A la mañana siguiente.
De pronto se sienta abre sus ojos y nota que no están los gemelos mira la hora y fruce la cara no la habían despertado.
Joder son las nueve de la mañana, rápido va directo al baño y se pone ropa, busca un una falda negra que asentua su cadera, una blusa blanca un poco suelta y una chaqueta negra, en sus pies una tocanes un poco altos.
Deja su cabello rizado suelto, nota que son las 9 y 50 baja hacia la primera planta.
—¡Buenos días Srta. Arlet!
—¡Buenos días ley!... como puedo llegar a la compañía de los chicos.
—Los Príncipes dijeron que puede ir en la tarde, su desayuno está listo —informó el mayordomo Ley.
—Pero.
—Primero desayune.
—Está bien, me gustaría llevar unos aperitivos a los gemelos por favor.
Disfruto el rico desayuno y espero los bocadillos, al salir nota que hay dos hombres afuera.
—¡Buenos días Srta! Somos sus guardaespaldas y chóferes.
—Eh.
—Mi nombre es Luis y él es Louis.
Arlet pestaña mira a los dos hombres, la única diferencia para poder distinguirlos son los ojos.
—Hola chicos —es lo único que pudo decir, este par es demasiado atractivo la suerte que pudo controlar sus pensamientos.
—Por aquí por favor.
Arlet le regala una sonrisa y confirma, mientras iban en el coche ella mira por la ventana.
—Increíble.
Louis mira a su nueva jefa, es una mujer pequeña muy hermosa, solo espera que sus jefes sean felices.
—La compañía está muy cerca y en quince minutos llegaremos —informó Luis.
—Ohh es muy serca.
—En carro lo es, si caminan a pies desde la mansión hasta la empresa tomará una hora en llegar.
Arlet confirma —Dígame chicos ¿están casados?
—No —dijeron al mismo tiempo.
—Oh pero porque ustedes son muy guapos.
Este par se sonroja un poco —Gracias.
—Son tan tiernos.
El par se sonroja más, nunca esperaron que su jefa sea tan simpática y alegre.
A los pocos minutos llegan a la empresa, Arlet solo suspira al ver el gran edificio nunca había visto uno tan grande, al entrar nota que todo los trabajadores están corriendo de aquí para allá.
—¿Pasa algo? —pregunta Arlet a sus guardaespaldas.
—La compañera está en caos por la llegada de los jefes… nadie estaba listo —respondió Luis.
Arlet no dice nada y sigue a los muchachos la conducen hacia el último piso, en el ascensor mira a través de las ventanas se puede ver la cuidad, a los pocos minutos llegan al piso presidencial.
Los guardaespaldas se hacen a un lado para que su pequeña jefa pase, pero rápido da un paso atrás al ver a más empleados correr.
—Woo.
—¿Estás bien?
—Si… solo llévenme a la oficina de los chicos.
El par confirma poco a poco llegan hacia la primera oficina pero una mujer de piel azul con cabello negro los detienes.
—¿Quienes son ustedes? No está permitido que desconocidos estén en este lugar.
—La Srta. Arlet está con nosotros, tenemos que avisarles a nuestros Jefes que ella está aquí.
—¿Quién es esa tipa? ¿por qué ella tendría importancia para ellos? —cuestiona la asistente.
—Srta evitemos problemas, no es bueno que cuestione la vida de sus jefes… le sugiero que conozca su lugar —Louis está comenzando a enojarse por la impertinencia de esta mujer nunca le ha gustado.
—No me importa, ella no es nada para mis jefes —expresó la secretaria.
—Us…
—Tranquilo Louis, esperemos —dijo Arlet deteniendo a su guardaespalda —. Tomemos asiento.
El par de guardaespalda estaba por decir algo pero al ver la mirada de su pequeña jefa no dijeron nada, la guía hacia los sofá de espera.
Arlet mira a través de la ventana, desde que llegó a este planeta no puede dejar de mirar las hermosas vistas.
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Eros gruñe de enojo, está todo mal hecho nada cuadra y está tonta secretaria no supo mantener el orden, llama por intercomunicador —¿Dónde están los análisis de estos meses?
— ¿Qué? Sr. Eros mayormente son a finales de mes?
—¿Estás cuestionando mi orden?
La mujer se pone nerviosa —No, no Sr en una hora lo tendrá.
—Lo quiero en quince minutos.
El intercomunicador vuelve a sonar —Si Sr. Èber.
—El informe de contabilidad ¿dónde está?
—Sr mayormente es cada quince días.
—En cinco minutos quiero el informe.
Arlet niega al ver como la mujer se puso blanca, es posible que los chicos estén un poco de mal humor, pero los empleados al saber que su jefes está en la empresa deberían de tener un resumen de todo listo.
La puerta de una de las oficinas se abrió de repente —El informe —gruñe Éber.
—Pero Sr. Éber deme un momento por favor, el Sr Eros me mandó hacer algo.
—No entiendo por qué no está todo listo, desde hace una semana se te avisó que estaríamos de regreso y que tenías que tener todo organizado.
—Sr. Éber… es que pensé que se haría como siempre, no pensé que realmente lo querían así.
—Usted…
—Éber.
El nombrado voltea al escuchar su nombre, la seriedad y el enfado que tenía hacía unos segundo se esfumó siendo reemplazado por una gran sonrisa.
—Pequeña — rápido llega donde ella y la abraza, une sus labios con los de ella —, te extraña ¿por qué no habías entrado si llegaste?
Todos los empleados que vieron esa escena quedaron en shock porque nunca habían visto a su jefe actuar así.
—Eros llegó Arlet —grita Éber sin soltar a su mujer.
—Traje refrigerio no lo hice, a la próxima lo haré.
—No importa, ya tenía hambre —dijo muy sonriente tomando asiento al lado de ella.
La puerta de otra oficina fue abierta rápido un sonriente Eros sale corriendo, envuelve a su mujer en sus brazos — Pequeña —rápido le da un beso en esos labios tan bonitos.
Arlet sonríe —Siéntate y toma un refrigerio —Eros confirma con emoción —, ustedes también Luis y louis hay demasiado.
Los guardaespaldas confirma.
La secretaria aprieta sus manos con enojo, ella nunca lo había visto así. Los príncipes están destinados a ser de ella.
Editado: 01.05.2023