El sol salió y despertó a Evangeline, estuvo toda la noche caminando hasta que cayó rendida, siguió el camino de una extraña piedra que la criatura hizo para ella, como si la criatura supiera a donde iba, decidió desviarse un poco al río para tomar agua y lavarse la cara.
-Me pregunto que tanto me faltará para llegar, me debo estar volviendo loca yo siguiendo un camino que me hizo una criatura a mitad de la noche; pero la señorita quería una aventura pero también quisiera encontrar a mi príncipe, eso el destino, no me lo cumple- siguió caminando lo más rápido que podía ya que aun temía por que la se dieran cuenta que no estaba en el castillo y la encontraran, no estaba tan equivocada ya que en el castillo el ama de llaves y todos los que la conocían en el castillo la buscaban en los lugares donde ya sabían que se escondía.
Como es de saberse en esta historia a el destino le gusta jugar con nuestros personajes, Evangeline seguía caminando hasta que escucho un galopar, fue extraño ya que según sus cálculos su tía debía volver en tres días.
-"¿Entonces quién se acerca?"- pensó Evangeline.
-Vaya vaya miren lo que trajo el río, recuerdo que dijiste que nunca nos volveríamos a ver- volteo a ver hacia atrás y vio a Tristan sobre un caballo blanco y una sonrisa burlona- Quiero que sepas que regrese a buscarte, pero no te encontré.
-¿Volviste?, ¿De verdad?.
-Por supuesto que volví, no iba a dejarte ir tan fácil.
-Supongo que no debo decir nunca, aunque no recuerdo haberlo dicho nunca.
-¿A dónde te diriges?.
-No voy muy lejos, gracias Principe Tristan- dio media vuelta y avanzó.
-Sabes no he podido sacarte de mi mente, he estado pensando en ti desde anoche que nos vimos, ¿por qué parece que huyes de mi?- le sostuvo la mano como esa noche
-Se supone que no se debe hablar con extraños, pero no lo somos, ¿verdad?.
-Nos conocimos ayer en la noche Evangeline.
-¿Acaso no me has visto en tus sueños?.
-Nunca he tenido un sueño tan hermoso.
-En ese caso, no debería hablar con extraños.
-Si el problema es ese. Mucho gusto, soy Tristan, siempre he buscado complacer a todos, en especial a mi padre, mi madre murió de enfermedad cuando yo era niño, de hecho te pareces mucho a ella.
-Evangalien, siempre he buscado un lugar a donde pertenecer, tal vez contigo ya siento que en mi hogar, siempre he querido saber quien soy, ver el mundo.
-¿No tienes hogar?
-Es complicado, mis padres murieron cuando yo era bebé y mi tía me crió, pero ahí había preguntas que no quiso contestar, entonces he salido a buscarlas yo misma.
-Por eso estabas en el castillo de la reina malvada.
-¿La reina malvada?
-Si, así se le llamá en Verklig dicen que en su juventud embrujo a varios nobles de la corte.
-¿Ella sabe hacer magia?.
-No, pero en esos años sostenía amistad con el rey brujo, gran amistad, la gente de Towerkuns es cruel y malvada, la magia solo trae problemas, no le fue difícil congeniar con ellos, es cruel, por eso me advertiste sobre los intrusos.
-Claro,por supuesto.
-¿Qué hacías en ese lugar?.
-Buscaba respuestas, me las han negado desde que empecé a preguntar, como una puerta cerrada ante mi, después apareces.
-Y yo siempre he buscado un lugar para mi, siento algo, algo que no se parece a nada que haya sentido, tal vez la puerta que necesitamos abrir, es la puerta del amor.
-Siento como si ya nos conociéramos, como si pensáramos lo mismo, como si estuviéramos conectados.
-Tal vez sea el amor o el destino, que nos está juntando, quien sabe tal vez estás destinada a ser mi reina- lo dijo mientras se arrodillaba frente a ella
-Muy bien, ¿no crees que es un poco apresurado? ni siquiera me conoces, no conoces las cosas que me gustan- lo ayudó a levantarse del suelo.
-Pues a como yo lo veo, tengo toda una vida para conocerte, pero tal vez solo una oportunidad de estar contigo- tomo una manzana de un árbol y le ofreció otra a Evangeline pero esta se la rechazó
-Estás muy convencido que yo soy la chica para ti, interesante, solo soy una joven sola del bosque, sin nada material para dar, ni un título, para estar a la altura de un príncipe- dijo mientras tomaba la manzana de otro árbol y le daba una mordida
-Con mayor razón, entonces déjame protegerte, cuidarte yo quiero un lugar en este mundo tal vez ese lugar sea a tu lado- se acercó más a ella pero algo hizo que retrocediera un paso.
-Creo que ya tienes tu príncipe príncipe pero aún no tengo el mio, ya debería irme- intento avanzar pero Tristan se puso enfrente de ella.
-Dime donde puedo encontrarte o donde volveré a verte, es la única manera en la que te dejaré ir.
-"Es un príncipe de Verklig, según mi maestra los dos reinos no se llevan bien, no creo que sea buena idea decirle que voy hacia Towerkuns, si asi habla sobre mi tía, no creo que deba decirle sobre mi padre, después de todo en los libros dicen que aunque la guerra terminó ninguno de los 4 reinos no se llevan bien" bien, nos encontraremos aquí al atardecer- y con eso le saco la vuelta decidida a retomar su camino, pero antes de irse, una mano la tomó de la cintura, la giró, volvió a sentir otro beso.