Arlet aún está en shock, no podía creer que conocerá a los Emperadores nunca en su vida aburrida pensó que pasaría algo así.
Solo quería hacer una agencia de empleo.
—Cariño, pequeña.
Sale del shock al ser llamada, mira a su pareja —¿Realmente conoceré a los Emperadores?
Eros se ríe y besa la mejilla de ella —Si pequeña, mañana conocerás a los Emperadores.
Una gran sonrisa aparece en los labios —No puedo creerlo —se para de la silla —, tengo que decirle la noticia a Èber y Luna.
Eros niega, mira como su mujer se marcha con una sonrisa —Eres una mujer muy valiente pequeña.
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Entra con cuidado a la habitación y nota que su pareja está durmiendo, así que vuelve a salir, Éber desde hace dos días ha estado muy mal del estómago y ella por igual pero no es tan malo.
A ambos desde que comen algo de una vez va todo para afuera ninguno puede retener ningún alimento aunque para ella es más suave ya que un poco de té le puede ayudar un poco pero para Èber no lo hace, si los dos siguen así harán lo que dijo sus suegros ir al médico.
Arlet detiene sus pasos —Parece como si yo estuviera embarazada —analiza las palabras que dijo —, no es imposible, no tengo las características que tienen las mujeres Gherm para salir embarazada.
Pone una mano en su barriga y baja la cabeza, sacude sus pensamientos —Es imposible.
Camina directo hacia el balcón, uno de los tantos en esta mansión se sienta y llama a su prima.
—Hola —una Luna sonriente aparece en pantalla.
—Hola Luna, tengo una gran noticia que darte.
—A si —se acomoda en una silla para escuchar a su prima — vamos dime.
Arte se ríe —Hablaré desde un principio, tengo una idea de crear una agencia de empleo… La idea la tengo en base para ayudar a nuestra especie… que pueda buscar ayuda en otro lugar y salir hacia delante mujeres o hombres que quieren un mejor futuro.
—Aquí hay muchas fuentes de trabajo —Arlet comenzó a explicarle los puntos de vista que ella tiene a su prima.
Luna escucha todo un poco sorprendida que una especie tan avanzada las mujeres no sean tan independientes.
—Wow ¿es realmente así? —pregunta Luna.
—Lo es, en la empresa de los chicos las secretarías me han pedido ayuda para mejorar en sus puesto, a demás se notan que muchas quieren salir hacia delante.
—Es raro la verdad… —murmuró Luna.
—En fin lo que quería decirte uno de mis suegros habló con los Emperadores y estos aprobaron mi idea, mañana los conoceré.
Luna abre sus ojos en grande —Conocerás a los Emperadores Gherm —exclamó con muchas sorpresa.
—Si aun no me lo creo, no puedo creer la oportunidad que Dios me está dando.
—Felicidades prima —expresó muy contenta su prima —, me siento orgullosa de ti.
Arlet abre un poco sus ojos, pequeñas lágrimas bajan por su mejilla —¿De… verdad te sientes así por mi? —pregunto sin poder creerlo.
—Por supuesto, eres una mujer que ha podido salir hacia delante sola, desde que los Tíos abuelos fallecieron has sabido salir por tus propios medios.
Arlet niega —No, vivía un tiempo de la herencias que me dejaron, en ocasiones podía encontrar trabajo de medio tiempo… aunque no eran tan bueno.
—Pero aun así no te rendirte —recalcó Luna —, seguiste intentando ves mira donde estas parada, eres una secretaria de alto nivel y no es por que tus novios sean príncipes, tu demostraste con tus habilidades que eres buena en lo que hace.
—Es verdad que viviste de la herencia de los tíos pero si fueran otra ya hubieran malgastado ese dinero tu no hiciste eso.
Arlet sonríe un poco, está muy agradecida al escuchar ese tipo de palabra, aunque no se siente para nada fuerte solo trataba de vivir el día a día como cualquier otra personas que busca lo mejor.
—Gracias por tus palabras prima —las dos sonríen —. Ah verdad ven a vivir aquí hablaré con los chicos, necesito manos de confianza.
Luna niega —No creo que sea una buena idea prima, mis certificados son solo de cuidados de niños, no entiendo absolutamente nada que tenga que ver con papeles que no sean un cambio de pañales.
Un pequeño puchero aparece en los labios de Arlet —Yo te puedo enseñar.
—Lo sé, pero me gusta mi trabajo, amo cuidar niños.
Al final Arlet no pudo convencer a su prima, respecto sus decisiones, tendrá que buscar dos mujeres que la ayuden y entrenarla.
Más tarde le dieron la noticia al menor de los hermanos Lawless esta la abrazo y felicito con emoción.
Ahora mismo se encuentran cenando tanto Éber como Arlet tienen una mueca en la cara y el olor de la comida le tiene el estómago revuelto.
—No quiero comer —dijo Arlet apartando la comida.
—Ya tampoco —siguió Éber.
Eros suspira —¿Por qué? Les dolerá el estómago más si no comen.
—Huele feo ade… —Arlet no pudo seguir y salió corriendo hacia el baño vomitando lo poco que tenía en el estómago.
Eros estaba apunto de pararse cuando su hermano menor siguió los pasos de su mujer, fue ayudarla cuando entró en el baño la encontró en el piso.
—¿Te sientes mejor?
Arlet lo mira —Me duele el estomago.
—Mañana iremos al médico.
Arlet niega —Mañana es importante para mi, mejor lleva a Èber y yo iré después.
—Pero...
—Por favor, realmente quiero esto, haré un té más tarde y lo tomare… Además tengo antojo de sándwich con mucho queso.
—Apoyo esa idea —un Éber un poco pálido entra en el baño tomando asiento al lado de ella —, aunque también quiero una rebanada de pastel de chocolate.
Eros se levanta —Con mucho queso entonces.
—Siii —gritan un poco Éber y Arlet —Lo quiero tostado —asegura Arlet.
—Yo Igual.
Eros confirma, camina directo hacia la cocina y le hace los sándwich. la verdad está muy preocupado su tonto hermano nunca a estado enfermo, nunca había vomitado la comida que tanto ama ni por más malo que este.
No entiendo como pasó todo esto, todo comenzó desde hace dos días para acá. Al terminar de hacer los sándwich los lleva hacia la sala los pone en la mesita —Éber mañana te llevare el medico.
Editado: 01.05.2023