-Su alteza, la heredero Audrey y sus damas la esperan en el salón principal sígame por favor- Evangeline estaba vestida con un vestido largo compuesto por una capa larga, otra más corta en color lila, mangas globo largas con encaje blanco en los bordes, en el pecho un collar de plata que abarcaba casi todo su pecho era pesado, si no fuera porque su cabeza estaba pegada a su cuello ya se le hubiera caído, como se mojo el cabello su lacio cabello desapareció dejando relucir sus ondas, ondas que las criadas volvieron a planchar otra vez, aunque el peinado que le elaboraron no llevaba el cabello suelto, entraron al salón y de inmediato pudo observar a 5 señoritas vestidas de blanco con celeste todas tenían el mismo diseño en el vestido excepto una de ellas que llevaba un vestido azul grisáceo, el cabello adornado con un tocado de pluma y flores de ese mismo color, mangas largas y una falda poco abombada; las 5 hicieron una reverencia al verla.
-Su alteza, soy la princesa Audrey heredera de Hiver, es un gustó conocerla y ellas son mis damas de compañía- las seis se sentaron en una mesa redonda, sobre esa mesa había todo tipo de dulces, pasteles y galletas.
-Fue lamentable lo que le paso en el baile de anoche alteza, esperamos que ya se sienta mejor- una de las damas de compañía le preguntó a Evangeline mientras se servía pastel y dulces en un plato de porcelana.
-Gracias, me siento mucho mejor; fue ese vestido estaba muy apretado y pesado, nunca había usado algo parecido, tal vez deban hacer los vestidos más ligeros sería más cómodo.
-Alteza, usted estuvo fuera de Verklig mucho tiempo pero la ropa aquí es muy importante te da porte, elegancia; claro no es cómoda pero necesaria- Audrey le contestó mientras tomaba una taza, todas en la sala hablaban de ropa, joyas, como la gente del pueblo se quejaba demasiado.
-Señorita, debería darle vergüenza hablar de ese modo.
-Disculpe..alteza.
-Que debería darle vergüenza hablar de la gente del pueblo así, mueren de hambre, enferman por comer comida podrida y usted burlándose, ¿creé que se quejan demasiado?, quisiera verla en las calles, sin una sola moneda.
-Entonces, hablemos de otra cosa- espetó Audrey.
Evangeline no estaba tan concentrada en la conversación por un ventanal veía el gran jardín del palacio, entre las flores una joven de cabello rubio y corto se encontraba jugando con un gato con un listón celeste; le recordaba a ella no hace mucho cuando leía sus libros.
-Señoritas quiero un momento a solas con la princesa-después de la orden de Audrey todas las personas en el salón salieron dejando solas a las dos princesas.
-No estas muy interesada en la conversación por lo que pude notar, así que sin rodeos te diré por lo que he venido a decirte, te recomiendo que te alejes de Tristan- no esperaba que dijera eso.
-¿Disculpa?, estás enamorada de él o algo parecido ¿por qué me dices eso? no entiendo?- Audrey se rio mientras comía un pastelillo.
-Por supuesto que no, tengo mejor gusto que tu, querida, pero te lo digo para que te cuides, él no es quien crees que es, si no lo conociera también pudiera creer sus mentiras.
-¿De qué hablas?, ¿no te entiendo?
-Le gustabas porque era una huérfana sin nada, alguien con quién pudiera hacerse el héroe y a quién pudiera hacer a su antojo, en el momento que descubrió que no eras quien creyó se alejó pero no por la mentira.
-No es verdad el es bueno solo no sabe expresarse y yo tampoco le dije la verdad sobre mi padre....
-No puede ser que seas tan estúpida, te creí mas lista, claro que no le contaste era un extraño ¿porqué le contarías sobre ti a un extraño?, te contare algo, cuando tu madre escapo con el rey brujo renunció al trono y cuando se confirmo su muerte el próximo gobernante de Verklig estuvo incierto muchos años, hasta que el rey tomó la decisión que en su lecho de muerte elegiría a su sucesor mientras tanto los 4 herederos debían demostrar que eran dignos de tal honor y responsabilidad, Dago, Cris y Tristan insisten en decir que no hay competencia entre ellos pero en el fondo saben que es mentira; ahora las cosas han cambiado una hija de la princesa Clara aparece, el gran rey ya tiene un heredero y como dicta la ley de sucesión te corresponde la corona a ti y a tu descendencia; hay es donde entra toda toda esta atención y amabilidad exagerada no solo de la corte sino también de Tristan de nuevo, ¿enserio no sospechaste que ahora te vuelve a dirigir la palabra?- las palabras de Audrey eran crueles pero una parte de ella sentía que era cierto.
-No, no, el me ama, él no haría eso, si las cosas son como dices su padre debe de estar presionando con lo del matrimonio, él apareció en mis sueños y mis sueños no se equivocan el me ama, no soy lenta y mucho menos estúpida - muchas veces el corazón nos ciega de la realidad, un corazón muy soñador es tan peligroso como unos ojos demasiado realista.
-No subestimes eres estúpida y lenta, ¿que no te das cuenta?, la única forma que tienen ahora de acceder al trono es casándose contigo, no niego que Tristan se enamoro de ti pero ama más el poder y tu eres su boleto perfecto al trono, eres manipulable, no tienes carácter porque si lo tuvieras me habrías sacado del castillo; yo no soy tu amiga Evangeline, ni tampoco quiero ser la reina de Verklig pero no seré hipócrita como todos los demás, no me agradas y no me parece que seas tu quien ocupe el trono, la sangre de su padre te corre por las venas eres una bruja por más que el gran rey haga esfuerzos para que te acepten jamás serás una de nosotros, jamás estarás a nuestro nivel.