Día 13

La mañana de este día me despierto con los rayos del sol que lograrán entrar por mi ventana. Me levanté y decidí prepararme. Estoy realmente tan feliz, podré matar a dos pájaros de un tiro, quien no daría todo por ser yo, tan genial e inteligente. Decidí poner en mi bocina a todo volumen la canción de "Me Too" de Megan Trainor mientras me arreglaba, sé que quizás me veo un poco tonta, pero no puedo evitar sentirme tan feliz por fin quizás mis malos tiempos conozcan ya su final y eso. es algo muy grandioso. Salgo después de terminar de arreglarme, hoy veré al señor Smith de nuevo pues pronto será la primera audición del caso y yo ya lo solucioné incluso antes de presentar el caso, espero un taxi en la entrada cuando de pronto alguien jala la manga de mi abrigo. .

—Prepararé un desayuno para ti, me parece que hoy estás muy feliz y realmente me entusiasma demasiado verte así.

Mara pone una bolsita en mi mano y tras decir eso se va, no me deja decir más. La guardo en mi bolso con cuidado, un taxi no tarda en pasar por la carretera y le hago la parada. Al subirme me quedo pensando en cosas del pasado, Mara era mi mejor amiga, ella sabía todo de mí hacia más de diez años, sabia cual era mi color favorito, incluso se podía pasar toda la tarde en mi casa haciendo idioteces sin sentido, hablando de aquellas bandas que eran populares en nuestros tiempos de adolescencia, pero un día sin más dejé de saber de ella, nunca más volvió a tirarse unas carcajadas que hacían eco por toda mi casa mientras estaba a lado mío, algo de mí decía que no podía confiar en ella del todo, pues me había abandonado después de todo, me sentía tan traicionada. Me gradué de la universidad y no volvi a saber nada de ella. Recuerdo aquellos días, mamá me decía que estaba bien, que después de todo mis amigos no debían ser personas como Mara, una niña sin ambiciones y poco agraciada, me dijo que amistades como ella no me convenían, esa idea se me metió tanto en la cabeza, que actualmente no podía ver más allá de Mara, realmente no era mi amiga, se fue sin decirme nada.

Mi madre trabajaba por las noches o al menos eso era lo que decía, siempre le decía a mi padre que era un inútil que ni para ser buen padre de familia servía, yo recuerdo muy bien sus discusiones, aún así papá me daba regalos cuando podía, yo no lo odiaba por no poder darme todo, pero mamá sí. Mamá me decía que yo tenía que ser abogada así que tenía que agarra el gusto por todo eso, porque ella no quería que yo fuese una perdedora como ella o papá. Papá no lo soporto mucho y se fue, poco tiempo después falleció y jamás volví a verlo. Mamá se casó, yo no sabía que hacer, ocurrieron muchas cosas después de que no supe nada de Mara ni de su paradero, quería buscarla, pedirle que me hiciera reír, pero tuve que pasar por muchas cosas sola.

Al llegar a mi oficina, revisaba algunos documentos importantes mientras esperaba la llegada del señor Smith, de pronto abrí mi bolso y vi la comida que me habia preparado Mara, la saqué con cuidado y abri el tupper en el que la comida estaba, el olor realmente me recordaba a algo. Mi mente voló a cuando Mara iba a mi casa a preparar comida, olía igual de delicioso que en aquellos tiempos, comencé a comer pues no lo pude evitar, el olor era irresistible, cada bocado me traía un recuerdo de alguna vivencia de aquellos tiempos. Al terminar, me limpie las comisuras de los labios con una servilleta que Mara puso en la bolsa. De pronto llamaron a la puerta, era el señor Smith.

—Buenas tardes, señorita Kaela. Estoy aquí.

Me puse de pie y le tomé la mano.

—Tengo la solución para su caso, pero debemos de ir a la primera audiencia. Usted no se preocupe.

Comencé a explicarle la situación y lo que debíamos hacer, el entendió y estuvo de acuerdo al instante. Entonces ya estaba, el caso se daría ganado para nosotros. Me desharía de una deuda y mi trabajo estaría bien hecho. El señor Smith se veía bastante apurado así que no tardó en irse. Me quedé de nuevo sola con mis pensamientos, la verdad es que este día había empezado bastante bien, lo único que me molestaba eran los recuerdos de mi pasado, definitivamente no quería volver ahí. Mi celular comenzó a sonar —era Mara. Decidi responder.

Hola, Marlón vino a vernos, de verdad que tienes que volver lo más pronto posible.

Las llevaré al cine y a cenar después.

La voz de Marlón se oyó después de la de Mara. Esta bien, solo por la comida de hoy tan deliciosa, aceptaría además no tenía nada de malo salir.

Esta bien, iré dento de unas dos horas, tengo que terminar un trabajo. Lo prometo estaré ahí a las siete.

Muy bien.

Exclamaron ambos antes de que cortará la llamada, definitivamente a veces uno no espera que sucedan cosas así en su vida, especialmente cuando tuviste un día lleno de recuerdos de tu pasado, no esperas que la gente llegue a tu vida en momentos así. De cierta manera, debía salir con ellos las posibilidades de hacerlo en el futuro eran realmente nulas, no podría.

Al darse las seis y media salgo de mi oficina. Tomo mis cosas y me dirijo a casa, decido tomar el transporte colectivo, realmente a veces uno piensa que esto no es especial, pero cuando sabes que te vas a morir y que ya tienes una fecha marcada, ves todo como si fuese especial, lo último que yo quería hacer era casarme con Jimmy, al menos si moría queria morir con el apellido Smith. La gente a mi alrededor se reía, conversaban y demás, realmente estaba lleno de vida, no me había equivocado al subir, recordaba los viejos días de escuela con Marlón y Mara. No tardé mucho en llegar a casa, cuando entré, lo vi cosa que me sorprendió habia dejado de ser aquel joven con sobrepeso para convertirse en un hombre realmente alto, era bastante atractivo para ser verdad. Corrió a saludarme con un abrazo.

—Estás cada vez más vieja.

Soltó Marlón mientras me encontraba entre sus brazos.

—Y tú, cuanto has cambiado. Es impresionante.