Mis tres amores

Capítulo 13: Faithfully

-Debes estar muerta del hambre. 
Me dijo Ale mientras me acariciaba el pelo. 
-La verdad es que sí, ya me están sonando las tripas. 
Confesé sin ningún tipo de vergüenza. 
-Espérame, voy a ver qué encuentro en la cocina. 
Me dijo y aproveché para ir al baño. Agarré una camisa que vi en la puerta del closet y me la puse. No lograba reconocer a la persona que me miraba en el espejo, el pelo 
revuelto, la cara colorada, los labios hinchados y la mirada chispeante. 
-Madre del amor hermoso. 
Me dije mientras pensaba en lo que acababa de pasar. La cama era un revoltijo de sábanas, aquello había sido un campo de batalla. Los pasos de Ale me sacaron de mis pensamientos. 
-Esto fue lo único que encontré. 
Llevaba una botella de vino en una mano y un paquete de galletas María con un vaso en la otra. 
-Te prometo que para la próxima voy a tener lleno el frío y dos copas. 
Ah porque va a haber una próxima. Me dije. 
-Me encantan las galletas María y el vino...como si lo tomamos directamente de la botella. 
O de tu boca. Pensé para dentro de mí. 
-Por cierto, cogí esta camisa porque ya me estaba entrando frialdad. 
Le dije. 
-No hay problemas si la verdad es que te queda mejor que a mí. Mirándote bien, te queda muyyyy sensual, así que no creo que te dure mucha puesta. Pero primero come, no vaya a ser que te dé una hipoglicemia. 
Todo me supo a gloria y la compañía era exquisita. 
Miré el reloj, 10 de la noche. Debía tener un millón de llamadas perdidas de mi mamá. 
-Ale ya me tengo que ir, es súper tarde y la calle no está muy buena que digamos. 
- ¿No pensarás que voy a dejar que te vayas sola no? ¿Qué pasa? Mi mamá me crio bien. 
Nos echamos a reír. 
-Sí sí ya veo la buena educación que te dieron. 
Le dije irónicamente pensando en todo lo que habíamos hecho en esa cama. 
-Hay cosas que no se aprenden en la casa corazón.
Una espinita de celos me pinchó, no quería saber ni dónde ni con quién había aprendido todo aquello. 
-Dale vamos que voy a buscar en qué llevarte. 
Me dijo. Ya en la avenida, paró un carro, cruzó unas palabras con el chófer y me hizo señas con la mano. Fuimos todo el camino abrazados, no quería que se acabara esa noche y como leyéndome el pensamiento me dijo en el oído: 
-Este ha sido el mejor día que he pasado en mi vida. Espero que vengan muchos más iguales o mejores que este. 
Nos besamos y el carro dio un frenazo. Habíamos llegado a mi casa. 
-Dime que mañana nos vamos a ver, por favor. 
-Yo te llamo. Y nos ponemos de acuerdo. 
Me miró sin mucho convencimiento. 
-De acuerdo linda, pero si a las 9 de la mañana no me has llamado, voy a poner la Habana de cabeza buscándote. -Tranquilo, yo te llamo. 
No podía negar que era artista, todo lo ponía superlativo. 
Esa noche no pude casi dormir.  Tenía que hablar con Rafa, lo que sea que fuera aquello tenía que terminar. Y, además, había quedado con la tribu para vernos en el Café. 
Tantas cosas por hacer y tanta gente a la que ver, yo solo quería estar en un lugar: los brazos de mi pianista. 
Llegando a la facu me encontré con Rafa, estaba esperándome con cara de pocos amigos. 
-Ahora mismo te iba a llamar. 
Le dije y era realmente mi plan, lo que se me había adelantado.  
- ¿Crees que podemos hablar un momento? 
Me dijo.  Revisé la hora. Tenía 20 minutos antes de que empezara el primer turno. Nos sentamos en el carro y me soltó de sopetón: 
-Evelyn yo necesito que me digas que somos tú y yo. Si esto es una relación o somos una descarga. Por mi parte te digo que yo quisiera que esto fuera algo más. Estoy bien interesado en ti y creo que tú lo sabes. 
No podía negarle eso, yo lo sabía. 
-Mira Rafa, yo ahora mismo no puedo tener una relación, discúlpame. Eres muy lindo y has sido muy gentil conmigo, pero no puedo pasar de ahí.

Pensé que, con esa respuesta, lo había dejado todo claro. Pero al parecer no fue así. 
-Está bien amor, pero podemos ir despacio, esperar un tiempo, conocernos más y después... 
Lo interrumpí.
-No Rafa no me entendiste, no nos vamos a ver más. Continuar esto no tiene ni pies ni cabeza porque te voy a hacer daño y no te lo mereces. 
Bajó la cabeza, se miró las manos y jugueteó con las llaves del carro. Me sentía fatal. 
-Ok, está es la despedida entonces. 
Me dijo. Cuando iba a bajarme del carro me tomó la mano. 
-Si en otro momento de la vida te acuerdas de mí, llámame. 
Le sonreí y no le dije nada. Sabía que ese momento no iba a llegar. 
-Adiós Rafa. 
Arrancó el carro y se perdió de vista. Sentí que me quitaban el peso del mundo de los hombros. Nunca me sonó tan adecuado el estribillo de aquella canción: "eres la persona correcta en el momento equivocado". Ese era Rafa, una excelente persona con muchísimo potencial, pero no era la indicada para mí. 
Al entrar a la facu, me enteré de que suspendieron las clases porque no iba a haber corriente en todo el día, para variar. Llamé a las chicas por si nos podíamos ver un rato. 
Teníamos muchas cosas que hablar. 
Nos encontramos en casa de Vale y cuando les conté sobre los últimos acontecimientos se quedaron frías. 
-A ver, a ver, a ver. Entonces, tú y el pianista. El famoso, ¿Se acostaron? ¿Mima, pero en qué momento fue eso? 
Me preguntó Vale tratando de entender lo que ni yo misma entendía. 
-No sé Vale, pasó y va a volver a pasar eso es seguro. 
-Ay por tu life. 
Sara se llevó las manos a la cabeza. 
-Amiga, los músicos tienen su swing y su flow, pero la farándula se mueve diferente a como nos movemos nosotros los mortales. Ese muchacho debe andar con tremenda cola detrás. No es por hacerte sentir mal nena, lo que no quiero es que vayas a sufrir. 
Yo la entendía y sabía perfectamente lo que me estaba diciendo. Ale no me daba la impresión de ser así, por muy famoso que fuera. Pero tampoco podía ser ingenua cuando yo no lo conocía de nada. 
-Yo sé Sara, pero esto pasó porque iba a pasar. No les puedo explicar, es una química muy fuerte. Son de las cosas que no podemos evitar. Y si yo no vivo está experiencia con Ale me voy a pasar toda la vida preguntándome cómo hubiese sido. Estoy segura de eso, y créeme que no me va a pasar lo mismo de nuevo. Esta vez no me voy a retirar de la guerra sin dar pelea. Esto no se acaba hasta que se acabe. Y si me decepciona, me lastima 
y se vuelve una mierda todo, tocaré el fondo y volveré a subir, no va a ser la primera vez.




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