Un día más comenzaba la verdad es que el día de ayer habían pasado tantas cosas pero creo que la mayoría de ellas eran buenas, por una parte comenzaría a vivir lo que realmente quería una aventura sin expectativas por primera vez en mi vida quería vivir algo real, el mundo estaba aguardandome ahí afuera mientras tuviera vida, había algo para mí eso definitivamente era seguro, no perdería más el tiempo con personas que no lo valían, realmente pensarás que te hizo cambiar de opinión tan drasticamente, era verdad nadie podía cambiar de la noche a la mañana más para alguien como yo. Se que mi infancia no era excusa para ser la persona que era, sin embargo fue un factor determinante que hizo estallar lo que soy hoy.
Un aroma llegó a mis fosas nasales, era algo delicioso. Incluso con la puerta cerrada era capaz de olfatear ese buen aroma a alguna buena comida que había preparado Mara, mire mi reloj eran las siete de la mañana, tenía que ir a trabajar pero creo que podía llegar a tiempo aún quedandome a comer el delicioso platillo preparado por mi amiga. Me levanté y antes de cualquier cosa fui a darme un baño, me arreglé y sali justo media hora después de haberme despertado. Al salir de la habitación, Mara estaba dandome la espalda pues estaba centrada en la estufa.
—Ese aroma es espectacular.
Dije y Mara volteó al instante tras escucharme.
—Y el sabor lo será más, sientáte ya casi está y te serviré.
Me mostró una sonrisa, le agradecí realmente estaba bastante feliz este día, que nada podía arruinar eso, después de terminar mi desayuno salí, esta vez decidí tomarme el día y salir a caminar sola, le avisé a mi jefe y sin dudarlo me cedió el día eso sería gracias a mi gran logro, caminé hacia el parque, estaba solo, entonces la vi de nuevo la chica que vi en mi sueño cuando estaba en el hospital.
—Finalmente llegaste Kaela.
Su voz era tan tranquila, esta vez estaba un poco más presentable. Me miro, sus ojos parecían irritados, pero aún así una sonrisa ilumino su rostro, sin duda sabiendo que yo no la conocía me senté a su lado.
—Hola.
La mire y no pude evitar sonreir para ella, le limpié una lágrima que rodaba por su mejilla que era redondita, la hacía ver aún más tierna de cualquier forma. Me senté a su lado tras eso, ella solo me miro.
—A veces la vida te sorprende con demasiadas cosas, ¿no es así Kaela?
Asentí con la cabeza.
—Tu vida de ahora en adelante realmente se va a poner de cabeza, tanto como la mía pero no te frustres vas a sentirte más viva que nunca, incluso si no falta mucho para tu final.
En cualquier momento eso me hubiese dado tanto miedo, pero venía de ella, así que solo suspire y la mire. Parecía que ella realmente no estaba pasando por un buen momento, sin embargo aquí estaba.
—¿Podré cambiar?
Me atreví a preguntar.
—Mi querida Kaela—. Me miro fijamente y acarició mi cabello—. Todo cambia, mi niña. Tú también puedes, solo espero lo hagas para bien de ahora en adelante, sin embargo no será fácil.
—Una última pregunta.
Ella asintió a modo de respuesta.
—¿Por qué yo?
—Yo también me he preguntado tantas veces eso mi querida Kaela. Debe ser porque somos fuertes y pase lo que pase, vamos a superar cada piedra en el camino.
Cerré mis ojos y la abracé fuerte, enserio sentía familiaridad con ella, como si la conociera de toda la vida. Correspondió a mi abrazo, fue un momento cálido. En ese momento al abrir mis ojos, volví a mi realidad, estaba yo sola en la banca, quizá me estaba volviendo loca, me quede mirando un rato hacia la carretera hasta que vislumbré una silueta bastante familiar que venía hacia mi dirección.
—Kaela, tengo que hablar contigo. De verdad que soy un idiota.
Jimmy se aproximaba hacía mí.
—Qué sucede?
—Pasemos este día juntos, te prometo que todo va a cambiar.
Extendió su mano frente a mí, no podía negar que a pesar de lo que había dicho muy en el fondo algo de mí, quería de nuevo lo que había perdido, recordaba la conversación. Todo puede cambiar, es cierto. Quizá había tomado una mala decisión precipitandome pensando en ese dichoso viaje. Tomé la mano de Jimmy sin más, la entrelazó fuerte con mi mano, en ese momento me sentí como nunca. Mi corazón latía bastante rápido.
—Vayamos al cine, después iremos a cenar y después quiero que te quedes esta noche en mi casa.
Asentí con la cabeza. Lo dejé guiarme hasta la plaza de la ciudad, caminabamos de la mano. Miraba lo alto que era, me sonreía cada que podía, realmente me sentía en el cielo, al entrar a la sala de la película que elegimos, ya sentados, se acercó demasiado a mí y dejaba pequeños besitos en mi cuello, lo veía ponerse tímido, realmente me sentía algo extraña. No sabía si eran los nervios o la emoción de estar de nuevo con él, pero había algo realmente extraño. Entonces lo hizo dejó de juguetear y me besó con tanta pasión.
—Jimmy, para nos van a sacar de la sala.
—Eso no me importa—.Alejó sus labios de los mios para decir eso con la respiración entrecortada—. Solo quiero besarte y no parar. Soy un idiota.
No habían pasado ni dos segundos cuando terminó de hablar y de nuevo sus labios ya estaban tocando los míos, le seguí el beso, había olvidado como me besaba, realmente en ese momento sentía mariposas en el estómago. Me había olvidado incluso del engaño ahora realmente dudaba de eso, de lo que Mara dijo. Kris era mi mejor amiga, siempre lo había sido quizá ella estaba enamorada de Jimmy pero eso no me aseguraba que él lo estuviese de ella. Mi cumpleaños número treinta y uno estaba cada vez más cerca, muy probablemente sería el último, mientras caminabamos a un buen restaurante, pensaba eso.
—En dos semanas va a ser tu cumpleaños, vamos a celebrarlo a lo grande.
Jimmy soltó de la nada, parecía que había leído mis pensamientos.
—Tu madre aún debe odiarme, eso me quedó muy claro.
—No creo que lo haga ahora, después de todo salvaste a nuestra familia de irnos a la quiebra.