Se que estás dormida, pero... demonios, dime como puedo mirar a esos ojos que me dejan en octubre, en el momento en que te vi, que me hablaste por primera vez, y es que ha pasado tan poco tiempo, pero siento que ha sido tanto como para desarrollar estos sentimientos que siento hacia ti, y es que te amo, como el amanecer que se ve desde la ventana, como el silencio de la madrugada, como un lector ama a los libros y como los lobos aman la noche, de una manera tan fervorosa que me es inefable de explicar, y ojala esto por un largo tiempo vaya a durar, porque si no es así no sé qué rayos vaya a pasar y como mi corazón quedará, no quiero que nada de esto sea efímero pero sé que tampoco será perpetuo, pero mientras, amémonos mientras se pueda sin ningún tipo de vergüenza y de barreras, hasta que nuestras diferencias nos lo permitan y nuestros corazones se entiendan, te amaré hasta la infinidad y nunca te olvidaré así como espero que tú nunca lo hagas, déjame ser el ángel que siempre te cuidará y estará ahí para ti en donde sea, en las buenas y en las malas, en los momentos felices y en los tristes, en la luz y en la oscuridad y a donde sea que vayas, en tu mente estaré y en la mía estarás y así no nos olvidaremos jamás, y siempre en la segunda estrella a la derecha estaré, cuidándote hasta que nuestras almas dejen de existir, y es que han habido un montón de personas, pero nadie se siente como tú, así que por favor, no rompas a este dulce corazón que late por ti cada mañana y cada noche, porque eso sí que me destruiría, y como ya había dicho antes, te amo y te amaré, de la manera más pura en la que nadie nunca lo ha hecho.
— L. Live