Todavía estás

Los muros que yo puse me sofocan,
intento derribarlos, pero sola los invocan.
Todo es oscuro, denso, sin encanto,
me encierro por miedo y yo misma me espanto.

Pero alguien tocó sin hacer ruido,
y yo, temblando, bajé el oído.
No gritó, no empujó la muralla,
sólo esperó… y mi alma no lo calla.

Intenté escuchar, intenté salir,
pero me dio mucho miedo y solo me escondí.
El eco de mi voz se quedó en la pared,
gritando que estoy viva, aunque duela esta red.

La voz sigue hablando, y yo sigo su sonido,
bajo el muro para seguirlo, como un latido.
Es un respiro escuchar algo que no sea yo esta vez,
es un alivio que siga aquí, aunque le dije que se fuese.
Gracias por estar, aunque sienta que no lo merezca,
aunque mi tristeza a veces me enmudezca.