Estaba durmiendo placidamente después de haber tenido un gran cumpleaños el día de ayer, cuando golpeteos en la puerta principal me despertaron, no eran delicados, por un momento me asusté, oí que Mara salió de su habitación supongo que se asomó a ver quien era y luego escuché que volvió a su habitación, fue algo extraño, siguieron golpeando la puerta, me levanté más a fuerza de ganas.
—Que ganas de tocar como un animal.
Me quejé mientras llegaba a la sala. Me dirigí a la puerta, la abrí sin pensar y ahí estaba. La persona que menos quería ver en mi vida, mi madre. Creeme si ella fuera tu madre tampoco te agradaría asi que no me juzgues. La mire de arriba a abajo, ella me sonrió. Estaba a punto de preguntar como es que se atrevía a venir aquí después de desaparecer de mi vida como si nada pero se adelantó:
—Vamos hija, ¿que es esa cara? tu reina está aquí.
Trate de contener las miles de malas caras que quería hacerle. Se desaparece de mi vida y luego viene aquí como si nada, probablemente me estaba buscando porque necesita algo, pero es tan habil que no me dirá hasta que pase un tiempo, claro. Sus maletas estaban detrás de ella y no solo traía pocas, traía como diez si no es que mi vista exagera.
—Vamos mi niña, llevame a esa habitación extra que tienes voy a vivir contigo ahora.
Chilló con un tono alegre. Pero qué mierda, ni siquiera sabe si puede, ni siquiera pregunta y esta diciendo pura idiotez es una mujer bastante sin vergüenza. Esta a punto de pasar.
—No, no lo harás. Te dejaré quedarte esta noche, pero después te largas no te quiero aquí más que esta noche y eso sí vas a dormir en el sillón.
Su sonrisa se le borró al instante. Creanme es lo más que se merece, ella me desprecio y por su culpa soy lo que soy, ah sí y para el colmo despreció a mi papá también e hizo más barbaridades que yo desconozco aún.
—Vamos hija, no bromees. Te necesito.
Me sonrío de nuevo.
—A ver, vamos a ver. "Te necesito" te haré una pregunta, ¿donde estabas tú cuando yo dije esa frase? Conociendo Europa, ah no espera,de seguro estabas derrochando el dinero de tu nuevo esposo en ropa y cosas innecesarias.
—Vamos cariño, por mí es que tienes lo que tienes. Vas a casarte con un adinerado y esta casa va a ser mía. Tendrás hijos y cuando pase eso me vas a entender.
Prohibido las emociones fuertes, suspiré profundamente. Es que esta señora enserio era un dolor de cabeza. La hice pasar y metí sus maletas rápido para que ningún vecino mirón estuviera viendo mi vida familiar.
—¿Te das cuenta la estupidez que estás diciendo? es que tu no sabes ni una mierda.
Aunque traté de controlarme no pude más y salió mi ira. Mi madre o esa señora que se hacía llamar mi madre, me miro confundida.
—Mi niña, pero si esa es tu realidad. Crees que no sé que te vas a convertir en una Smith, ahora que te vas a casar, dime ¿cuando es la boda?, ¿puedo ayudar al gran evento?, vine a la boda de mi hija por eso estoy aquí.
Que se jodan los malditos Smith. Me fui a mi cuarto y escuché como mi madre intentó abrir el cuarto de Mara, pero no lo logró. Mara seguro había cerrado por dentro, al poco rato la oí prender el televisor, si claro madre, esta es tu casa y no necesitas pedir permiso, desconsiderada. Pero mi madre era así. Tomé mis cosas y salí, fui a caminar, tomé un respiro, se supone que el pasado se había ido pero ahora mi madre que por cierto sigue con la idea del pasado estaba aquí. Me quede sentada en la banca del parque, por qué tenía que pasar esto ahora me tomé la cabeza con desesperación, mi madre si que es una mujer horrible, volví al poco rato, Mara seguía sin salir. Comencé a preparar la cena porque mi madre no podía siquiera tocar la cocina, seguro durante este tiempo tuvo chefs personales.
—Vamos hija, me vas a poder mantener con el dinero de tu marido. Por cierto debes decirle que estoy aquí hagamos una cena hoy mismo, tengo que conocer a mi yerno y ganarmelo para que me de dinero y pueda darme mis gustos, yo necesito tener empleados, más a partir del día que te cases porque me vas a dejar aquí solita, una persona como yo tiene que estar muy bien.
La ignore mientras ella hablaba. Pero siguió:
—¿Crees que sea dificil sacarle dinero a tu marido? No lo creo, si te acuestas con él no dudará en hacer nada que tu quieras, le das sexo a cambio de dinero. Eso es y lo tienes comiendo de la palma de tu mano.
Que cosas decia, no se tiene respeto ni siquiera a ella misma. Es bastante tonta.
—Mamá con todo respeto, una pregunta.
—Por fin, por fin me diriges la palabra. Preguntame lo quieras, mi niña.
—¿Te das cuenta de que solo sale pura tontería de esa boca que tienes?
Mi madre me miro un poco molesta pero se contuvo. Sé que quiere algo, por eso no me ha gritado.
—Hija, no estoy siendo grosera contigo, no entiendo porque tu estas siendo tan hostil conmigo.
—¿Quieres que te lo diga como es?
Me eché un poco de la pasta que estaba preparando a la boca. Sabía bastante bien a pesar de que hacia tiempo que no cocinaba, mi mamá me miraba atenta.
—Vamos dime, que tengo que saber. Dilo como es.
Noté cierta desesperación en su tono. Tomé un gran respiro mientras preparaba los platos para servirnos la pasta.
—Vamos hija,dimelo.
Estaba bien, solo quería ponerla impaciente. Y la verdad es que tampoco sabía como debía decir lo que tenía que decirle, la mire, puse su plato enfrente de ella pero su mirada estaba clavada en mí que el plato paso desapercibido. Me metí un bocado de pasta a la boca, ella seguía mirandome.
—Nada de lo que dices va a pasar. Ni habrá boda, no voy a tener hijos y nunca te voy a entender.
Su mirada se tornó confusa.
—¿Tuviste una discusión con tu novio? tranquila todo tiene solución.
Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, es que mi mamá no pensaba en nada más, más que el dinero. Ella no entiende.