-De nuevo, disculpame por hacerte despertar tan temprano Jungkookie- dijo SooMin yendo a pagar con Jungkook fuertemente agarrado de su mano
-No te preocupes, entiendo que tengas que ir con tu familia y no tengas tiempo- sonrió con sus dientitos de conejo
-Si, no quería irme sin pagarte el chocolate que prometí- le sonrió para abrazarlo después, Jungkook se dejaba consentir gustoso
-Vuelves en una semana, si podía esperar- mintió, quería verla todos los días, si bien una semana era un tiempo muy corto, Jungkook quería estar siempre con ella
-Podemos repetirlo cuando vuelva- sugirió sin saber que el corazón del pequeño Kook saltaba de felicidad
Antes de poder contestar, salieron del restaurante y la emoción llegó a Jungkook al ver que estaba nevando y ellos no lo habían notado. Se soltó del agarre de la chica y corrió
debajo de un árbol donde se estaba acumulando la nieve. Golpeaba ligeramente las hojas con un dedo para dejar caer la nieve, SooMin lo veía sonriente, siempre fue muy adorable jugando, Jungkook estaba tomando valor para atreverse a ir más allá con la chica que le gustaba. La persona con la que ves la primera nevada estará contigo toda la vida, ¿no? pensó, recordando como su hermano le contaba que él vio la primera nevada con Soo Mi
todos los años que estuvieron juntos.
-¡SooMin!- le gritó, a pesar de no estar lejos, y le hizo señas para que se acercara, ella no se hizo esperar -Cierra los ojos.
Los pedidos tímidos de Jungkook le daban tanta ternura que nunca podía negarse. Con una de sus características risitas, cerró los ojos esperando cualquier cosa que Jungkook quisiera hacer.
Por su lado, él estaba nervioso y feliz por lo fácil que ella accedía a todo lo que pidiera. Quería besarla y nunca pensó que sería tan sencillo. Tomando valor de algún lugar, se acercó hasta que pudo sentir su relajada respiración y ver detalladamente esa sonrisa que tanto adoraba y siempre le gustaba detallar. Antes de que se diera cuenta y abriera los ojos, posó sus manos en cada mejilla de la chica y unió sus labios. Un toque dulce que dejó helada a SooMin.
Jungkook estaba feliz, pero, al no recibir respuesta, se iba a separar y disculpar, pero antes de hacerlo, lo tomó de la nuca y guió sus bocas en un compás dulce que hizo suspirar al pequeño Kook. Sus manos pasaron de su rostro hasta la cintura de SooMin y el agarre en su cintura se hizo más firme, pero sin ser brusco.
Con el paso del tiempo y el estar juntos, Yoongi se había convertido en lo que JiHoon era para Jungkook, un padre, el cual estaba con él cada que le pasaba algo, inclusive para escuchar todas esas cosas de chicos que Kook jamás se atrevería a contarle a Mariel. El celular de Yoongi comenzó a sonar y efectivamente se trataba de Jungkook.
-¿Estás bien? ¿Sucede algo?- preguntó el mayor con curiosidad por la repentina llamada de menor de los Jeon
-¿Podemos vernos en la cafetería favorita de Mariel? La que queda junto al gran parque que le gusta ir- solicitó con ternura, tanta que Min no podía negarse a él.
-Estoy cerca ¿Tardaras mucho en llegar?- Realmente el se encontraba a una calle de esa cafetería, ya que el restaurante en el que trabajaba se encontraba cerca del lugar
-Estoy a unas calles de la casa, tomaré un taxi- y finalizo la llamada mientras Min se quedaba con un “Ten mucho cuidado pequeño” sin poder musitar
Yoongi llegó a la cafetería antes que Jungkook, sabía que el menor tardaría en llegar porque el tráfico ya empezaba a circular con mucha afluencia y el lugar no estaba tan cerca de donde vivían. Igual pidió su café y jugo para el menor, para esperarlo tranquilo en una de las mesas. Estaba tranquilo observando las decoraciones que había en el lugar cuando sintió un par de manos taparle los ojos, solo había dos personas que lo hacían y Soo Mi no podía ser.
-¿Hanna? -preguntó dudoso poniendo una de sus manos sobre las desconocidas
-Caramelo por adivinar -dio un brinquito frente a él con un dulce en la mano, Yoongi solo pudo reír aceptándolo.
-Hola, siéntate por favor- dijo torpemente levantándose -¿Cómo has estado?-
-Bien- se le veía sincera, aunque Yoongi pudo notar unas ligeras ojeras, junto a un cabello más corto y un cuerpo más delgado -Una ruptura siempre es difícil, pero ya estoy bien, ¿tú cómo estás?-
-Tranquilo, feliz, las niñas me hacen sentir mejor sin importar cual sea mi mal- sonrió y estiró la mano para acariciar su cabello -Te queda muy bonito el rubio-
-Gracias y, tienes razón, mi sobrina fue un amor conmigo- dijo tímidamente por el contacto y notando un vaso a un lado -Oh, ¿estás con alguien? ¿interrumpí?-
-No no, tranquila, aún no llega- se apresuró a decir cuando la vio intentar levantarse-. Cuéntame cómo te va con el trabajo..
Hanna y él se tomaron una foto que rápidamente terminó en las redes por obra de ella y que Hoseok por accidente le envió a Mariel intentando enviarla a Jungkook. Mientras tanto, Hanna le empezó a contar todo lo que había pasado en su trabajo en esos días y como había conocido a un chico que le estaba robando su atención.