Mis tres amores

Capítulo 9: El taller

El miércoles salí para la facultad con la mochila lista y terminando el juego de pelota partimos rumbo a Santa Fe. A pesar del mal tiempo que había y que el mar estaba imponente, aquella vista era todo un espectáculo.
Entramos por el restaurante y almorzamos. Una de las dependientes tenía cara de pocos amigos cuando me vio llegar y más cuando vio a Rafa deshacerse en atenciones conmigo. 
En la casa no había nadie, la mamá y el abuelo estaban para Matanzas buscando mercancías.
Poniendo un pie en la sala, Rafa me tomó la cara y me besó.
-Estaba loco por besarte. Te extrañé un montón.
Me dijo y me besó nuevamente, apresurado, como quién lleva mucho tiempo esperando algo, pero no sabe cómo saborearlo lentamente. Le devolví la caricia, al fin y al cabo, él 
no estaba nada mal. Siempre olía a limpio y a mar.
Me llevó para el cuarto, me desnudó en un abrir y cerrar de ojos. Eran las 3 de la tarde y había una claridad que parecían las 10 de la mañana. Nada de eso era importante, en aquella cama había un remolino de brazos y piernas que no había quien lo entendiera. A los 15 
minutos estábamos boca arriba respirando como peces fuera del agua.
Rafa se incorporó y encendió un cigarro.
- ¿Te enciendo uno?
Me ofreció.
-No gracias, yo no fumo. No me gusta el cigarro.
-Le doy una patadita y lo apago.
-Tranquilo, fuma con calma. Aprovecho y voy al baño.
Me indicó con la mano que estaba a la izquierda.
Realmente no soportaba el olor a cigarro, mucho menos el sabor. Me miré en el espejo del baño y no me gustó lo que vi. Me conocía muy bien y sabía que la historia con Rafa es un paciente con pronóstico reservado.
Rafa entró al baño y fue directo a lavarse la boca, había captado la indirecta.  
-¿Te puedo preguntar algo?
Me dijo.
-Claro, dime.
- ¿Qué somos ahora mismo?
- ¿Ahora mismo? Dos personas en un baño.
Me hice la ingenua. Sabía muy bien por dónde venía él.
Se quedó serio esperando una respuesta mía. De esa no me escapaba.
-A ver Rafa, no sé. Es un poco pronto para definir algo ¿no crees? Vamos a disfrutar el momento.
No era lo que él esperaba escuchar, pero tampoco iba a estropear el día.
-Ok corazón, yo soy lo que tú quieras que yo sea. ¿Vamos a ver una película?
Me preguntó dando un giro de 180 grados a la situación. Así eran las cosas con Rafa, sencillas, sin complicaciones. Pasamos el resto de la tarde en la cama, viendo películas o repitiendo lo que habíamos visto en las películas.
Al día siguiente, cumpliendo su promesa, me dejó en la puerta de la Facu a las 8 menos cinco de la mañana.
-Te llamo más tarde. Pórtate bien. 
Me dijo y se marchó.
Ese día publicaban la fecha de inicio del taller y cuál fue mi sorpresa cuando vi que lo habían adelantado para el próximo lunes.
Le escribí un mensaje a la tropa para dar la voz de alarma. Quedamos en vernos esa noche en casa de Sara para cuadrar todo.
El taller comenzó el lunes a las 5 de la tarde. Por suerte solo era una vez a la semana porque estuvimos hasta las 9 de la noche en la calle. Salimos a buscar en qué regresar y no paraba nada. Me decidí y llamé a Rafa.
-Dime amor.
Me contestó al segundo timbre.
-Rafa me da un poco de pena, pero salimos del taller ahora mismo y estamos botadas aquí en el medio de la calzada. ¿Estás cerca por alguna casualidad?
-Espérenme ahí mismo, en 10 minutos llego.
Me colgó el teléfono.
-Va a venir a buscarnos. Dice que lo esperemos aquí.
Les dije a las chicas.
-Mima ese hombre está muerto en la carretera contigo. ¿Qué fue lo que le hiciste?
Preguntó Vale.
Yo no le respondo.
-Lo más lindo del caso es que mírala a ella. Ni se inmuta.
Continuó Vale con su novela brasileña.
-Vale, pero ¿Tú no conoces bien a esta niña? Ella no está enamorada de Rafa, ¡qué enamorada!, ni entusiasmada. Mimi ¿Y ahora cuál es el problema con este?
Me preguntó Sara con cara de preocupación.
-No pasa nada caballero y no hay ningún problema, dejen la bobería y póngase para ver lo del trabajo final ese del taller. Yo por lo menos no conozco a nadie famoso que pueda entrevistar y mucho menos con el nivel de detalle que están pidiendo.
Les dije para desviar el tema, aunque realmente me había sorprendido cuando explicaron cuál sería la evaluación final del dichoso taller.
Tendríamos que entrevistar a una persona famosa, por supuesto sin revelar su identidad, y poner en práctica todas las técnicas que fuéramos aprendiendo en el curso. No estaba nada mal, el problema era que yo no conocía a nadie que cumpliera con esos requisitos y 
de encontrarlo, tendría que estar a mi disposición en varias ocasiones, porque todo no se podía hacer en un solo encuentro.
En eso llegó Rafa, nos saludó y pude notar que venía más contento de lo habitual.
- ¿Cómo les fue?
Preguntó.
-Todo bien.
-Gracias por recogernos, ya nos veíamos durmiendo aquí mismo.
Le comentó Vale.
-No hay de qué. Ya le dije a Evelyn que me llamara cuando quisiera, pero si no la llamo yo es por gusto.
Nos miramos entre las tres y entramos al carro. Después de dejar a mis amigas llegamos a mi casa.
-Amor, ¿Te sucede algo?
Me preguntó Rafa.
-Nada amor, todo está bien.
-Oye pero que bien suena esa palabra en tus labios. A ver, repítela. 
- ¿Cuál? ¿Amor?
-Sí esa misma.
-Amor, amor, amor, amor, amor, amor
Me puse a decir como una tonta la palabrita.
Me puso un dedo en los labios y se acercó para besarme.
-Hasta mañana AMORRRR.
Le dije en tono burlón. Y me bajé del carro.
-Yo no estoy jugando Evelyn. Hay cosas con las que no juego.
Me dijo serio mientras arrancaba el carro. Se fue sin despedirse.
-Eh ¿Y a este qué le pasó? Me pregunto.
Pero en el fondo sabía perfectamente qué le pasaba. Era evidente que no estábamos en la misma página, vaya, ni siquiera en el mismo libro. Yo le seguía la corriente a Rafa porque no era algo difícil de hacer, él tenía el entusiasmo suyo y el que me faltaba a mí también. 
Me seguía repitiendo a mí misma que era muy pronto para estar soltando chispas, que era mejor ir suave.
Pero yo sabía que hay personas que solo necesitan un segundo para meterse adentro, sabía que la química no entendía de tiempos y que en un instante la persona correcta te podía poner la vida de cabeza. Sabía que Rafa no era esa persona. No era Marcos.




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