Mis pensamientos

El final que nunca llega

Capítulo 1: El final que nunca llega

(Escena: Medianoche. La ciudad duerme, pero Arleth no. Se encuentra en la azotea de un edificio, el viento frío golpeándole la piel. Sus manos temblorosas se aferran al borde del barandal, y su corazón late con una mezcla de miedo y desesperación. Mira hacia abajo, observando la calle vacía, los faroles proyectando una luz tenue sobre el asfalto mojado. Un salto. Un solo paso, y todo acabará.)

(Arleth):

He estado aquí antes. En este mismo lugar, con estos mismos pensamientos. Pero nunca he sido lo suficientemente valiente para hacerlo. O tal vez, demasiado cobarde para seguir viviendo.

(Sus piernas tiemblan, no solo por el frío, sino por la incertidumbre. Su mente grita que lo haga, que acabe con todo, que deje de cargar con un dolor que nadie más ve. Pero su cuerpo se aferra a la vida de una forma casi instintiva. Sus dedos se cierran con fuerza alrededor del metal helado del barandal, como si aún hubiera algo a lo que aferrarse.)

(Pero entonces, un pensamiento la golpea con fuerza.)

(Arleth):

Es irónico. He pasado tanto tiempo deseando desaparecer, y ahora que estoy aquí, no puedo moverme.

(El viento sopla con más fuerza, despeinando su cabello. Sus ojos arden por las lágrimas acumuladas, pero no parpadea. Se obliga a mirar hacia abajo, a calcular la caída, a convencerse de que no hay otra opción.)

(Arleth):

¿Qué pasará después? ¿Y si hay algo peor que esto? ¿Y si el vacío no es el final, sino solo otro tipo de tormento?

(Su respiración se agita. Su pecho se siente oprimido. Sus pies se deslizan ligeramente hacia adelante, pero en el último segundo, un temblor la sacude por completo. Siente que el aire se vuelve más denso, que el mundo entero está presionándola contra ese borde, exigiendo una decisión.)

(Entonces, susurrando entre sollozos, dice algo que ni ella esperaba pronunciar.)

Arleth (voz temblorosa):

No quiero morir...

(Se aferra con ambas manos al barandal, con más fuerza que antes. Sus piernas pierden estabilidad y se deja caer de rodillas, su pecho subiendo y bajando descontroladamente. Un nudo se forma en su garganta, uno tan fuerte que le impide respirar con normalidad. Llora. Llora como no lo ha hecho en años, dejando que el peso de todo se derrame sobre la azotea vacía.)

(La luna la observa desde lo alto, en un silencio que no juzga ni exige respuestas. Solo está allí, como si esperara que Arleth tomara su propia decisión. Como si le recordara que sigue aquí, que todavía tiene una opción.)

(Arleth):

Tengo miedo. Miedo de vivir. Miedo de morir. Estoy atrapada en un punto intermedio, en una nada que no me deja avanzar ni retroceder.

(Se abraza a sí misma, tratando de encontrar calor en una noche demasiado fría. No sabe cuánto tiempo pasa así, acurrucada contra el suelo de la azotea, con la piel erizada y la mente agotada. Pero en algún punto, sus lágrimas se detienen. Su respiración vuelve a la normalidad. Y, por primera vez en mucho tiempo, se da cuenta de algo.)

(Aún está aquí.)

(Aún sigue respirando.)

(Y aunque no sabe por qué, aunque no entiende qué la detuvo exactamente, sabe que esta noche no será su última.)



#6273 en Fantasía
#3190 en Thriller
#1224 en Suspenso

En el texto hay: tristeza culpa amor

Editado: 21.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.