Misericordia #1

#16: Charlie.

El trayecto a  Prairie Avenue no es tan largo como esperaba, gracias a la hora que es la avenida y calles se encuentran totalmente solitarias para acelerar un poco mas de lo normal, así que cuando me estaciono frente a la enorme casa puedo ver que hay mucha mas gente de la que me había imaginado  y no me sorprendo al ver a Cameron fuera de la gran casa fumando un par de cigarros mientras platica con un par de chicos, quienes parecen fascinado por lo que sea que mi amigo este diciendo. Mi amigo para de hablar cuando me ve estacionarme frente a la casa, caminando de inmediato en mi dirección.

— Veo que aun tienes a bestia —Suelta al ver mi motocicleta.

—Ocasiones especiales merecen medios especiales —Desciendo de ella para poder saludar a mi amigo, el cual corresponde de inmediato.

—¿Tengo que ponerme celosa? —Suelta alguien a nuestro lado, lo cual hace que desviemos la mirada hacia ella, quien sonríe un poco antes de pasar sus manos sobre el dorso de mi amigo, quien sonríe ante tal acción.

—Claro que no, amor —Suelta mi amigo a su novia antes de depositar un beso sobre los labios de ella.

—Azul —Digo en forma de saludo a lo que ella corresponde con un movimiento de cabeza -Feliz Cumpleaños.

—Gracias.

—¿Cuéntame cómo te va en la empresa de tu padre? —Pregunta mi amigo al ver la incomodidad que existe entre ambos.

—Bien, hemos estado teniendo algunos nuevos proyecto... —Comienzo a platicar un poco acerca de lo interesante de los nuevos proyectos, comenzando una conversación interesante hasta que alguien corre hasta donde nos encontramos.

—Azul —Jadea la persona en dirección a la pelirroja.

—Richard ¿Qué pasa? —Pregunta ella alarmada poniendo distancia entre ambos.

—G está en problemas —Escuchamos susurrar al muchacho, quien no pierde el tiempo antes de correr de nueva a la casa, seguida por azul, quien no se detiene ni por los gritos que le lanza Cameron.

—¿Quien es G? —Le preguntó a Cameron, quien se encoge de hombros, intentando hacernos un espacio para entrar al lugar.

—No lo se —Deja salir mi amigo antes de empujar a las últimas personas que bloquean nuestro camino.

Hay una pelea en medio de la multitud, le están dando una golpiza a alguien que me es imposible ver su rostro, pues se encuentra en el suelo, recibiendo golpe tras golpe. Nadie que valore su vida en este lugar se mete en una pelea, veo algunos que disfrutan del espectáculos y unos pocos sienten pena por la persona que se encuentra ahí, yo soy una de ellas. 

Todos nos sorprendemos al ver la facilidad con la que la persona se levanta pero aún mas nos sorprende la facilidad con la que golpea a la chica que antes golpeaba su cuerpo sin compasión alguna y aun cuando la tiene en el suelo, no para de golpearla, no hasta que la chica deja de moverse dejándola ahí sobre el suelo sangrando poniéndose de pie nuevamente encaminándose hasta el hombre robusto, el cual parece ser la segunda persona que la golpeaba pero me sorprende aún más cuando Azul aparece dentro del circulo para detener a que parece ser una chica, antes de que continué pero eso no parece ser suficiente para detenerla, pues en seguida se deshace del agarre de la pelirroja, continuando su camino hasta que Peter se une a la fiesta para detenerla de igual manera, diciéndole algo que la hace descuidarse, dándole tiempo suficiente para que Azul enreda su mano sobre el cuello de la chica, deteniendola.

—Vámonos —Me dice Cameron pero me detengo al ver el rostro de la chica.

Me paralizo al ver el rostro de Juls frente a mí, sus ojos se encuentra por un momento antes de desviarse hacia otra persona, la persona que heredó todo esto, quien sonríe en su dirección antes de desaparecer entre la multitud.

 Camino hasta donde Juls se encuentra a paso firme y la tomó del brazo obligándola a caminar a mi paso.

—Suéltame —Me pide en un susurro pero ni siquiera me molesto en contestar, ni mucho menos en soltarla.

Esto era el colmo, empezaba a estar harto de todos los secretos que ella suele esconder, harto de todos lo problemas que causa pero mucho más los sentimientos que crecen en mi interior cada vez que la tengo cerca.

—¿Que diablo paso? —Preguntó mientras cierro la puerta del baño en el que nos hemos adentrado, dejándola libre antes de bloquear la puerta con mi cuerpo.

—Nada —Suelta mientras se sienta sobre la tapa de la taza para así esconderse detrás de sus manos, las cuales sangran.

Me encamino hasta el lavamanos en busca de algo que me ayude a poder curar aquellas heridas, encontrándome con un botiquín, el cual trae todo lo necesario para poder limpiar sus heridas. Me arrodilló frente a ella para tomar así una de sus manos lastimada, logrando que su rostro quede al descubierto.

—Deberías de irte a casa —Suelta tan cerca de mi que logra distraerme de mi trabajo como doctor —Este lugar no está hecho para ti.

—Eso es lo que yo debería de decir, ¿no crees?.

—Creo que aun no sabes todo lo que esto conlleva.

—Claro que lo se, se el tipo de personas que son, se a que se dedican y se que todos buscan algo aquí —Contestó con enfado antes de terminar de limpiar ambas manos —Pero veo que tu sabes mas cosas que yo, la verdadera pregunta aquí es: ¿De donde conoces a Peter y al resto de su banda? No son personas conocidas por lo amigables que son.

Ella parece pensarlo antes de responder —No los conozco de nada— Dice sin expresión alguna.

—Eso no es lo que parecía hace unos segundos —Suelto antes de ponerle seguro a la puerta —Creo que tendré que investigarlo por mi mismo —Con la intención de que pueda sacar alguna información de todo este problema.

—Tu no preguntaras nada —Suelta muy cerca de mi rostro.

—¿Quien me lo impedirá? ¿Tu?

—Si es necesario lo haré.

—Eso ya lo veremos —Suelto a centímetros de su rostro, mientras mi mirada se desvía a esos labios carnoso que he probado más de una vez.




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