Capítulo 6

• Fuego de infierno- El jorobado de notre dame.
• Una noche fatal- Anastasia.

Al día siguiente en Impius las cosas no estaban tan tranquilas ya que al regreso de la reina, después de que Alden le diera la noticia que su sobrina estaba desaparecida hace dos días, entró al castillo hecha una furia, atravesó la cocina hasta llegar al pasadizo, ya adentro llamó a los guardias.

-Ahora quieren explicarme cómo es que mi sobrina pudo desaparecer y nadie se dio cuenta -el silencio era sepulcral nadie se atrevía a decir una palabra- ¡Contesten!- gritó la reina, era un grito que podía dejar sordo a cualquiera.

-Si no fuera porque ustedes, inútiles, son los únicos que saben de la existencia de mi sobrina, ¡les mandaría a cortar la cabeza a todos! quiero que todos ustedes la busquen en las fronteras con todos los reinos y después de eso quiero que se infiltren entre ellos, busquenla en cada rincón, levanten cada roca en caso de ser necesario y al que se atreva a volver sin noticias de mi sobrina ¡le cortaran la cabeza!- la reina estaba roja del coraje, todos los guardias se marcharon a cumplir la misión que se les acababa de encomendar.

-Me duele la cabeza Alden.

-Un dolor de cabeza es lo mejor que podrías sentir después de esos gritos.

-Cállate, ¿quieres?, estoy bajo mucho estrés.

-¿Crees que ya se enteró?.

-No lo sé, espero que no- Kiara caminaba de un lado a otro tratando de calmarse para no perder su propia cabeza.

-Piensalo, no había razón para que se escapara, ahora la pregunta es ¿cuál de las dos cosas descubrió?.

-No pongas más ideas en mi cabeza, con lo que yo pienso basta.

-Deberías mandar más atención a esos reinos

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-Tristan, ¿enserio vas a volver? muy bien no te lo discuto la chica existe, pero te dejo plantado ayer ¿no crees es una indirecta?- le insistía Cris, ayer Tristan al atardecer fue al lugar que Evangeline le dijo un día antes, la espero y espero pero no llegó cuando cayó la noche regreso al castillo del rey Kellan.

-Si es enserio voy a volver, tal vez hoy vaya y no me encuentre no puedo quedar mal con la princesa- los tres se sentaron en el comedor esperando que les sirvieran de comer.

-¿Princesa? no dijiste que fuera una princesa- le pregunto Dago.

-Lo será cuando se case conmigo, Evangeline princesa consorte de Herbts ¿no se escucha bien?- Cris rodo los ojos y Dago miraba su reflejo en una cuchara.

-No lo se amigo yo no le he rogado nadie en mi vida, ninguna persona se me ha resistido pero no podría culparlos soy irresistible- tomó un plato de plata para ver mejor su reflejo.

-Aunque sigan sin creer, yo me casare con Evangeline- los otros dos estaban riéndose hasta que Cris dejó de reír, le dio una palmada en el hombro a sus dos amigos.

-Rey Raiden, no nos dimos cuenta que estaba ahí- los tres cambiaron su semblante a uno casi blanco como si su alma se hubiera ido de su cuerpo.

-¿Podrían dejarme un momento a solas con mi hijo?- los dos se levantaron de la mesa al instante, el rey se sentó.

-¿Quieres decirme quién es Evangeline y por qué estás tan seguro que te casaras con ella?- le preguntó mientras jugaba con el cuchillo.

-Padre sabes que yo soy un hombre recto y seguro que siempre ha sido fiel y obedecido a la corona, pero esta vez me enamore ella es hermosa sus ojos son como los llamas que me atraen, su cabello brilla con el sol desde que la vi hay un fuego en mi interior que no se apaga, me ha hecho perder la razón- Raiden tomó aire y soltó un gran suspiro.

-Te pedí que te casaras, no que fueras al pueblo y buscaras una bruja.

-No es una bruja, estoy haciendo exactamente lo que me pediste, me casare con ella "me lo juro a mi mismo, voy a casarme con ella".

-Escuchate hijo, esa mujer te tiene embrujado, es pura magia.

-No es mi culpa si me ha embrujado pero si es así, no me molesta en lo absoluto.

-Tristan, no me importa con quien te cases solo hazlo pero te daré el mismo consejo hijo, no busques amor el amor no es algo que se nos de bien- esas palabras resonaron en la cabeza de Tristan.

-No te preocupes padre, ella será mi esposa por las buenas o las malas..-

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-No, no y no Evangeline, no voy a enseñarte a hacer magia- le dijo Nadir mientras acomodaba los libros.

-Por favor Nadir, tu eres el que da las clases seguro puedes ayudarme a usar magia por favor- Nadir entró a la sala de pociones cerrando la puerta Evangeline iba a irse pero escucho la puerta abrirse otra vez y Nadir salió con un libro.

-Bien te ayudare a hacer una varita, si funciona para mañana te enseñare como usarla pero si no funciona dejaras el tema por la paz y no volverás a molestar con esto- Evangeline alzó la mano en forma de juramento con una emoción que no podía contener ;bajaron al salón con el libro y otras cosas que Evangeline no sabia que eran.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Farrokh.

-Voy a ayudar a Evangeline a hacer su varita yo y Evangeline- remarcando mucho el yo como si fuera una indirecta para que se fuera.