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CARTA DE DESPEDIDA

Extracto de mi relato "El amor en tiempos de Covid"

Decidí despedirme a través de esta carta porque algunos expertos dicen que debemos cerrar ciclos pues el mantenerlos abiertos no nos deja avanzar adecuadamente.
Por supuesto, lo suponía desde antes de esa noche en que ella vino. Es más, ese domingo al ver que ya eran las 10 pm pedí a Dios que interviniera porque estaba rebasada. Te exigió que fueras con ella y te marchaste para siempre como una luciérnaga embelesada por su brillo. Su sonrisa de satisfacción la coronaba como indiscutible ganadora.
Hoy quiero darte las gracias por liberarme de tu eterna ausencia injustificada. De tus salidas diarias al amanecer y regresos cuando los niños dormían. De tener que escuchar los ruegos de mi hijo para que lo acompañes a jugar básquetbol y recibir negativas. De tu indiferencia; de que hasta mi voz te moleste y busques el menor pretexto para estar ofendido. De ver cómo te acuestas al otro extremo de la cama como si el aire a mi alrededor estuviera contaminado. Mi peor temor se volvió realidad. Creí que los niños llorarían mientras te veían irte con ella pero para mi sorpresa mi hijo se erigió en toda su estatura exhalando y diciendo: ¡Por fin! Mi hija soltó el peso que había sido obligada a cargar a su corta edad y que tantas burlas le acarreó en la escuela en donde sin pudor llegabas acompañado.
Me hubiera gustado despedirte de frente pero mis vanos intentos se veían frenados por una avalancha de palabras describiendo lo miserable que hice tu existencia por el simple hecho haber nacido. Escuché adjetivos y acciones de mi misma de las cuales no estaba enterada. Entonces prometí poner mi grano de arena para que por fin fueras feliz pues a fuerza de escucharlo sentía que te lo debía.
Hace más de dos años que sólo sabemos de ti cuando nos cuentan lo feliz que luces de la mano de ella. Estamos bien, tranquilos y en paz. Sonreímos con frecuencia. Tu hija se encuentra sorteando los embates de la cruel adolescencia pero es de buena madera, así que saldrá vencedora. Tu hijo parece de acero, la madurez temprana está forjando su carácter. Ambos son nobles y cariñosos, estudiosos y disciplinados; puedo presumir que aún se maravillan ante cosas sencillas y saben amar incondicionalmente.
Adiós alma libre. Continúa tu camino a como quiera que te guste. Y nuevamente gracias porque de no ser por ti seguiría ahí.

Adriloch



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En el texto hay: misterio, amor, drama -romance

Editado: 28.04.2024

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