La discriminación no se da solamente entre razas, clases sociales, religiones, edad o preferencias sexuales.
Existen micromundos que distinguen a un grupo de personas de otras aplicándoles un tratamiento contrario al criterio para el que fueron creados.
Conocí el caso de una maestra de primaria que había hecho de su salón de clases un micromundo. Las ocasiones en que se extraviaba algún objeto, dejaba a los varones castigados después de horario, debían vaciar su mochila y no salir hasta que apareciera el culpable. Las niñas estaban eximidas de revisiones y sanciones, sin embargo una de ellas fue descubierta. Cuando se celebraba una festividad escolar o recreativa, los varones debían esperar para comer; la profesora distribuía los platillos y postres entre las niñas y sólo cuando confirmaba que estaban satisfechas, repartía el sobrante entre los niños.
El director de una escuela conformada por dos turnos, expresaba en sus discursos que todo aquel que tuviera bajo rendimiento, inasistencias, problemas de conducta, cabello o vestimenta inadecuada, sería relegado al turno vespertino. Dicho turno tenía la desventaja de no ser tomado en cuenta para avisos, becas o entrega pública de diplomas. Gran parte de los estudiantes vespertinos no entraba en la categoría de los castigados pero llevaba consigo el estigma que los devaluaba. Los de alto rendimiento aspiraban a ser cambiados al micromundo.
Un instructor de cursos para adultos solía priorizar la participación de un grupo de personas con las que tenía cierto vínculo. Los halagos y el apoyo hacia su micromundo se tornaban exagerados y la barrera no podía ser atravesada por gente nueva aun cuando sus aportaciones habrían enriquecido a la comunidad.
Los anteriores son ejemplos del ámbito educativo pero existen micromundos en donde la propia familia tiene actitudes y creencias desfavorables que “desacreditan, excluyen o rechazan” a un integrante o a un grupo de ellos por considerarlos diferentes. Lo mismo ocurre en ambientes laborales, deportivos, vecinales, sociales, etc.
El desprecio inmerecido de los micromundos puede llegar a influir en el modo en que los individuos se perciben a sí mismos y tener efectos negativos.
Y tú, ¿Has experimentado discriminación por parte de algún micromundo? ¿Has formado parte o conoces a alguno?
Adriloch