Mis últimos días

Día 29

Cuando despierto me doy cuenta de que Mara ya no se encuentra a mi lado. Me levanto y salgo de la habitación. No es díficil encontrar a Steven y Mara sentados en un pequeño comedor. Mientras Steven parece estar picando alguna especie de verdura. Mara solo tontea mirandolo.

—Buenos días—Digo mientras me estiro.

—Buenos días, princesa Kala—Steven sigue centrado en lo que hace.

—Buenos días, Kae—Mara me mira con una gran sonrisa.

Tomo asiento a lado de Mara y los miro a ambos.

—Tengo una duda, ¿cómo es que se conocieron?

—Pues..., verás...—Mara se queda pensativa—.Es una historia un poco graciosa.

—No lo es—Me aclara Steven.

—Entonces te concedo el permiso para que lo digas tú.

Mara se cruza de brazos.

—Soy amigo de Jimmy—Al oir salir eso de la boca de Steven mis músculos se tensan, ambos lo notan y Steven prosigue—.Por supuesto es más por obligación en estos momentos.

—La cosa es que, nos encontramos ese día justo después de todo lo que pasó—Mara mira a Steven con una sonrisita.

—Sí, así fue—Steven se aclaro la garganta y desvío la mirada primero hacia Mara y luego hacía mí—. Por eso fui grosero al principio.

Lo vi levantarse con un traste en las manos. Al no haber respuesta siguió.

—Las cosas que me contaron y lo que ví. Me hicieron pensar que eras una persona como Jimmy—Se oyó que estaba en el fregadero de los trastes.

—Supongo que sí era así—Suspiré—. Pero eso ya es pasado.

—Lo sé, pero creo que para dejar ir todo eso—Steven dejó de hablar un momento mientras ponía el traste de la verdura bajo el chorro de agua—. Tienes que comenzar a cambiar mucho más. Espero este viaje te sirva.

No dijimos más de ese tema. Porque Andrew apareció y comenzó a molestar a Steven. Mara solo me miraba con una sonrisa. Y yo solo podía pensar en lo mala que había sido durante este tiempo.

—Tenemos mucho que ver y tú estás aquí lavando...—Andrew se asomaba a lo que contenía el traste de Steven—.Lo que sea que sea eso.

—Es verdura. Siento que necesito comer un poco.

—No creo que vayas a perder tu delgadez solo por darle gusto a tu paladar unos días.

Siguieron conversando. Mara no dejaba de verme y se encargó de crear nuestra propia conversación.

—Deberíamos ponernos nuestros bikinis e ir a andar a la playa.

—Sip.

La verdad es que tenía unas ganas de meterme al agua. Así que antes de ir a cambiarme, salí a la terraza. Mara salió detrás mío. La playa se miraba desde aquí, había una familia. Unos niños jugando y sus padres mirandolos con tanta ternura mientras sonreían. Me enternecí, pero a la vez me dio tanta tristeza. No tardamos en oir la voces de Andrew y Steven aquí afuera.

—Nunca tendré una familia así de bonita—Comente con Mara.

—Las esperanzas son mayores, quizá algún óvulito pueda hacerte madre.

Mara paso su brazo por mis hombros. Y entonces Andrew y Steven llegaron a nuestra altura donde ya podían oirnos.

—Quizá Andrew podría ofrecerse a ser el padre.

Soltó Mara y yo me quede pasmada cuando este miro a mi amiga lleno de curiosidad. Bendita zanahoria.

—Ves la familia de allá—Mara señaló al lugar donde antes mirabamos cuando hice mi comentario. Cuando Andrew asintió, ella siguió hablando—. Pues Kae, dice que nunca tendría una familia así de bonita.

—Sí que podría aunque se muriera—Agregó Steven a la conversación.

Mara seguía abrazandome.

—Sí puedes—Andrew me miro y no sé si fue el reflejo del brillo del sol en sus ojos o tal vez la posibilidad de que tuviera esperanza en ellos.

Mire de nuevo al frente. Cerré mis ojos. Me ví a mi con Jimmy hablando sobre tener hijos y él dijo que era bastante joven para ser padre.

—Tal vez podríamos ir a ver un especialista de la fertilidad. Todo sería in vitro—Andrew me dijo cuando Mara y Steven se habían ido a cambiar—Y sí tu quieres yo podria, yo podría...

Abrí mis ojos y lo mire tenso, nervioso.

—Ajá,¿tú podrías?

—Ayudarte en todo lo que pueda—Completó él.

Me da una sensación de que eso no era lo que iba a decir. Pero supongo que algo lo detiene. Tal vez su amor por la otra chica, desde ayer había estado pensando en eso, era tal vez lo mejor. Yo iba a morir y así el no sufríria aunque quizá yo sí, un poco. Por verlo con otra.

—Gracías. Tengo que considerar eso. Iré a cambiarme.

Él solo asintió y yo fui a hacia dentro para la habitación. Eché una mirada antes de entrar al cuarto y lo mire ahí viendo el paisaje aún. Después de que terminamos de cambiarnos, incluido Andrew que tardó un poco más que todos. Nos fuimos a la playa. Ya cerca de la orilla.

—¿Quieres que te ponga bloqueador?—Mire a Mara.

—No, quiero que lo haga alguien más. Mira y aprende—Esbozo una sonrisita coqueta—Steven ¿puedes ponerme bloqueador?

Steven abrió los ojos . Mientras Andrew aunque tenía lentes de sol se notaba que lo miraba y quería burlarse. Steven se acercó a Mara y asintió. Cuando Steven puso una mano sobre la piel de Mara esta se tensó demasiado. Pero aún así resisitió. Mientras estaban en lo suyo Mara me miraba de reojo hasta que pudo clavarme toda la mirada.

—No esperes que yo te ayude—Mara hizo una pausa—. Puedes decirle a Andrew que te ayudé.

Con razón, con razón. Ahora tenía todo el sentido del mundo. Le gustaba molestar. Andrew pareció querer acercarse pero se frenó en seco cuando hablé.

—Esta bien, puedo yo sola.

Comencé a frotarme el bloqueador y la única parte que me faltaba era la espalda. No sé ni cómo ni cuando. Pero entonces noté que una mano más grande que la mía me quitaba el bloqueador de las manos y comenzó a frotarme la espalda. Su mano era muy suavecita.

—Tu mano es muy suavecita, Andrew.

No tuve ni siquiera que mirarlo. Sabía que era él. Su aroma se impregnaba en mis fosas nasales. Sonreí.

—Tienes gustos muy raros,Kae.

La voz de Mara me sacó del trance. Steven comenzó a reírse. Y Andrew seguía frotando mi espalda llegando a la parte arriba del bikini.



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En el texto hay: despedida, romance, amor

Editado: 12.12.2024

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