LA TIMIDEZ

La niña era demasiado tímida, una sensación de angustia se instalaba en su estómago cuando debía dirigirse a alguien fuera de su círculo, principalmente si se trataba de adultos. Era algo hereditario, no existe otra explicación. En la primaria observaba a otros niños que tenían la facilidad de hacer amigos y anhelaba ser como ellos pero simplemente no podía. Los padres de antes poco preguntaban a sus hijos sobre su sentir, la escuela o los amigos, entonces los niños resolvían sus conflictos solos.

En la secundaria recibía buying de dos compañeras; lo aguantó con valor cierto tiempo pero pasaba las tardes ideando cómo acabar con él.

Una mañana, su principal hostigadora la recibió con el habitual jalón del cuello de la blusa y la cachetadilla. Con su voz lenta y tranquila la retó a golpes a la salida de la escuela. El sitio era un puerto marítimo rodeado de barcos camaroneros; ahí tenían lugar todas las peleas frente a un público preadolescente enardecido. En ningún momento sintió miedo o preocupación, solo había decidido dejar de ser una víctima y ese era el día.

Después de un intercambio de golpes y jalones, el encuentro terminó por la intervención de alguien con madurez no propia de su edad y propició una oleada de decepción de más de 50 estudiantes ahí reunidos. Al día siguiente la chica estrechó su mano y aunque no tuvieron una fabulosa amistad, de ahí en adelante hubo cordialidad. Días después se encargó de la segunda hostigadora, de ella no recibía acoso físico, solo palabras burlonas y amenazas. Le dijo que tenía un tío asesino al que había dado su nombre y dirección. El resultado fue el mismo; al día siguiente la niña le confesó que no había podido dormir por el miedo, le ofreció su mano y le dio un regalo.

En su juventud y adultez, cuando le tocaba tratar con déspotas y hostigadores, les paraba un alto repentino y sorpresivo; misteriosamente esas personas cambiaban a una actitud cortés y sonriente.

Cuando llegó a la adultez se cansó y optó por retirarse en paz, al fin que no podía cambiar al mundo.

Adriloch

5 de Enero del 2020