CAPÍTULO 1

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                                                                             CELESTE

— hey, Celeste, espérame— gritó a lo lejos aquel chico— di media vuelta observando, que llego junto a mi                                                                                                                                                                                     —Que!?—dije algo seria— el jadeo medio agachado con las manos en sus rodilla, y luego se levantó— como que "que", no me podías esperar—dijo el chico aun jadeando por haber corrido    —por qué debería?— dije con frialdad mientras seguía caminando— por que eres así conmigo, simplemente quiero ser tu amigo, además somos vecinos— me voltee de repente frenando sus pasos en seco— bien dicho vecinos, no por eso debemos ser amigos, no te confundas, y ya déjame en paz, si sigo poniéndote cuidado terminaré llegando tarde 

El era (Alexander Ruiz Real), él era mi nuevo vecino, su familia se mudó a la colonia y su casa quedaba a una de la mía, se mudaron por cosas de trabajo, lo que no me esperaba al ver los nuevos vecinos, era que mi padre los conocía desde años tras. Las sorpresas son algo extrañamente peligrosas, o al menos para mi lo eran. 

No era una chica que le gustara mucho socializar, o convivir con las demás personas, pues a nadie le caía bien, y tampoco me importaba, pues solo me interesaba seguir mi vida, al final respiraba por mí no por los demás. Aunque si soy sincera me interesaría saber qué es tan horrible en mi para que las personas me odiaran así.

   MI NOMBRE ES:  Celeste Arias Ramírez. Tengo 17 años de edad y estoy haciendo bachillerato, mi último año. estudió idiomas, y administración de empresas. 

Me gusta mucho las series, los manhwas, leer y escuchar música, aunque la verdad no me queda mucho tiempo, a pesar de que mis padres me dan una buena vida, siempre he tenido el pensar de salir adelante, y valerme por mi misma, pues al final la relación con mis padres no es la mejor, siempre me presionaron para que hiciera las cosas bien, al final soy yo la que me obligo hacer las cosas bien y hacer la mejor sin importar que. 

A pesar de que que el tiempo pasa y pasa y hacer lo que me gusta no  lo puedo hacer mucho, lo intento para tener una vida normal por decirlo así.

Cuando era pequeña era muy sociable, ya no lo soy, evito mucho el acercarme, he encariñarme con alguien, pues hace mucho me traicionaron y decidí no volver a confiar en nadie, pues no era la primera vez. Yo pensaba y pienso que tengo una maldición, que siempre que me importa alguien, terminó perdiendo a esa persona de alguna forma, o me traición y me lastima.

Me dirijo hacia mi aula de clase, el molesto de Alexander dejó de seguirme cuando entramos al colegio. Al entrar a mi salón, todos están levantados y otros llegando. Mi puesto está justo en una ventana, estoy en el último puesto. En la escuela se reparten un puesto entre dos personas, y el de mi lado está vacío. Como dije anteriormente no socialismo mucho así que no me gusta juntarme con nadie, y a pesar de que varios de mis compañeros me hablan y son hables. Soy una persona que no le gusta el contacto físico, ni mucho menos estar entre multitudes o varias personas en un solo lugar y más si es cerrado.

Dentro al aula y me dirijo a mi asiento, cuando de repente una chica se me acerca antes de sentarme y me saluda. Su nombre es Rebeca García, es una chica muy tierna y es querida por muchos, ella constantemente se acerca a mi y me da mucha atención, pues anteriormente me dijo que quería ser mi amiga, y aunque le dije que no, que lo dejase de intentar su respuesta me dejó sorprendida.                                                                                                                                                                     —"no me rendiré, me caes muy bien, y eres una niña muy linda, quiero ser tu amiga, así tu digas que desista no lo are por que es lo que quiero y lo lograre  como sea".                                                          Así que es alguien testaruda pero me saca una sonrisa

—Hola!!!, como estas Celeste?— dice rebeca con mi brazo agarrado

—Hola Rebeca, bien y tu?— inconsciente le tocó un cachete al responderle, y esta se sorprende por unos segundos, pero después me abraza más fuerte el brazo 

—Eso me alegra mucho, yo estoy bien, y con esto mucho más que bien— me responde con una gran sonrisa, con sus ojos cerrados, esta acción produce mucha ternura en mi.

—Está bien, déjame me siento si— ella me suelta el brazo, pero al instante me dice— me alegraste el día— y sin más se dirigió hacia su asiento, y se sentó mirando hacia el frente 

Me senté y mire hacia ella, pues lo que dijo más aquella sonrisa con dolor, me hizo sentir como si de verdad le pasase algo, pero deje las cosas así. Me sorprendió a mi misma mis acciones hace unos instantes, creo que me he dejado llevar del sentimiento de volver a sentirme feliz con alguna amistad.

Pasan los minutos, y la maestra no había llegado, se suponía que la clase debió haber empezado hace más de 20 minutos. 

Siempre que llego temprano, o la maestra se demora en llegar leo libros, o escribo uno, hago lo que puedo. En este momento como la maestra se estaba demorando, saque mi tableta y conecto mis audífonos, y pongo la canción "if i killed someone for you".

La apago y solo me dejo llevar por la canción, me pierdo mirando el cielo, mi mirada y mi actitud demuestran lo fuerte que soy, pero no dice lo débil que soy, lo rota que estoy, tanto que a veces solo deseo morir, quedar en este sueño profundo y no despertar, mi vida es un caos, pero a pesar de mis caídas me levanto una y otra vez sin importar que.

Devuelvo mi vista y enciendo la tableta de nuevo, y justo cuando iba a entrar a leer un libro, veo que la maestra entra. Me quito mis audífonos, y me dispongo a la clase— la maestra carraspeó su garganta, para buscar la atención de los alumnos, y para hablar.