Aquel pequeño animalito de bigotes largos y orejas puntiagudas no sabía lo que el futuro le tenía destinado.
Aquel pequeño inocente no sabía lo que viviría. Lo mucho que sufriría o disfrutaría.
No tenía ni idea de sus futuros padres.
De si querría seguir o simplemente se rendiría, el gato no sabía que experiencias tendría.
Él no sabía lo realmente especial que era la vida.
Lo que aquel gato sabía era que el futuro le deparaba siete vidas para él y por lo tanto siete oportunidades.