Escúchame bien, porque tonta no soy. Yo también disfruto de nuestro incierto juego, ese juego de idas y venidas, donde la victoria es mía, cuando me miras o me sonríes; cuando derribo tus barreras y me desvelas tus secretos; cuando creo atesorar la verdad o el destino, mas, sé bien, que todo es una fantasía, ilusiones que surgen de tus manos de mago, pero mueren en mi sensibilidad de mujer.
Soy plato de segunda mesa, reconozco que llevo las de perder y que desapareceré cuando ella te bese, te toque o te acaricie. Sin embargo, lamento desvelarte tu curiosa realidad, si bien, quizá ella fuera más linda o más lista, pero los restos y los riegos de tu vida, te los replanteaste conmigo, mellé en tus pensamientos y juraría que me mostraste atisbos de ti.
¿Qué hay de ella?, ¿Eres tú a su lado?
Ella es tu ficción, la perfecta idealización, la fundadora de las ilusiones que destinó para ti y que no supiste captar.
Te quiero, aunque no siempre te querré, así que, cuando descubras la verdad y despiertes de tus sueños utópicos, no intentes volver a mí, porque, podrás haber sido tú, el seductor de nuestros juegos y batallas, mas, yo siempre seré la pragmática, la decretista del final de partida, al verte optar por la observación antes de vivir para el corazón.
Descanse en paz, el rey.
Firmado: Mi