Diez días ya sin Min, las pesadillas de Sunnie regresaron, Mariel tardó en volver a dormir a Sunhee ya que sólo pedía por su padrino, pero al final lo logró y tuvo un momento para bajar a la cocina y prepararse un café.
Antes de que la tetera avisará que ya estaba listo, escuchó unos fuertes toques en la puerta. Se acercó con la esperanza de que no fuera alguno de los chicos, ya que por fin Jungkook y las niñas se encontraban dormidas, afuera estaba helando. Abrió y jamás creyó que lo iba a ver tan pronto. Ahí estaba Yoongi, temblando, con una sencilla camiseta, los ojos bastante rojos y los labios resecos.
-¿Sigue con pesadillas?- preguntó en un hilo de voz sin dejarla hablar
-¿Qué? ¿Quién?- estaba tan confundido que no se dio cuenta que hablaba de la niña
-Sunhee- se abrazó a él mismo entrando a la casa
-No, está dormida…- nada más dicho eso, se desplomó en el suelo de rodillas, sus lágrimas no tardaron en aparecer -¡Yoon!- Pero este, se abrazo con fuerza a sus piernas
-Perdóname…- empezó a sollozar y temblar aún más
Mariel no sabía qué hacer, si abrazarlo, dejarlo llorar o llamar a alguien. Estuvo a punto de llamar a Jungkook, pero se percató de cuán intensos se tornaban sus temblores. Con cuidado se puso frente a él y los tomo con delicadeza de los hombros para levantarlo.
-Lo siento mucho- no dejaba de repetir con un tono bajo y sin dejar de llorar
-Tranquilo, Yoonie, no pasa nada- fingió su mejor sonrisa para tratar de no alterarlo más
-Te d-dejé y t-te compliqué todo- dijo entre sollozos y temblores
-Todo está bien, solo te extrañamos mucho- susurró tratando de llevarlo a la cocina donde estaba más cálido
Yoongi no parecía tranquilizarse con nada y Mary ya no sabía cómo reaccionar ante tanto llanto y desesperación que terminó sentándose en el suelo de la cocina. No era una persona de dar abrazos a nadie más que las niñas y Jungkook, pero era su última opción para tranquilizarlo y que las niñas no despertaran. Aún en el suelo, estiró los brazos en la dirección del mayor frente a ella. Este dudo mucho en si acercarse o no, pero un asentimiento de parte de Ari lo convenció.
Se acercó rápidamente a su Ari para pasar los brazos por su cintura y sentarse en su regazo. Mariel no esperaba que se sentará sobre ella, pero al escucharlo decir "perdóname Ari, lo siento mucho" repetidamente, supo que no era prudente sacarlo de encima. Con uno de sus brazos rodeó los hombros del mayor y, con el otro, posó la mano en su nuca acariciando su cabello, repitiendo que todo estaba bien porque estaba de regreso en casa.
Por más que Mariel había intentado que Jungkook o las niñas no se despertaran, fallo con el mayor de los pequeños, quien se encontraba escondido entre las escaleras viendo la escena de sus mayores, rápidamente tomó una fotografía del momento y se la envió a Taehyung para recibir una llamada de este -¿De donde sacaste esa fotografía? ¿Es Yoongi? ¿Cuándo volvió? ¿Que está pasando?- Preguntaba el rubio al otro extremo de la llamada -Es que yo tampoco se, solo se que escuche bastante ruido y quise venir a ver si Mary estaba bien, Yoongi no dejaba de llorar y Mariel lo consolaba- Su emoción se notaba, una parte por la gran apuesta que ganaría contra Taehyung y en otra, porque por fin su hermana seria feliz y él podría tener a una figura paterna más -Te dije que se terminarian enamorando los dos brutos- Río por lo bajo con seguridad -No digas tonterías, Jungkook- Pero Jungkook realmente estaba convenciendo de lo que miraba -Sabes que terminaran juntos, pero te duele el bolsillo- Subió nuevamente escaleras arriba para ir directo a su habitación.
Después de un rato y de darle un poco de café y algo de cenar, cada quien se fue a su habitación, finalmente ya estaban todos en casa, pero algo era bastante diferente, las habitaciones de ambos estaban juntas, por lo cual podían escuchar en la noche cualquier sonido -¿Estas bien? Te escucho llorar hasta acá- Le llamo Mariel a su celular siendo atendida de inmediato -Oh, lo siento… Enserio lo siento, no quería molestarte- Susurraba mientras intentaba secar sus lágrimas -Ese no és el gatito que yo conozco, no me molestas, solo que… Me da pena decirlo- Suspiro profundo, buscando las palabras adecuadas para continuar -Pero sé que no te gusta dormir solo cuando te sientes mal. No quiero que las niñas te vean así porque se asustarán, así que puedes venir conmigo si quieres- Nuevamente se detuvo, quería decirlo de una mejor manera para que él pudiera sentirse tranquilo -Te ofrezco mi cama y compañía hasta que te sientas mejor ¿vienes?- La llamada terminó y no obtuvo respuesta alguna. Ahora estaba en su cama esperando que los mensajes que había mandado no lo hayan asustado. Su preocupación se fue en cuanto vio el pequeño cuerpo de Yoon entrar tímidamente a su habitación.
-¿De verdad está bien que esté aquí?- preguntó en un susurro
-Claro, tengo mucho espacio- destapó la cama del lado desocupado invitándolo a sentarse
Yoongi se acomodó en ese lugar, pero estaba incómodo porque él siempre que estaba así abrazaba a las niñas. No sabía si Mariel lo dejaría o lo apartaría, aún no se llevaban tan bien, pero decidió arriesgarse porque parecía estar de un buen y amable humor.
Se acercó al cuerpo de su Ari lentamente, ella no pareció notarlo porque tenía los ojos cerrados, al menos así fue hasta que Yoongi pasó un brazo por su abdomen para abrazarla y posó su cabeza en su hombro.
-Creo que estás tomando demasiada confianza, Min- dijo en broma
-Oh, lo siento-r ápido se apartó de ella -Perdón Ari, no quería incomodarte-
La menor se sorprendió, no pensó que reaccionaría así. Si era extraño lo que hizo, pero no le molestaba si eso era lo que necesitaba para estar mejor. Ella lo necesitaba mejor.