Mis Jefes intergalácticos +18

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Hace más de media hora sus suegros se fueron  ahora mismo Arlet se encuentra en la tina de baño dándose un merecido baño lleno de burbujas y espuma, entra por completo en el agua se acomoda mejor y mira la copa con champaña a su lado.

Se pone a pensar en cómo su vida ha cambiado en estos pocos meses, nunca pensó que esto le pasaría a ella pero Dios es que sabe en qué camino ponerle.

Sus pensamiento se desvían hacia su misión principal a escondida de sus hombre contrató a unos detectives para que busque a su padre sin embargo aún no ha habido ninguna noticia eso la tiene un tanto preocupada.

Si en un año no hay avance lo dejará no quiere desgastar su vida, su madre y sus abuelos fueron lo mejor que pasó por su vida y ahora tiene a sus gemelos que son todo para ella.

Y no se puede olvidar de su pequeña prima Luna la tiene un poco olvidada solo le puso un mensaje cuando llegó nada más —Tal vez más tarde la llame.

Suspira su mente está hecha un lío con tantos pensamientos  los tiene todos revueltos, si sigue así solo le causará estrés y cuando eso pasa todo a su alrededor se vuelve un caso.

Juega un poco con las burbujas y suspira de nuevo —Deja de pensar tanto Arlet —se regaña ella misma.

Se vuelve a acomodar mira el techo, cierra sus ojos y se relaja un poco.

●●●● 

Eros se encuentra revisando algunos documentos que se habían olvidado, pequeños toques se sienta en la puerta.

—Pase.

La puerta fue abierta por ella entra el guardaespaldas Luis —Sr.

— ya sabes ¿qué es lo que está investigando mi mujer? —preguntó poniéndose derecho.

Luis confirma —Si mi Señor… está buscando a una persona.

— Y… ¿Quién es esa persona? —pregunta Éber entrando al despacho de su hermano, toma asiento frente a él.

—Su padre.

—Su padre —repiten los gemelos.

—¿Por qué busca a su padre? Es raro ella es humana, no debería buscarlo en la tierra —inquiero Éber.

—A menos que… te recuerdes que antes nuestra especie vivió un tiempo en la tierra… los humanos nunca supieron que estábamos en ella —señaló Eros.

Luis solo se mantiene callado esperando órdenes de sus jefes.

—Sigue investigando, cualquier cosa avísanos —ordenó Eros.

—Si mis señores —hace una reverencia.

A los segundos los hermanos Lawless se miran, Éber muerde uno de sus dedos y toca toquecitos en su pierna —¿Por qué no busca nuestra ayuda?... Será que no confía en nosotros.

Eros baja la cabeza  sube su mano y pone hacia atrás su cabello —No lo se hermano, ella sabe muy bien que puede confiar en nosotros…

Eber muerde su labio —Y si… Le preguntamos.

—No —balbucea Eros con duda —, es mejor que ella nos diga… Tal vez ella quiere resolver sus problemas ella sola —toma los documentos, juega con ellos con inquietud —, debemos de acordarnos que ella es alguien independiente.

Éber mira a su hermano —Lo sé, es algo que amo de ella solo que… me gustaría que confiara más en nosotros.

—Ella confía en nosotros hermano —recordó Eros —, tal vez es algo que ella quiere solucionar por ella misma.

Èber vota el aire —Te ayudo con los documentos.

Eros sonríe, entre los dos comienza a revisarlos.

●●●● 

Arlet pone el intercomunicador en la mesa se acomoda y llama a su prima, a los pocos minutos aparece alguien.

—Arlet Pérez.

Arlet sonríe para su pequeña prima —Lo siento, e estado tan ocupada que apenas 

puedo comer con tranquilidad.

Luna observa a su prima —¿Está todo bien? —pregunta preocupada.

—Todo está bien no te preocupes… ¿y por allá como está todo?

Luna se acomoda mejor —Está un poco inquieto por aquí, algunas empresas están siendo investigadas, las escuelas por igual manera  dicho todo está siendo investigado.

—Hace un mes llegaron un grupo de hombres Gherm, desde que llegaron la tierra se puso un poco caótica… Las personas que habían sido secuestradas están apareciendo.

—Todo es extraño, desde que están aquí no hay  ni un delincuente en la calle, aún así todos estamos inquietos.

—Oh… una pregunta —Luna confirma —, ¿has visto a dos hombre seguirte?

—¿Cómo lo sabes? —pregunto sorprendida.

—Ella son tus guardaespaldas, te van a cuidar puedes confiar en ellos —afirmó Arlet.

—Realmente puedo confiar.

—Claro Luna.

Luna suspira un poco relajada, la puerta de la casa es tocada mira la hora y se imagina que es su amiga —Prima Betty acaba de llegar nos vemos más tardes.

—Está bien te cuidas besos.

El intercomunicador se apaga, Arlet se mira en el espejo, toma un peine y lo pasa por su cabello al terminar se pone algo cómodo y se acuesta a descansar su cuerpo se lo pide a gritos.

Antes toma una pastilla para el dolor de cabeza, no bien pone se acomoda en la almohada y su ojos se cierra rápido.

 




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