Mis Jefes intergalácticos +18

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Al llegar a casa se quita con desesperación los tacones, ella no nació para usar eso, lamentablemente tendrá que usarlos de ahora en adelante.

<<Tal Vez cuando obtenga mi primer paga puedo comprá algunos que sean cómodos >>

Va directo a la ducha y se quita todo el estrés de hoy, en la tarde hace un poco de ejercicio le encanta hacerlo su cuerpo se mantiene relajado, para ella es una manera de quitar todo enojo y estrés.

Al llegar la noche alista todo así mañana no pierde el tiempo en busca de que ponerse, al igual que en la cocina deja todo preparado para el día siguiente, ella es un poco quisquillosa con la comida de la calle a pesar de sus quilos de más cosa que no le molesta todo es por genética.

De lado de su madre las mujeres Pérez son de grandes atributos, su madre murió cuando ella era una niña de diez años,  sus abuelos se hicieron cargo de ella, su madre se alejó al igual que sus abuelos de todo la familia, ya que ellos tenían una mente diferente en poco palabras son muy cerrados así que para evitar conflictos se alejaron.

Mejor deja sus pensamientos para después mañana comienza una nueva rutina y necesitará mucho descanso.

Al dia siguiente.

Con todo listo sale de su casa, saluda como todos los días a sus ancianos vecinos y se maravilla con el cielo azul.

Al llegar a la empresa saluda con educación a los demás empleados a pesar de que esto la mira con superioridad, se percata qué no está la misma recepcionista al parecer la había cambiado.

Al llegar a su puesto se encuentra con la antigua secretaría está la mira con bastante enojo, aún así Arlet la mira con educación no se va a rebajar a estas personas solo espera que su paciencia sea mucha porque si no, no durará mucho aquí.

—¡Buenos días Srta!

—Buenos días —respondió con enojo —, ven te explicare todo —

Arlet solo confirma, saca una libreta y comienza apuntar todo lo que la chica dice, sin embargo algo no cuadra .

—Srta ¿por que le da comida vegetariana?, tengo entendido que a los Gherm les gusta la carne.

La chica la mira aterrada. Es posible que ella haya hecho muchas cosas mal y por eso la despidieron, y lo confirmó por el problema de Word no supo usarlo, se dio cuenta que varias citas están en el mismo horario y no puede enumerar los demás errores.

Después de una hora la chica se fue, en el piso solo se encuentra ella y la secretaria del otro gemelo que por lo visto está bien perdida y no es por pensar o juzgar es por los gesto, se nota que no entiende nada.

Ella ha querido ayudar, pero tiene sus propios problemas, no puede creer los errores que hay, su jefe le informó que llegará tarde así que ella va aprovechar y arreglar principalmente la agenda.

Cuatro horas después.

Acaricia su cuello tiene varias horas tratando de arreglar el desastre de agenda, ha estado la mañana entera haciendo llamadas tratando de conversar con los clientes para otra fecha y así como también agendar nuevas citas.

Se percata qué ya es hora de comer, no irá a la cafetería, claro que no ella se levantó muy temprano para hacer algo de comer, hizo un gran bote de café para poder beber ese maravilloso líquido, así como también hizo refrigerio para su descanso.

Sube a la azotea cosa que está permitido así estará tranquila y que nadie la esté mirando, observa el lugar y encuentra una banca así que procede a tomar su rico almuerzo.

Mientras lo hace se maravilla con la vista de la ciudad, mira su reloj con rapidez y recoge todo le quedan 20 minutos para entrar a su puesto.

Ya en su puesto suspira de alivio en cualquier momento su sexi jefe llegará, mientras sigue corrigiendo los errores que hay, muerde sus labios al ver importantes documentos mal escritos.

Olvidándose de su entorno comienza a redactar los documentos, la chica al parecer hacia lo que se venían en gana cosas que esta mal, niega y sigue corrigiendo.

Tres de la tarde.

El ascensor se abre Arlet mira hacia el lugar y rápido se levanta sus dos jefes están saliendo, hace una pequeña reverencia —¡Buenos días!

Ambos hermanos se maravillan con la educación de la chica —¡Buenos días! —saludan ambos.

La otra asistente mira con enojo a la gorda, ella no hizo nada, pero vamos su cuerpo es espectacular y puso su mejor sonrisa y aun así ni un hola le dijeron a ella.

—A mi oficina ambas —dijo Eros, queriendo ver que han hecho las dos.

Al entrar a su oficina se percata qué huele muy bien y no está el desorden de siempre, al sentarse admira que los archivos están en orden alfabético y tienen pequeñas notas.

Éber se acerca a ver que mira su hermano, él también se dio cuenta que el lugar cambió, se sorprende al ver todo ordenado.

Ambos hermanos se sorprendieron más al ver todo redactado con orden y pequeñas notas de idea —¡Increíble!

Por la puerta entra la asistente de Éber Maria, entra con pasos sensuales y una sonrisa muy grande se agranda más al notar que la gorda aún no llega.

—Estoy aquí Sr. Éber —dijo con voz un tanto chillona.

Ambos hermanos hacen una mueca, a los minutos entra la curvilínea con una bandeja en manos.

—Les pido disculpa por tardanza, me imagino que tiene hambre le traje unos aperitivo —a cada uno le sirve una taza de café con pequeños sándwiches, la verdad ella tuvo que dar sus bocadillos ya que no había nada decentes, llora internamente al dar su adorable café.

Los hermanos Lawless con curiosidad prueban el café gime por tan magnífico sabor, prueban los pequeños sándwich y se maravillan.

—¿Dónde lo compraste? —pregunta Éber con la boca llena.

Arlet quería reír nunca espero esa reacción —Yo lo hice Sr.

Los gemelos la miran sorprendidos esta mujer es sorpresas tras sorpresas, al terminar de comer y beber tan rico aperitivo se pone serios, tienen trabajo que hacer.

—Maria dígame ¿cual es mi agenda? —pregunta Éber a su secretaria.




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