Mis Jefes intergalácticos +18

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El elevador se abre ella observa como todo salen y como eso dos gemelos tan grandes van caminando, no hay duda son de la especie Omerpus algo muy raro de ver en la tierra.

Ellos mayormente no están en el planeta, sale de sus pensamientos al ver tantas personas aplicando para el puesto, sus ánimos se bajan un poco pero no le da mente.

Se sienta un poco alejada de todas esa mujeres y comienzo a llenar el formulario, luego de diez minutos terminan levanta la mirada, nota que ellas aún están llenando la hoja, bufa al notar que algunas hasta pregunta que significa muchas cosas.

Niega en desaprobación, luego de quince minutos alguien sale y comienza a recoger los formulario, cuando llegó a ella este la mira sorprendido, al parecer no esperaba que ella no llenará el papel, pone los ojos en blanco.

Sus adorables abuelos la criaron con mano dura, a pesar de que fue a la escuela sus parientes le dieron clases extras de varios temas.

Ella nunca fue a la universidad, nunca le gustó eso durar tantos años estudiando para que al final todo depende de un estupido examen, ella optó por hacer cursos, con los conocimientos que le dieron sus abuelos y esos cursos prácticamente a hecho una carrera por completo.

Se da cuenta que ya comenzaron a llamar, es posible que ella sea la última o mejor dicho  ni la llame.

<< si es posible que ni me llamen, aquí hay mujeres que parecen porcelana de tan fina que se ven >>

Las horas fueron pasando exactamente dos horas a este punto sus esperanzas para el puesto se esfumaron, suelta un largo suspiro en la sala solo queda ella.

Realmente eran mucho hasta que pasaron chicas que llegaron último que ella, así que cansada de esta tontería se levanta comienza a caminar con pasos firmes hacia el elevador.

—Srt. Pérez.

Voltea a escuchar su nombre levanta una ceja, solo se queda viendo al hombre sin decir nada, al parecer llega su turno.

— Pase es su turno —dijo un poco avergonzado sus jefes están muy enojados había pasado todas las mujeres que él creo que eran mejores para el puesto, pero ellos solo lo miraban con odio puro, hay lo supo había hecho todo mal, ninguna de esas mujeres duraron ni cinco minutos en la entrevista.

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Eros esta muy enojado el estúpido de recursos humano solo a estado pasando a mujeres que ni idea tiene de usar un maldito programa simple.

Observa que su hermano Éber está tranquilo pero él lo conoce tan bien, sabe perfectamente que está enojado con esta estúpida situación.

Lamentablemente tenían que venir y durar un tiempo en el planeta tierra, su especie está comenzado a investigar a los líderes de este planeta y el comportamiento de los seres humanos.

Que hasta ahora solo es estresante, solo tiene una semana en este sitio y prácticamente nadie sabe hacer nada, aun no entiende cómo esta empresa está a flote.

Éber alza una ceja al ver como la curvilínea del ascensor entra al lugar, Eros se sorprende un poco al ver a la mujer, esta se pone frente de ellos.

Un rico olor llega a sus fosas nasales ese mismo olor que sintieron en el ascensor.

<< Ese rico olor es ella >> pensaron ambos al mismo tiempo.

—Saludos caballeros —hace una pequeña reverencia no es tonta, sabe perfectamente que estos hombres deben de ser alguien importante.

Los gemelos se ponen de piedra al escuchar la hermosa voz de la curvilínea, Éber carraspea —Tome asiento —dijo encontrando su voz.

Ambos observan como ella se sienta con elegancia, casi gimen al ver la piel del muslo de ella.

—¿Dígame su nombre? — pregunta Eros un tanto nervioso.

—Arlet Pérez —contesta un tanto cansada y con ganas de irse de este lugar, ella sabe que no obtendrá el puesto ni siquiera sabe por qué decidió entrar.

Los gemelos se sorprendieron como ella le respondió sin ningún deseo, morbosidad mejor dicho fue con indiferencia y educación.

Éber comienza hacerle las preguntas, él y su hermano quedan sorprendidos por la forma tan perspicaz de ella, cada respuesta fue contestada con fluidez, sin ninguna vacilación y rapidez.

Al parecer ya encontraron una secretaria para uno de ellos.

—Bien, srta. Pérez está contratada, su puesto será de asistente administrativa... —no pudo terminar ya que lo han interrumpido.

—Disculpe señor, pero la joven no está calificada para el puesto —

Los gemelos miran con enojo al hombre —Al parecer es alguien que no está calificado para su puesto —articular Eros un tanto enojado.

El chico trago seco había metido la pata, esa mirada que sus jefes le están dando no es bueno, el había prometido uno de los dos puesto a alguien, por lo menos hay una vacío y sabe a quien poner.

Al final Arlet leyó el contrato sorprendida por la cantidad de paga que le darán, tiene todo incluido, un seguro muy completo que en estos tiempos es un poco difícil de conseguir.

No negara que está contenta y firma con emoción, solo espera tener la paciencia y que todo salga bien.

—Perfecto, Srta. Pérez será mi asistente -anunció Eros —, espero que no le moleste comenzar mañana, ya que realmente necesito organización con urgencia —

— Claro Sr. Lawless, mañana estaré aquí temprano.

—Excelente, venga conmigo vamos alistar todo así puede ingresar mañana con normalidad —se para y comienza a caminar pero se detiene —, ah casi se me olvida, despide a la recepcionista esa actitud no me gusta, espero que contrates a alguien que valga la pena o si no despídete de tú trabajo —

Éber bufa, el quería a la curvilínea como su asistente, se levanta y mira al hombre —  Espero  que la asistente que esté en el puesto sea alguien capaz o si ya sabe que pasará —expresa un tanto irritado —, la quiero para mañana.

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Ella aún no puede creer que ha obtenido el puesto, pensó que era un chiste cuando entró, pero no fue asi solo queda dar lo mejor y tener paciencia.




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