Por fin llegó el día, a través de la ventana mira como la nave se acerca a un planeta muy parecido a la tierra, la única diferencia es que es más grande.
Queda de piedra al ver como la nave entra, aprieta sus manos al sentir como se sacude un poco la suerte que rápido se calma, jadea al ver lo hermoso que es.
Los árboles son de diferentes colores, edificios muy pero muy grandes.
-Pequeña vamos.
Arlet confirma, toma la mano de su novio Eros y los tres comienzan a salir hacia afuera. Mientras iban se topa con el hombre de la cafetería, abre sus ojos en grande al ver su gemelos.
<<Son iguales, joder son guapos>>
<<Ni siquiera se puede diferenciar cual es cual>>
-Arlet -llama Éber.
-Eh.
-¿Pasa algo? -pregunta Éber, dirige la mirada hacia donde ella estaba viendo y se pone serio.
-No pasa nada, vamos.
Los gemelos confirman que antes de caminar ambos miran a ese par, al final siguen su camino.
Eros y Éber se miran tendrán que tener cuidado su mujer es de ello y nadie más.
Arlet sonríe al salir de la nave, se maravilla al ver todo un poco más de cerca, se detiene y cierra los ojos una pequeña brisa hace que su cabello rizado se mueva.
Las personas que están caminando miran a la pequeña y regordeta mujer, es muy hermosa.
Los gemelos sonríen con cariño pero rápido se esfumó al ver que todo los hombres la están mirando, así que Éber se pone frente a ella y le da un pequeño beso.
-Hermosa.
Arlet sonríe con cariño -Tu también lo eres.
Un hombre de mediana edad está mirando hacia la dirección de ellos, se acerca un poco.
-Príncipes -hace una pequeña reverencia.
-Oh mayordomo Lee -ambos gemelos saludan.
Arlet mira al mayordomo la misma característica de Omerpus, atrás de él hay otro igual salvo que el otro tiene el cabello negro y este gris.
-Mayordomo Ley.
-Príncipes.
-Queremos presentarle a nuestra novia, tiene que hacerle caso en lo que ella diga... además de ayudarla en cualquier cosa que ella pida -dijo Eros.
-Ella es Arlet -dijo Éber poniendo a su mujer frente a él -Pequeña ellos son nuestro mayordomos Lee y ley.
Arlet hace una pequeña reverencia -¡Mucho gusto!
Los dos mayordomos se sorprenden, nunca le han hecho ese gesto. Ellos también hacen una reverencia hacia ella -¡Mucho Gusto Srta. Arlet!
Se sonroja un poco por la hermosa sonrisa de ella, Ley carraspea -Por aquí por favor, el carro ya está listo.
Todos caminan hacia el coche, Arlet se da cuenta que es como una limusina. Solo niega tendrá que acostumbrarse a estos lujos.
Mientras el coche anda mira a través de la ventana, los árboles de diferentes colores, muchas flores hermosas, animales pequeños de diferentes formas, se sorprende al ver a mujeres mucho más grandes que ella.
Este planeta es muy hermoso y colorido, el paisaje es verde y muy basto.
Una hora después.
Al parecer porfía han llegado, jadea al bajarse de la limusina al ver una inmensa mansión de dos plantas.
-Vamos Arlet, esta es nuestra casa y al igual que es tuya -informa Eros con una gran sonrisa.
-¿Qué? -exclama sorprendida.
Hasta los mayordomos se sorprendieron, sus jefes nunca han traído a nadie a su casa principal.
-No creo que sea buena idea chicos -Dijo Arlet -, es mejor que yo busque un hotel así cuando tenga mi primer salario alquiló una casa.
-No eres nuestra, tienes que vivir en comodidad -expresó Éber -, mereces ser tratada bien, además que novios creo que tienes.
Arlet se marea un poco, sus dos hombres la aperruchan en un gran abrazo, al final se rinde y se deja al ser.
Poco a poco caminan hacia la mansión, las grandes puertas son abiertas por dos criadas.
-Bienvenidos Príncipes.
Arlet observa como todos hacen una reverencia, sus gemelos se ponen al lado de ella y cada uno toma una de sus manos.
-Ella es Arlet nuestra pareja -informa Eros.
-Ella estará a cargo de ahora en adelante -siguió Éber.
-No -dijo ella -, me imagino que ellos ya están haciendo un gran trabajo siendo dirigidos por los mayordomos chicos, además yo... tengo cosas que hacer aquí necesito buscar a alguien además de organizar cosas en la empresa.
Todos los empleados se sorprenden, nunca nadie ha rechazado a los Príncipes al parecer esta mujer no es simple, notan que no es mala mujer.
Y ojalá que así sea sus jefes merecen ser felices.
Los gemelos le enseñan un poco la mansión, al final llegan a la habitación principal y es muy hermosa o mejor dicho la mansión es hermosa.
Ni siquiera puede describirla, un gran jardín, muchas flores y árboles, la mansión está decorada muy sencilla pero lo hace ver hermoso, está pintada de colores pasteles que le favorecen.
Todo es hermoso.
Al final la noche fue cayendo, a través de la ventana se maravilla al ver todo a fuerza con pequeñas luces iluminando todo el jardín. Siente unos brazos que la envuelven.
-¿Te sientes cómoda? -Arlet confirma -, me alegro mucho -dijo Èber besando la mejilla de su mujer.
-Y Eros.
Èber suspira - En la oficina hay mucho trabajo acumulado... al parecer la secretaria hizo todo mal.
Arlet voltea -Lo mejor seria que comience mañana.
Èber niega -Tienes que descansar.
-Eso no importa, ustedes me necesitan.
Éber sonríe, desde que conocieron a esta mujer desde el día uno han dependido de ella en muchos aspectos.
-Vamos a cenar.
Arlet confirma, antes de irse mira hacia la ventana.
<<Hoy es mi primer día... espero poder...>>
Editado: 01.05.2023