• El viento me susurro al oído “no te rindas el sufrimiento acabara pronto”, en ese momento sentí un ligero escalofrió recorriendo mi cuerpo como si algo o alguien estuviera a mi lado, sentí un gran alivio al escuchar esas simples palabras, ya que supe que no sufriría para siempre y que en la vida me esperaba algo mejor