos era lo más apropiado, por ahora. Nadie me diría nada, es algo que lo sé. 

 

Con los chicos, me gustaría decir que hable poco con ellos, pero sería una mentira. Cómo no salía de casa, ellos vinieron a mí. —  Palabras de James—. Venían cada día, o veíamos películas o simplemente, hablan con padre sobre cualquier cosa. Y la verdad hasta a mí me sorprendió que después de lo papá dijo, él se llevará bien con ellos. Y viceversa. 

 

Era de cierta forma...extraño y reconfortante. Quizá, no eran malos después de todo. 

 

Claro que no lo son, y lo sabes. 

 

Cállate si, hago una retrospectiva de mi semana. 

 

Nuestra semana. 

 

Si te lo preguntas, no, no he hablado con Ray. No lo ignoro porque sería algo demasiado inmaduro.

 

Cada que nos quedamos solos, nos hundiamos en un silencio demasiado incómodo. Dónde solo se escuchaban nuestras respiraciones. 

 

De cierta forma, me volví a quedar desilucionada, nunca intento hablar conmigo. O explicarme, escribirme. Era como si, no quisiese hablar conmigo.

 

Y era algo patético, que yo me sintiera así. 

 

Hoy tendría que verle otra vez, bueno, verles. Hoy era una beneficiencia de Padre. Es algo que hace cada año, y él los invitó. Recuerdo que puse cara de horror cuando lo hizo, ya que, cada año. Yo tenía que dar unas palabras, de inicio o agradecimiento por los invitados, y por quienes participan. 

 

Nicole, por su parte, muy amable me susurro "Tranquila todo está bien" mientras soltaba una carcajada, y viajaba escaleras arriba. Y yo la miraba con un poco de desprecio. Mientras viajaba mi mirada, de ella, a Ethan. 

 

Que la miraba como si fuese un helado de chocolate, y literalmente, babeaba por ella. Y llegué a la mejor conclusión de la semana. 

 

A Ethan le gusta, Nicole. 

 

Oh, descubriste un misterio

 

Sólo cállate. 

 

Cómo ya dije, hoy es la beneficencia de Padre, que, se realiza cada año. Cada año es un tema distinto. Está vez, era a favor de un orfanato. Me había ordenado estrictamente, decir las palabras correctas. Y jugar con el potencial que tengo de hablar en público. 

 

Y no era mentira, cada vez que tenía que dar un discurso, termino diciendo muchas cosas, y que, al final. Son increíbles. 

 

Había quedado en que, Nicole, pasaría por mi habitación para arreglarme, luego de que ella estuviese lista. Porque si, Nicole está viviendo en casa. 

 

Tres toques a la puerta, me sacaron de mi transe en el espejo. Luego de bañarme, me senté en la cama frente al espejo, y me sumi en un mar de pensamientos, fue tanto así. Que mi vista se nublo, viendo a un punto inexplicable e inexistente. 

 

Me había perdido tanto, que, si respiraba no lo sentía, si parpadeaba no era real, si sonreía era porque recordaba algo. Me quedé mirando un punto en específico: mis ojos. Ya no eran marrones, uno si, y el otro estaba en un tono verde grisaseo. Era extraño 

 

—¿Puedo pasar? —dijo Nicole. Ya dentro de la habitación. 

 

—Ya lo estás. —bromeé. Y me tomé la libertad de obsevarla, estaba increíble. Sin duda alguien se quedaría sin ojos hoy. — Wow. Estás increíble. 

 

—Gracias, Sam. — dió un giro en sí misma. — Ahora es tu turno. 

 

Sonríe. Y dejé que hiciera su trabajo. 

 

****

 

Tres horas después, me encaminaba al despacho de papá. Para infórmale, que madre no nos acompañaría. Por tener un malestar, me dijo que no me preocupará pero era imposible. Le diría a padre, pasar para saber si se podría cancelar el acto. Por la ausencia de la esposa del susodicho. ¿Sería lo más lógico verdad? 

 

¿Eso se hace no?

 

— Pa, ¿estás ocupado? — pregunté, luego de entrar en su despacho. El cual, tenía la puerta abierta.

 

—No, linda. Busco unos papeles, y luego podemos dar inicio. — respondió, y ni siquiera me miró. Buscaba algo entre los papeles. — Ya varios invitados están abajo. — siguió sin verme

 

Ese acto me molestó. Respire hondo y me ordené mentalmente relajarme. 

 

—Mamá, me ha dicho que no podría acompañarnos hoy. —me detuve, no me miró. — Se siente mal. — continúe. Sin una ojeada. 

 

—Si, lo sé. Me lo ha informado. —dijo sin más. Sin mirarme. 

 

Más sin embargo, mi paciencia llegó a su límite. Me enfureció que fuese tan descuidado cuando se tratase de ella. 

 

De pronto, me encontré carraspenado mi garganta, poniendo mis manos fuertemente sobre el escritorio.

 

—Yo creo que lo mejor, es no hacer esto hoy. Al menos hasta que ella está dispuesta. — dije. Sintiendo como la sangre me hervía. Estaba furiosa. 



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En el texto hay: realidad, suspence, romance +18

Editado: 04.06.2021

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