Misericordia #1

#11: Juls

—¿Hemos burlado al diablo? No lo creo —Suelto en Alemán, el idioma que mi padre me inculcó desde pequeña.

No se cuanto tiempo llevamos en la carretera, por que en lo único que me concentro es en el aire que golpe con intensidad mi rostro, alejando todos aquellos recuerdos lejos de mi. Soy consciente de todo lo que he retrocedido esta noche, se que nunca debía venir a este lugar pero a veces nuestras debilidades son la mejor arma para nuestro enemigo y el mio seguia siendo yo misma.

Mi padre un hombre robusto, alcohólico, drogadicto, agresivo y de gran reputación, se había encargado de que yo conociera el negocio, aquel a el cual se dedicaba, me enseñó a defenderme cuando apenas tenía seis años, a los siete me enseñó a utilizar un arma, a los ocho me enseñó a no tener sentimientos ni lastima hacia nadie que me rodeara, a los nueves me enseño a memorizar cada una de las drogas que existía, a los diez me enseñó a beber cerveza, a los doce me enseño a manejar, a los catorce organizo mi primer pelea en el lugar en el que todo era ilegal, cuando llegue a la edad de diesiseis años mi vida estaba perdida en su totalidad, a los diecisiete años encontraron a papá muerto.

Así era como todo esto había comenzado, todo esto era culpa de aquel hombre que día con día fue construyendo a un monstruo uno imparable e indomable. Se que aquella chica sin sentimiento sigue dentro de mi, se que habrá ocasiones en que ella saldrá a la luz pero también se que ya no tendrá tanto poder dentro de mí, porque he conocido el lado bueno de la vida, puedo decir que he tocado el cielo mismo con las manos, ese que ha sanado todas mis heridas. 

Puedo ver el portón de casa a lo lejos, se que al entrar por las puertas de la mansión Charlie explotara, se que se ha mantenido tranquilo en ese lugar para no llamar la atención pero dentro de la mansión se que no tendrá ni un poco de piedad, así que me preparo para lo que seguirá.

El guardia de seguridad que está de turno, nos abre de inmediato al vernos a los dos arriba de la moto así que no tenemos problema alguno de llegar hasta el pórtico donde se estaciona Charlie inmediatamente, antes de que pueda decir algo desciendo de la moto y me encamino rápidamente hasta el interior de la casa. La casa está en completa oscuridad, el silencio que invade la casa hace que pueda caminar con mayor confianza, como si lo de hace un par de minutos nunca hubiera pasado, pero cada acción tiene consecuencia y la mía tenía nombre y apellido. 

— ¿A dónde diablos vas? —Pregunta soltando las llaves sobre la mesa más cercana a nosotros causando un fuerte ruido dentro de la mansión.

—A mi habitación, ¿a dónde más podría ir? —Dejo salir con ironía al ver las intenciones que Charlie tiene de despertar a todos.

—No se tal vez podría regresar con tu novio delincuente —Suelta con desagrado —Tal vez así ambos puedan terminar donde hoy pudiste haber acabado —Me recuerda como si yo le hubiera pedido que me sacara de ese lugar, tal vez, me había salvado de un lugar que no quería volver a pisar ni hoy ni nunca, pero eso no quería decir que no hubiera podido escapara sin su ayuda.

—Yo no pedí tu ayuda —Explotó mientras rompo la distancia entre nosotros —Créeme soy completamente capaz de manejar un auto y te podría apostar que lo haría mucho mejor que tu.

—No me hagas reír —Dice con arrogancia, una arrogancia que llena mi alma de rabia — Apenas y puedes mantenerte de pie por ti misma, tienes que vivir a costa del dinero de alguien más para... —Alzo mi mano con la intención de estampar sobre su perfecto rostro pero de inmediato soy detenida por su mano, la cual sostiene con firmeza mi muñeca —Ni siquiera lo pienses —Aprieta más su agarre sobre mi muñeca mientras ambos nos observamos fijamente demostrando el odio que existe entre ambos.

—¿Que diablos pasa aquí? —Suelta una voz grave y ambos sabemos que se trata de nada más y nada menos que nuestro padre.

—No pasa nada, sólo una discusión tonta —Digo antes de separarme de Charlie pero este me lo impide al retenerme de la muñeca.

—Lo que pasa padre, es que tu hija santa ha estado con un delincuente toda la noche y si no fuera por mi ahora mismo estaría en la cárcel —Suelta Charlie de inmediato sin importarle absolutamente nada.

—¿Es eso cierto Juls? —Me pregunta mi padre a lo que me dedico a asentir —Estoy muy decepcionado de ti, creí que después de todo lo que habías pasado te alejarias de todo lo malo que antes te rodeaba pero veo que me he equivocado —Dice y mi corazón se entristece en extremo, pues a pesar de que el señor Woods no era mi padre biológico se había convertido en el único que en verdad quería.

—Te lo dije padre, ella lo único que quiere es tu dinero —Suelta Charlie a mi lado —Por eso no tiene familia, por eso esta sola en este mundo por que ella no tiene corazón y nunca lo tendrá —Termina y en seguida lo azotó contra la pared mas cercana del lugar, aprisionando su cuello con mi codo, el cual se mantiene firme.

Y es como si todo hubiera perdido enfoque, como si la chica del que tanto tiempo me he escondido saliera a flote revelando mi verdadera idéntica, revelando los ojos del diablo, aquel que me retenía a su lado. La parte racional en mi cabeza grita patalea y lucha por poder salir pero era imposible, pues ya no hay vuelta atrás.

 




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