Y me encantaría decirte que estoy cumpliendo por fin de a poco mis sueños, que he vuelto a recuperar la confianza en mí misma, que he vuelto a ser capaz de saber que voy a lograr las cosas porque quiero, por que puedo.
Las ganas de darte uno de esos abrazotes brutos que solía darte y que aceptabas sin queja alguna se me hacen tan necesarios y tan imposibles que por momentos me agarra la terrible impotencia de dejarme llevar por el odio por la bronca que me genera el querer abrazarte y saber que por más que vaya a verte no vas a estar en el que era tu domicilio, vas a estar en un cementerio donde yo no quiero ir porque tengo miedo de emocionalmente quebrarme de nuevo y esta vez no tener a que aferrarme para no caer en el abismo.
Esta navidad va a ser la primera sin saludarte, sin saber que vas a estar para mi, o que si no la pasas en mi casa igual voy a poder ir a saludarte en algún momento.
Esta víspera de Navidad está sacando lo más cursi de mi persona, estoy putamente triste y la tristeza no se me va, el dolor en el pecho, esa angustia inigualable me está destrozando, pero aun así y hoy más que nunca, me sigo aferrando a tu amor para sobrevivir.
Conclusión N°8: Abracen más, amen más a su familia, disfruten cada instante como si fuera el último.