La mañana siguiente se hizo presente y nuevamente Min y Mariel habían compartido la misma cama, algo que en un principio hubiera sido imposible para ellos, ya había ocurrido en dos ocasiones. La primera en despertarse fue Mariel, quien comenzó con su rutina mañanera. Su día comenzaba con ella lavando su rostro y dientes, para seguido de ello bajar a la cocina a preparar algo de desayunar para todos, despertar a Jungkook y luego a las niñas para después ir por Min y que se alistaran para su día, servir el desayuno y finalmente desayunar junto a ellos para llevar a los pequeños al colegio y regresar a casa a ordenar para dar sus clases.
Despertar a Kookie siempre era lo más complicado, pues se quedaba hasta muy tarde jugando videojuegos aunque su hermana lo reprendiera al día siguiente. Sin embargo, desde que SooMin estaba en su vida, su rutina había cambiado y ahora era el primero en despertar. La puerta de la habitación del menor se abrió y el ya se encontraba bañado y cambiado -Me ganaste esta vez Kookie ku- Sonrió tierna mientras le ayudaba a acomodar la corbata del uniforme
-¿Dormiste de nuevo con Yoongi?- Pregunto molestandola, mientras las mejillas de la mayor se pintaban rosadas
-No- Su mirada esquivaba la de Jungkook, ella nunca era buena mintiendo
-Mientes- Rio con fuerza para sonrojarla aún más
-Bueno, tal vez- Sonrio despues de ganar esa larga batalla contra la corbata de su hermanito
-Lo sabía, te gusta, ¡Te gusta!- Brincaba de un lado a otro mientras su sonrisa se intensificaba
-¡Ay, que intensito eres! Yo no te crie asi- Río al salir de la habitación rumbo a la de las pequeñas, mientras Jungkook iba tras ella
-No, tu eres mucho peor, yo me contengo- Bajó corriendo las escaleras para que su mayor no lo golpeara con la chancla
-Huye, al final te encontraré y dolerá más- Rió al entrar a la habitacion de las gemelas
El desayuno corrió con tranquilidad, finalmente cada uno debía ir a sus respectivos lugares, después de dejar a las niñas y a Kook, Mariel necesitaba hacer una llamada
En la llamada:
-Yoongi, por favor no te vuelvas a ir, no podría yo sola con las niñas. Es demasiado diferente a como lo fue con Kook porque son muy pequeñas, solo quedate ¿si?- Hablo con voz tierna mientras Yoongi la escuchaba y sonreía al imaginar su puchero
-Si podrias Ari, pero no te dejare comprobarlo, estaré aquí siempre- Sonrio para solo escuchar un agradecimiento por parte de ella y terminar la llamada
Min volvió a su trabajo, mientras con una enorme sonrisa cocinaba junto a su mejor amigo -Parece que ya te está yendo bien con las niñas- Sonrió un amigable Hoseok deteniendo su cuchillo y mirando al joven Min
-Gracias, por permitirme estar en tu casa los últimos días- Sonrió agradecido y achicando sus ojos
-Oh, de nada, ¿ya está todo bien?- Pregunto volteando la vista a lo que cocinaba
-Si, lo está- Imito la acción de su mejor amigo -Muchas gracias Hobi, por el lugar, las palabras y en especial por ese sermón y la foto que me enseñaste de las pesadillas de mis niñas, gracias a eso volví- Dejo lo que estaba haciendo y le dio un enorme abrazo al pelinegro
-No tienes nada que agradecer Yoonie, te adoro y eres mi mejor amigo, siempre te apoyaré y hablaré con la verdad- Esas palabras tranquilizaron al impaciente y muy testarudo Min Yoongi, haciéndolo volver a su trabajo al ver que su supervisor se acercaba al lugar
El día estaba por terminar, Yoongi finalmente había terminado de trabajar, subió a su auto para ir rumbo a casa cuando de la nada su celular comenzó a sonar nuevamente
En la llamada:
-¿Yoonni?- Si, era la voz de su querida Ari quien le daba alegría a sus días últimamente
-¿Ari?- Imitó el tono de voz de su menor haciéndola reír un poco
-Es tarde, ¿ya vienes?- Para Yoon no era difícil imaginar aquel puchero que seguro Mariel tenía en su rostro
-¿Tienes miedo de que no vuelva otra vez?- Un pequeño silencio se hizo presente
-Para ser honesta, si- Su voz sonaba triste y un poco nerviosa
-Ahora voy, no te preocupes- Sonrió un poco, de una forma tan inexplicable y como no había sonreído en años -Llevare galletas, que los pequeños no se duerman aun- Encendió el auto mientras dejaba las ya mencionadas en el asiento del copiloto
-Hannie ya se durmió-
-Que Kookie y Sunnie no se duerman, por favor- Suplico para finalmente terminar la llamada
Yoongi llego y los tres estaban sentados en la entrada esperando a que él llegara, Sunnie y Kook corrieron a tomar las galletas en cuanto lo vieron entrar y Mariel le dio un abrazo y le agradeció haber llegado de nuevo. Después de cenar y mientras Min jugaba con la pequeña en el jardín, Mariel solo se sentaba a admirar lo felices que eran juntos, Jungkook se sentó junto a ella de forma sigilosa, pero Mariel recostó su cabeza en el hombro de su pequeño en cuanto se percató de su presencia.
-Si llego- Sonrió de manera dulce
-Mary, ¿te estás enamorando?- La pregunta la sorprendió y comenzó a reír de manera nerviosa
-¿Que cosas estas diciendo mocoso?- Le dio un pequeño golpe desatando finalmente la risa de los dos
-¿Te gusta Yoongi, cierto?- Pregunto Jungkook mientras la miraba a los ojos
-No- Respondió sin poderle sostener la mirada
-No soy tonto- Giro su mirada a su mayor y a la pequeña que jugaban felices -Nunca habias dicho algo así por nadie, estas más atenta con el desde que volvió- Hizo una pequeña pausa y un poco de enfado se noto en el -Además estaban muy abrazaditos en el suelo de la cocina la otra vez- La miro