Hoy sería un día bastante importante. Pues sería la primera audiencia del señor Smith, es el primer pensamiento que cruza mi mente al despertar, ya tengo el plan. Nada podría fallar, me levantó. Mara aún sigue en su cuarto, para ser las siete de la mañana es normal. Me preparo un té y lo bebo tras eso tomo mis medicamentos aunque últimamente no sé si es que mi mente ha estado demasiado ocupada en los asuntos de mi vida diaria que podría jurar que en estos días parece ir todo normal ya que no me he sentido para nada mal, eso me recuerda que pronto tendré que verle la cara a Andrew de nuevo, para ir a una cita medica, los chequeos de rutina para ver como va el tratamiento. Tras terminar mi té, voy a mi cuarto a buscar mi ropa más elegante, me doy un baño. Me preparo bien, tras eso salgo a las ocho de la mañana hacia el trabajo. Reviso mi telefono mientras estoy sentada en el taxi, seguro Kris tiene una buena razón para haberme dejado anoche pienso, no hay ningún mensaje de disculpa, cosa que se me hace extraña pues Kris no podría estarme haciendo eso. Kris es mi mejor amiga.
Por mi mente no deja de pasar la pregunta de ¿por qué he llamado a Andrew? eso de verdad que es bastante confuso, inconscientemente siempre recurro a él o más bien algo me lleva hacia a él, ese sentimiento es tan extraño, al llegar a la oficina mi jefe me espera se ve bastante nervioso y no es para menos pues si falló en el caso del señor Smith nos podríamos ir a la ruina, incluso yo sentía cierta sensación de preocupación no lo negaba, era aterrador pensar en la posibilidad de fallar, mi jefe no me dijo nada pero cuando me vio aproximandome a la entrada se relajo al menos un poco. Respire profundo, realmente era la primera vez que estaba aterrada realmente esto era una locura bastante inmensa, estaba a punto de salvar la reputación de mi ex suegro que no habia hecho nada por mí, sin embargo por su posición no estaba en condiciones de mandarlo a la mierda como su esposa me habia mandado a mi, además me convenía pues me desharía de una deuda con el salón.
Estaba sentada en mi oficina, eran las doce en punto faltaban dos horas para que comenzará la reunión que ya estaba planificada, no paraba de mirar el reloj cada determinado tiempo, últimamente mi vida se había vuelto realmente un desastres, personas de mi pasado habían vuelto y no solo a mis recuerdos, también a mi vida, sentía cierta nostalgia, mi vida pronto conocería su final pero había momentos en que por estar tan ocupada con esto y con aquello no lo recordaba, aunque tenía mis dudas de si mi plan funcionaría me sentía bien, aunque sabía que habría muchas consecuencias malas después de mi fracaso, consideraba que quizá no me afectaría demasiado pues pronto iba a morir, pero pensar en la idea de estar moribunda de haberme quedado sin nada de lo que ya tenía asegurado y si a eso le sumabamos perder mi trabajo, iba a morir como una completa perdedora.
Me quede mirando el papeleo de lo que diría en la audiencia, volví a mirar el reloj. Era la una y media me sobresalté pues ya era algo tarde el juzgado no quedaba muy lejos de aquí por suerte, pase a ver a mi jefe antes de irme el solo me dijo "suerte" supongo que realmente estaba asustado aún, pero no fallaría. Caminé segura hacia el lugar. En ese momento entró una llamada —Kris.
—Lo siento mucho por lo de anoche, mi cabeza me comenzó a doler y solo pude irme.
—Esta bien, no importa. Kris, debo irme tengo algo muy importante que hacer, te devuelvo la llamada más tarde.
—Vayamos por un café más tarde.
—Bien.
Y así cuelgo la llamada, en este momento no tenía tiempo para pensar en nadie, me quería centrar en lo que era verdaderamente importante, la audición comenzó. Al principio mis piernas temblaban, pero conforme vi que trabajaba el otro abogado, su forma de trabajo era bastante peculiar pero tenía sus fallas, entonces le di al clavo. Sabía que se podría llegar a un acuerdo por fuera, así que después de que terminó la audiencia fui a hablar con el abogado y el otro cliente. Entonces cuando nos dimos la mano y firmamos un acuerdo ambas parte pude respirar con más tranquilidad, había salvado mi trabajo y el de más personas. estaba tan contenta.
—Kaela, aparte de pagar lo prometido. Te daré una cantidad extra, quizá te sirva para hacer un viaje pronto, disfruta la vida.
Puso un cheque sobre mis manos, me impresiono demasiado pero me hacía feliz el hecho de que todo había salido conforme a lo planeado. Volví a la oficina, todos parecían estar intranquilos, llegué con una sonrisa así que todos comenzaron a relajarse.
—¿Y el jefe?
Le pregunté a una de mis compañeras.
—No ha querido salir de su oficina, esto nos tenía estresados de ti dependía nuestro trabajo.
Asiento con la cabeza. Me despido y camino hacia la oficia de mi jefe. Llamó a la puerta.
—Si no eres Kaela, mejor no entres.
Abro la puerta y el que parecía estar afligido me mira con esperanza en sus ojos pero a la vez se nota aún cierta preocupación en su rostro, me tomó el tiempo de acomodar mis cosas para sentarme en las sillas que tiene frente a su escritorio, el solo me mira y analiza cada movimiento que hago.
—¿Y entonces como te fue?
Parece impaciente por saber incluso si solo han pasado cinco segundos, lo entiendo totalmente tu empresa podría irse a la ruina en tan solo segundos si fallaba algo con un cliente adinerado. Me acomodé el saco.
—Las cosas salieron a nuestro favor.
El jefe me mira desconcertado al principio pero después de unos segundos una sonrisa aparece en su rostro, el estrés, la preocupación desaparecen totalmente.
—Muchas felicidades Kaela, sabía que tu podías.
—Sabe, yo también tenía miedo esta mañana. Pero se logró, me esmeré y bueno sacamos lo mejor del caso y llegamos a un acuerdo para que se resolviera en una sola audiencia, el caso esta concretado.
—Habrá una cena hoy en tu honor para festejar tu victoria, más bien nuestra victoria. Tienes que venir, no puedes decir que no.