Mi teléfono comenzó a sonar a primera hora del comienzo de este nuevo día. Mire, era un número que no tenía registrado. Decidi responder pues nunca se sabe quizá era alguna emergencia.
—Bueno.
Dije mientras al otro lado de la linea oí un resoplido fuerte. Y de pronto una voz muy masculina dice.
—Kaela, que bueno que respondes.
—¿Quién eres?
—¿No me recuerdas?
—No sé quién es, deje de molestar si no lo dirá.
Estoy a punto de colgar cuando lo dice.
—Soy Marlón, nos conocimos en la universidad. Mara,tu y yo eramos grandes amigos ¿lo recuerdas?
—Claro que no.
Cuelgo sin más. Claro que lo recuerdo pero realmente no era un buen momento para hablar con ellos después de el momento tan extraño que vivi anoche recordando tantas cosas de las cuales ya habia olvidado. Cierro mis ojos y el teléfono suena de nuevo. Esta vez es mi jefe asi que respondo rápido.
—Kaela, un gusto saludarla. La molesto para decirle que la han estado llamando desde hace rato un tal Marlón, dijo que es algo muy urgente.
—Ignorelos deben ser estafadores.
—Saben mucho sobre usted dice que se conocen desde la preparatoria y que cursaron toda la universidad juntos.
—Pues deben ser unos estafadores profesionales, ignorelos por favor señor.
—Claro, si usted lo dice. Cuidese que tenga un buen día.
No termina de colgar, y de nuevo me está llamando Marlón, muchos recuerdos salen a la luz después de haber pasado mucho tiempo en la obscuridad, decido apagar el teléfono por lo más sano, no es un buen momento para hablar con ellos.No estoy lista para volver a ese pasado tan pesimista y triste realmente no quiero eso.
Decido que tomaré el tratamiento, así que iré al hospital a comentarselo a mi doctor, para que me ayude con el proceso, al llegar veo a la anciana de nuevo, realmente si voy a estar viniendo a este lugar no quiero que ella esté aqui, así que cuando ella esta distraida hablando con otro paciente, saco mi cartera del bolso y se lo escondo en el bolso que esta sobre su escritorio, será pan comido deshacerme de ella, a partir de esta tarde ella ya no trabajará más aquí. Me sonrio a mi misma, decido ir a sentarme como si nada, a esperar a que el doctor idiota me llame y no tarda en hacerlo.
—Quiero tomar el tratamiento.
Suelto sin siquiera saludar primero.
—Buenas tardes señora Kaela, antes que nada. Me alegra que decida tomar el tratamiento, estoy muy feliz por usted.
Lanza una sonrisa que realmente se ve tan forzada.
—Gracias, ahora digame que tengo que hacer.
Tras el papeleo y demás logró estar ya en trámite. Cuando salgo busco mi cartera para pagar y en ese momento recuerdo lo que hice antes, así que comienzo mi plan, logró engañar a todos, preocupandome, los policias que estaban afuera son llamados, comienzan a revisar las pertenencias de todas las personas que están aquí, y cada que se acercan a la estúpida anciana mi sonrisa torcida va apareciendo más y más, siento demasiada satisfacción. Al revisar encuentran mi cartera.
— ¿Esto es suyo?
Le preguntan a la anciana.
—¡Oh mi cartera!
Exclamo.
—Señora va a tener que acompañarnos, esto es muy grave.
El oficial mira a la anciana que tiene cara de estar estúpidamente asustada.
—Le juro que no sé como llegó eso ahí.
Dice ella.
—Oh, no se preocupen, no levantaré cargos sobre ella. Solo pido que ya no contraten gente así aquí.
El doctor que antes me habia atendido sale al oir tanto alboroto.
—¿Que sucede aquí?
—Su trabajadora ha intentado robarme, yo no contrataria a personas así.
—¿Es esto cierto?
El doctor mira a la anciana.
—Yo no sé como llegó eso a mi bolso, soy inocente.
Las lágrimas están a punto de salirle.
—Lo siento, pero si hay pruebas de que usted intentó robar es mejor que se vaya de aquí, está despedida.
—Pero doctor...
El doctor se da la vuelta y vuelve a su consultorio. La anciana me mira y yo tenia una gran sonrisa en el rostro, finalmente no tendré que ser atendida con su lentitud. Me doy la vuelta y me voy sin más. Decido ir a casa de Kris.
—Y entonces eso paso, hubieras visto su expresión. Esa perra tan lenta.
—Estuvo muy bien lo que hiciste, amiga. ¿Y por qué visitarás más el hospital?
Trago saliva al oir su cuestionamiento.
—Tengo que hacerme chequeos médicos, el doctor me lo recomendó principalmente por mi salud.
—Oh, esta perfecto. Muy bien que te cuides.
Después de eso evito hablar sobre cualquier cosa que se relacione con ese tema tan importante. Estoy tumbada en el sillón, viendo aquella película de esas infantiles que mi amiga ha puesto, como se llamaba ni siquiera sé, solo sé que es una chica rellena y de la nada pasa a estar delgada por usar unos zapatos. Estaba llevandome un puñado de palomitas a la boca cuando la oigo hablar.
—Dentro de tres días será la última fiesta para celebrar que tú y Jimmy se casarán. A partir de ahi ya vendrán las despedidas de solteros, y por último la gran boda. Me imagino lo feliz que debes estar, estoy tan orgullosa de tí, tus sueños se harán realidad. Realmente te envidio quisiera ser tú.
Kris me lanza una sonrisa. Cómo decirle que probablemente ni siquiera llegué a ser una anciana, como le explicó que estoy en un dilema bastante dificil, intento hablar pero me atragantó con una palomita. Al instante ella viene a darme golpes en la espalda, la palomita masticada sale de mi garganta después de tanto esfuerzo, pero hay sangre en ella.
—¿Estas bien?
—Si, lo estoy. Solo creo que mi garganta esta algo lastimada.
—Quedaté aquí esta noche.
Asiento con la cabeza, no estaría mal compartir tiempo de calidad con mi mejor amiga. Esa noche nos quedamos conversando sobre nuestros planes a futuro solo que yo omito la parte en la que ya no estaré y no podré cumplir nada de lo que estoy diciendo esta noche, sin embargo creo que es maravilloso compartir parte de mi tiempo ahora que me queda poco con las personas que amo.