Mis cuentos.

Edward el monito.

En una gran jungla vivía un monito de nombre Edward.

Un día Edward conoció a una monita de nombre Elisa y se enamoró completamente de ella. Era una mona muy linda, divertida y se vestía a la moda.

Desde entonces los dos monitos jugaban siempre juntos, en la escuela, en el parque, en sus casas... En todos lados, eran inseparables.

Hasta que un día en la escuela empezó a ir un nuevo compañero, el loro Jorgito.

También a Jorgito le gustaba Elisa. Edward se dió cuenta y se puso celoso.

Un día Edward invitó a Elisa a la pileta de su casa, pero Elisa no fue.

Cuando era la hora de ir a la escuela, Edward vió llegar a Elisa en bici con Jorgito.

Apenas tuvieron el recreo, el monito le dijo a Elisa:

"Tenemos que hablar solos. En estos días no estás jugando conmigo. Pasás todo el tiempo con Jorgito jugando a cosas muy divertidas y yo no estoy. Te invité a mí pileta y no fuiste."

Entonces Elisa dijo:

"No fui porque no sé nadar."

Edward se enojó pensando que le estaba mintiendo.

Algunas semanas después Edward invitó a Elisa a su cumpleaños.

El monito se había vestido muy elegante con un traje rojo y corbata negra para recibir a la monita, pero ella no se presentó.

El día siguiente en la escuela Elisa le dijo a Edward que no había podido ir a su fiesta de cumpleaños porque estaba enferma.

Edward siempre más enojado no le quiso creer y decidió no hablarle más.

La pobre Elisa no entendía porque su amigo Edward se portaba de tal manera con ella, estaba segura de no haber hecho nada malo.

Los días pasaban y Jorgito conoció una lorita que se llamaba Tatiana recién llegada de Brasil.

Los dos pasaban siempre más tiempo juntos.

Un día Jorgito mientras cruzaba el parque para ir a visitar a su amiga Tatiana, encontró a Elisa sentada en un banco llorando.

Muy preocupado se acercó y le preguntó qué le pasaba. Entonces, la monita le contó que se sentía triste y sola porque su amigo Edward no la quería más y pensaba que era una mentirosa.

Al loro Jorgito le dió mucha lástima ver a su amiga tan triste y decidió ayudarla. El día siguiente fue a buscar a Edward a su casa y le pidió que lo siguiera porque era muy importante.

Tenía previsto ir a visitar al médico de Elisa para saber la verdad. Y después hablar con su mamá. El monito no quería hacerle caso porque al loro no lo podía ni ver, pero al ver la insistencia de Jorgito decidió acompañarlo.

Cuando llegaron al estudio médico el monito pensó que el loro estaba loco, pero cuando entraron y habló con el médico que le dijo que el día de su cumpleaños Elisa estaba enferma se quería morir de vergüenza.

Cuando salieron del estudio médico, Jorgito lo acompañó hasta donde trabajaba la mamá de Elisa, y cuando le preguntaron si la monita sabía nadar, la madre les contestó que no.

Elisa nunca había aprendido porque le temía al agua.

Saliendo del lugar el lorito llevó a Edward al parque donde se encontraba Elisa sentadita en el mismo banco del día anterior de vuelta llorando.

Jorgito se fue para dejarlos solos.

Elisa sorprendida le preguntó a Edward qué quería y él muy avergonzado le pidió un millón de disculpas porque se había comportado muy mal con ella, prometiéndole que nunca más iba a dudar de su palabra y que jamás se iban a pelear nuevamente.

A partir de ese día Edward fue muy agradecido con Jorgito que lo ayudó y los dos se hicieron amigos.

Ahora los monitos y los loritos todos los días por las tardes se juntan en el parque para pasar juntos momentos muy divertidos.



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En el texto hay: cuentos infantiles breves

Editado: 09.10.2020

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