Fotografía

-Salgamos de aquí - me susurró Michael al oído.

La noche empezaba a enfriar y creo que me había pasado de copas

-No puedo. Mañana debo continuar la tesis- y me fui a casa sola.

Me sentía algo culpable pues extrañaba a Gerard.

Durante los siguientes días no recibí ninguna noticia sobre Michael y Gerard me llamó.

-¿Cómo estás? Sé que he sido intenso últimamente pero hay una exposición de fotografía y quizás pudiéramos ir juntos y luego a por café.

No tenía nada mejor que hacer esa tarde y salir de los estudios de veras me iba a ayudar así que acepté.

Fuimos a una muestra fotográfica sobre la ciudad.

-Adoro la Habana. Nunca he estado en otro país pero sí en muchas provincias y de veras la amo - decía esto mientras observábamos una foto de edificios semidestruidos de la Habana Vieja al atardecer.

Era una hermosa fotografía por el contraste de lo viejo y deteriorado con el naranja del final del día que anticipa un nuevo comienzo en la mañana.

- Quizás tú y yo seamos como esa fotografía - dijo Gerard - una relación deteriorada pero que le dan rayos de esperanza.

Me quedé callada, él tomó mi mano y salimos de la galería. Nos sentamos en un bar y me atrapó con su conversación.

Mientras con Michael no me salían las palabras, Gerard lograba cautivarme con miles de datos e historias y volvía a caer en sus redes.

Regresé a casa muy borracha esa noche y Gerard se quedó conmigo. No recuerdo que paso pero a la mañana siguiente desperté bañada y con la ropa de dormir puesta. Fui a la cocina y sobre la mesa había una taza de café recién hecha y una nota:

" Tuve que irme a la universidad. Ayer estuviste hermosa. Nos vemos"

Al parecer habíamos regresado. No sabía si era esto lo que quería exactamente pero al menos no estaba sola.

Mi mamá también regresó de su viaje y se acercaba mi cumpleaños. Tal vez las cosas mejorarían.