Misericordia #1

#14: Charlie.

Observar la gran ciudad de noche desde el ultimo piso de la empresa de mi padre siempre ha sido fascinante para mi y para mis hermanos. Crecí dentro de estas cuatro paredes, donde hice miles de travesuras, donde reí hasta morir junto a mi padre y donde conocí mi verdadera vocación. Por eso me fui a Nueva York hace algunos años atrás para terminar una carrera en gerencia internacional y un par cursos en comercio internacional, así que al estar aquí como uno de los gerentes de una empresa tan grande como la de mi padre es en definitiva un sueño cumplido.

Pero aun cuando todo parece salir bien a mi alrededor, mis emociones sienten como si aún faltara algo más para completar aquella felicidad por la que tanto he luchado. Mi corazón se siente inconcluso y es ahí cuando me pregunto: ¿Qué es lo que me hace falta?

Mi celular vibra sobre mi bolsillo izquierdo distrayendome  de las miles de preguntas que invaden mi cabeza cuando todo se encuentra callado. Así que resignado tomó mi celular entre mis manos para ver de quién diablos se trata pero al ver en nombre de Cameron sobre la pantalla una gran sonrisa aparece en mi rostro y sin mas contesto su llamada.

—Es mejor que tengas una buena excusa para que me llames a esta hora —Suelto sin despegar mi mirada de la hermosa vista que me regala la ciudad.

—-Ya veo que estás de mal humor ¿te bajo? —Suelta en forma de broma, lo cual me hace reír.

—No soy tu, amigo.

—Me conoces bien. 

—¿Qué necesitas? —Pregunto después de recuperar mi aliento, el cual he perdido a causado las estupideces de mi amigo.

—Estoy en Prairie Avenue en la casa de mi novia, llamaba para preguntarte si ¿querías venir?—Pregunta con una voz chillona la cual consigue que ría de nuevo.

—Claro que si, mi amor —Contestó siguiendo así su estúpido juego, el cual sin duda parece divertirnos de la misma manera.

—Okey me pondré mi labial mientras tu llegas así te podré besar cuando te vea ¿que dices? 

—Llego en quince —Es lo único que digo antes de terminar la llamada y salir de la oficina dejando atrás la maravillosa vista.

Me encamino hasta la enorme salida del edificio, no sin antes despedirme de Rogelio, el amable guardia de seguridad que se encarga de cubrir el turno de la noche y de inmediato el frío viento nocturno rodea todo a mi alrededor. Apresuro un poco más el paso hasta adentrarme a mi auto, el cual se encuentra cruzando la calle, para así prender el auto y empezar con el recorrido a la mansión para poder cambiar este incómodo traje por algo mucho más cómodo.

Todas las noches justo cuando regreso a casa suelo mirar aquella cafetería en la cual trabaja Juls, a veces me estaciono del otro lado de la calle y la observo trabajar durante mucho tiempo y hay días como hoy, en los que simplemente bajó la velocidad para poder observarla un poco antes de irme, así que antes de seguir con mi camino, la busco entre el enorme ventanal del local y me sorprende mucho ver que ella no está en el mismo lugar de todos los días.

—¡Muévete capullo! —Grita alguien detrás de mí haciendo sonar la molesta bocina de su auto. 

Así que sin más vuelvo a poner en marcha el auto, dejando atrás las miles de incógnitas que invaden mi cabeza.

Cuando llego a casa, las luces se encuentran totalmente apagadas a excepción de una pequeña lámpara al lado de las escaleras, la cual suele dejar encendida Juls todas las noches antes de dormir. Así que después de cambiar el traje por algo mucho más casual, salgo de mi habitación no sin antes tomar las llaves de mi motocicleta, la cual no manejo desde hace algun par de años.

Me detengo frente a la a puerta de Juls con la esperanza de este ahí dormida descansado pero al girar la puerta y abrirla me encuentro con la habitación totalmente vacía y sin mas me adentro a ella con la esperanza de que nadie llegue y me vea dentro de la habitación de Juls, pues ella suele dejar su puerta bajo llave todas los días antes de salir de casa.

Si, se que sueno como un acosador y tal vez lo sea, pero a veces no puedo parar de ver cada uno de los movimientos que hace, es algo que no podría explicarme ni a mi mismo.

La curiosidad me mata y de un momento para otro me encuentro revisando el mismo cajón en el que encontré aquellas cartas, las cuales muero por seguir leyendo, pero me sorprendo al ver que ya no hay nada dentro de aquel cajón, ninguna de esas cartas se encuentran ahí simplemente hay una pequeña nota en la cual se puede leer: "Podemos esconder los demonios que nos rodean pero nunca podremos escapar de ellos".

Trato de entender un poco más la nota que se encuentra entre mis manos, en verdad que todo lo que me rodea ahora mismo no tiene ningún sentido, desearía poder descubrir todo lo que rodea a Juls, muero por saber su pasado y mataría por poder saber lo que pasa en sus dia a dia.

 Y es ahí cuando desearía cambiar muchas cosas de mi pasado, desearía poder saber un poco acerca de ella, desearía poder tener una buena relación como todos mis hermanos la tienen con ella, en verdad desearía haberla aceptado desde el primer día que llego a casa, desde aquel día en el que sus ojos cautivaron los míos.

 

 

 

 




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