Mis DÍas Con Eros

Capítulo 2: ¿Listos para la fiesta?.

—¡Esto es tan... tan —. La alegría en mí voz es notable— genial!.

Bueno, la razón por la que estoy tan alegre es que mí hermano, Luciano, ha llegado de España hace unas horas. Tiene dos meses de vacaciones, ya qué termino el primer semestre de la universidad. Él estudia medicina en la tierra española.

—¿Y cuánto tiempo te quedas? —. Pregunta mamá; aunque no lo demuestre, se que ella y papá, que aún no ha llegado del trabajo, sin los más emocionados con la llegada de Luciano. Y Andrea también.

Si, y mí mejor amiga también.

Andrea tenía —o tiene—, por que yo aún no me trago eso de que ya no siente nada, bueno, en fin. El chiste es que ella tenía un crush con mí hermano antes de que él se fuera a España, lo acosaba en todo lados, hasta en el colegio, pero parece que a mí hermano nunca le molestó que ella hiciera eso. Más bien parecía gustarle aquello. La cuestión es que se hicieron los "mejores amigos" y luego de dos meses se hicieron novios, todo bien hasta ahí. La pasaban bonito, se querían bonito, y toda la vaina. Cabe decir que a mí nunca me molestó ni me afectó en nada su noviazgo, ya qué yo estaba de novia con un pendejo, pero esa historia es para otro día. Bien, para no alargar tanto la historia, llego el día en mí hermano se iría a España, todo bien. Ellos habían salido la noche anterior para despedirse y así, no sospeche nada. Me sorprendió no verla ahí, en el aeropuerto, despidiendo a mí hermano. Y le pregunté a mí hermano lo que pasó la noche anterior entre ellos, y me dijo que habían terminado por que él no quería que ella sufriera las complicaciones de la relación a distancia y todo eso.

Luego, cuando ya ingresamos al colegio le pregunté a Andrea si había superado a mí hermano, y me dijo que sí, que ya no sentía nada de nada. Que fue un lindo recuerdo y blah, blah, blah. Le creí todo eso.

Hasta ahora.

Justo cuando hemos llegado nos ha abierto la puerta Luciano y ella casi se desmaya, supongo que de los nervios.

Ahora, estamos hablando mí mamá y yo con mí hermano, si, solo nosotras dos. Andrea está sentada a mí lado, con las manos entrelazadas en la rodilla izquierda y la pierna derecha la mueve con mucha rapidez. Y se que eso lo hace solo cuando está nerviosa.

—Me dijiste que ya no sentías nada por mí hermano —. Le susurro al oído, para que ni mí hermano ni mí mamá nos escuchen.

—Y no he mentido —. Me susurra de vuelta. Yo se que miente.

_¿Y qué sientes ahora? —. Le pregunto y se atraganta con el agua que estaba tomando.

Carraspea—. Nada

—Bueno, haré de cuenta que te creo. Pero...— ella me mira con un poco de alivio y de preocupación— tienes que venir a buscarme todos los días a partir del lunes.

El lunes comienzan las clases. Y como mis papás aún no me compran un auto por que todavía no tengo permiso de conducir, Andrea me lleva.

—Me lo pidas o no, siempre te llevo, Lucía —. Me dice y se levanta al baño.

—Ya vuelvo —. Dice Luciano y se va hacia la cocina

Estos dos se traen algo, estoy segura.

(...)

Luego de ir al baño, Andrea dijo que se tenía que ir por que su madre la había llamado para algo importante.

Luciano salió de la cocina a penas se fue Andrea y me bombardeo con un millón de preguntas, ¿Cómo está ella? ¿Ya me superó? ¿Aún siente algo por mí? ¿Tiene novio? Y muchas más.

Y aquí estoy, con mí estresante hermano.

—Entonces ¿Crees que me acepté la invitación a salir? —. No no lo creo, pero vamos a darle esperanzas.

—Eh... —. Mí cara de incomodidad no puede ser más obvia—. Escucha, Luciano, se que todavía la quieres y todo ese rollo, pero créeme cuando te digo que aún eres un tema sensible para ella. Pero, con las ganas que tiene de salir de su casa, creo que si te aceptará la invitación.

La cara de mí hermano se ilumina de alegría. Sa abalanza hacía mí y me abraza.

—¡Gracias, pecas! ¡Eres la mejor hermana y mí favorita!.

Ruedo los ojos.

—Luciano, ¿Cuántas veces te he dicho que no me digas así? —. Me toco el puente de la nariz, estoy irritada. Mí hermano es irritante—. Además, soy la única hermana que tienes.

—Sabes que es de cariño, Lucía —. Me mira con una sonrisa la cuál yo no tengo—. Que amargada.

Se va gritándole a mamá, ¡Mamá!, ¿Siempre es así de amargada?, Cuál respuesta no alcanzó a oír, pues estoy subiendo las escaleras.

Abro la puerta de mí habitación y corro hacía la cama y salto. Se siente tan bien.

Cojo mí celular y le marco.

—¿Hola? ¿Lu, estás ahí? Si no habl... —. No lo dejo terminar.

_¿Qué? Si, si estoy aquí. Llamaba para preguntar si querías venir a mí casa—. Silencio, ensordecedor silencio—. Pero si no quieres está bien. No pasa nada.

—¿Qué? ¡No! Claro que quiero —. Se le escapa una risita—. Es solo que... —. Se escucha música, seguro está en una fiesta—. Oye, ¿Quieres venir a una fiesta en mí casa?.

Una fiesta.

Con Alfredo.

En su casa.

—¡Me apuntó! —. Grito, literal—. Oye, ¿Puedo llevar una amiga?.

—¡Claro, mientras más, mejor!.

—Ok, en un rato estoy en tu casa.

Obvio hice todo como flash, y mientras me vestía llamé a Andrea y le pregunté si quería ir a la fiesta y aceptó. Ella me recogería y nos iríamos juntas y volveríamos juntas. Todo bien hasta ahí, pero todo se fue al basurero cuando mí mamá decidió que debía ir con mí hermano para que él se hiciera "responsable" de mí y de Andrea. Si supiera que yo tengo un poquito más de responsabilidad que él en cuanto a esto.

Y ahora, aquí estoy, en el recibidor esperando a mí mejor amiga junto a Luciano.

—Es un milagro que al fin te quedes callada, por una vez en tu vida —. Sé que solo lo dijo para molestarme.

—Luciano, si estás aquí y ahora vivo, es por que yo no lo decidí así. Créeme que si tu no estuvieras vivo, yo no estaría aquí y ahora esperando que llegué Andrea para ir a la fiesta —. Exclamo con pesadez. Mí hermano es demasiado irritante—. Por que lo que menos quiero es un niñero, ¡Y mucho menos mí hermano! —. Lo observo y no puedo evitar pensar que fue lo que vió Andrea en él, no tiene nada bonito, ni el nombre—. Así qué, comportate como un universitario, que eso te sale de maravilla.



#35498 en Novela romántica

En el texto hay: romance

Editado: 30.05.2020

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