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CELESTE
Estaba en la cafetería almorzando, pues mis horarios de clase van de 6:30, a 2:00. nuestro horario es extenso gracias a las clases con garantía de que aprendemos más; con esto se dice que nos dan desayuno y almuerzo, después de todo es una escuela privada.
Mi familia es rica, pero a mi no me gusta presumir de ese dinero, por lo tanto , antes estaba en una escuela pública, donde nadie sabía a excepción del rector de dicha escuela, que era una niña con padres adinerados, pues no quería amistades falsas, pero me gané la oportunidad de ganarme una beca con mis esfuerzos para entrar en este colegio privado, y estoy aqui desde ya 6 años, y todos creen que yo soy una chica pobre becada.
Flashback
—Mama, entiendelo que no quiero depender del dinero para todo
—pero Celeste, como es que teniendo la oportunidad no la aprovechas, sabes cuantos quisieran estar en tu lugar, siempre tu padre y yo nos esforzamos por darte lo mejor
—y te lo agradezco, y no es que lo esté desaprovechando, ni mucho menos que no tome en cuenta sus actos, sabes bien que la escuela es en parte lo que menos quiero meter es el dinero, pues quiero tener mis propios logros, además estoy metida en otras clases adicionales, y te parece poco, madre no siempre puedo estar atenida a su dinero, en algún punto tendré que ganarlo por mi misma, no me quiero sentir como una inútil en la vida, quiero salir con mi esfuerzo adelante
—lo entiendo, pero aun asi, no sale de compras, no tienes una vida social, no sales a fiestas, ni sales con amigos, no gastas dinero, y eso que tienes una tarjeta Black, otra de American express, y una Centurión— lo dice en un tono bastante desconcertado— tus gastos no son muchos
—tu misma lo dijiste madre no son muchos, y es por que ya lo tengo todo, ustedes se encargan de darmelo todo, y si las uso solo que no muy seguido— lo digo tocándome la nuca con la mano
—como quieras mi niña, tu decides, pero jamas dudes en usarlas, eso si no por interesadas o interesados, esa gente no merece nada— dice rodando los ojos mientras se servía un vaso de jugo. Pues nuestra conversación era en la cocina. Se llevaba el vaso para tomar un sorbo pero se detuvo— ni mucho menos por un chico, de por Dios, eso me daría más rabia que cualquier cosa, por que no quiero que un idiota pretenda amarte cuando solo ama tu dinero.
—madre lo tengo presente, con quien crees que estás hablando— digo arqueando una ceja, y mi semblante serio— me mira detenidamente alrededor de cinco segundos— como sea— y sale de la cocina dejando el vaso en el lavaplatos
Me levanto y me dirijo al lavaplatos con mi vaso, abro el grifo y cojo jabón, empiezo a lavar el vaso de mamá y el mío, cuando escucho los tacones de mi madre acercarse de nuevo a la cocina, me doy la vuelta para verla entrar.
—por cierto se me olvidaba, ¿vas a aceptar esa beca, a pesar de que no la necesitas?
—si lo are, y no quiero que te interpongas, me lo gane con mi esfuerzo, y estoy orgullosa de ello, y quiero aprovecharla
—bien, como gustes
Y mi madre se retira de la cocina y me deja allí.— me hubiera gustado que tú y papá me felicitaran, y estuvieran orgulloso— lo digo en un susurro, y me doy la vuelta para terminar de lavar con los vaos
Al terminar me dirijo a mi cuarto, me siento en mi cama, y me termino acostando, cerrando mis ojos y tapandolos con mi brazo, doy un suspiro, y me quedo allí por varios segundo. De repente escucho como mi celular suena, me levanto dando un gran suspiro, me dirijo hacia mi escritorio y cojo el celular, al mirar veo que es un recordatorio de que debo entregar dos libros que preste, en mi biblioteca favorita, llamada, MUNDOS DE MISTERIO.
Con algo de frustración me dirijo asi mi closet y saco un buzo grande.
Yo soy una persona muy reservada y con gustos muy raros, pues me gusta mucho la ropa grande pero, de vez en en cuando me pongo ropa pegada a mi cuerpo. Aparte de que me pongo muchas cosas de mangas largas a pesar de no hacer frío, creo que por esa misma razón soy demasiado blanca.
Después de de cojer mi buzo negro, me dirijo hacia las pequeñas escaleras que están en una parte de mi cuarto. Pues aparte de mi cuarto hay una parte más arriba, como un ático personal, el cual lo convertí en mi oficina, en mi biblioteca. Me acerco a la repisa donde tengo los libros que debo entregar. pues al final los termine de leer una semana después de prestarlos, a pesar de que tenía un mes para devolverlos. Cojo los libros y bajo a mi cuarto, cojo una mochila y los meto.
Despues de recojer mi celular junto con mis diademas, me fijo que mi billetera este en la mochila, me la pongo y salgo de mi habitación, y bajó las escaleras, me dirijo hacia la cocina antes de salir, y me encuentro con Lucía. Ella es la señora del servicio, una ama de llaves.
—hola Lucia, ¿como estas hoy?— digo dirigiéndome hacia el refrigerador mientras ella está picando algunas verduras
—hola Celeste, muy bien gracias, ¿y tu que tal, como estas?— dice fijando su vista en mi deteniendo lo que estaba haciendo
—pues supongo que bien Lucí, la verdad es que no he tenido muy buena semana, pero bueno que mas le podemos hacer— dijo sacando una botella de agua del refrigerador, pongo mi mochila en la mesa de la cocina y meto el agua, me dirijo hacia uno de los cajones y saco unas papas y un ponqué, y los meto a la mochila
—que mal cele, pero no te preocupes todo estará bien, sé que lo podrás resolver— dice acercándose y poniendo una mano en el hombro de Celeste— y ¿a donde iras?— dice alejándose y sacando de uno de los cajones una chocolatina, y entregándomela