Misericordia #1

#17: Juls.

¡Debes parar! ¡Para de una maldita vez!

Grita mi subconsciente ante la cercanía que Charlie y yo hemos adquirido en tan solo unos segundos. Y es que todo ha subido de nivel, ambos respiramos agitadamente ante la falta de aire pero ninguno de los dos tenemos la intención de separarnos.

Las manos de Charlie descienden por mi columna hasta llegar hasta mis muslos impulsando para que enrede mis piernas sobre su cintura, rompiendo todo el espacio entre ambos..

—Debemos parar —Digo jadeando mientras me saca mi camisa por la cabeza, dejándome solo en sostén.

—Si deberíamos hacerlo —Dice de igual manera pero ninguno de los dos hace el intento por separarnos —Pero ambos sabemos que no es lo que deseamos —Suelta antes de volver a juntar nuestros labios.

Desearía decir que está equivocado, pero he esperado mucho tiempo para este momento. Ambos sabemos que la atracción entre nosotros siempre ha estado presente. Así que dejo de luchar contra esto y dejo que mi cuerpo se deje llevar por las sensaciones que Charlie me regala con cada beso hasta que quedamos completamente desnudos, uno frente al otro, con las pupilas dilatadas y la respiración agitada y sin previo aviso se adentra en mi, haciéndome soltar un leve grito a causa de la sorpresa.

—¿Te he lastimado? —Pregunta deteniendo sus movimientos a lo que respondo con un leve movimiento de cabeza, dándole luz verde para continuar con esto.

Ambos sabemos lo riesgos que esto traerá después, ambos estamos conscientes de las consecuencias que esto nos traerá a ambos pero en estos momentos no es algo que nos preocupe. No mientras me invade en todos los sentidos posibles, no parece tener importancia alguna, no hasta que ambos terminamos. Todas las ideas parecen volver justo en el momento que la adrenalina entre nosotros termina y el peso de la culpabilidad nos invade de inmediato a ambos.

—Esto a... —Trata de decir Charlie pero es interrumpido por un par de golpes provenientes de la puerta, alentandonos a ambos.

—G ¿estas bien? —Pregunta Peter desde el otro lado de la puerta, donde parece que todo ha vuelto a la normalidad.

—Si Peter, estoy bien —Respondo bajándome de la lavamanos para empezar a vestirme nuevamente —Dame dos minutos —Termino de decir encontrándome con la mirada penetrante de Charlie.

—¿Porque te llaman G? 

—Solo es un apodo que me pusieron hace algunos años —Respondo lo más tranquila que puedo, mientras le pasó su respectivas prendas, obligandolo a que comience a vestirse.

—¿Y porque no sabía que los conocías desde hace años? —Suelta cuando está completamente vestido.

—Primera porque no eres mi padre para que lo sepas, segunda no eres nada mio y tercero, porque son cosas de mi vida que no comparto con nadie, mucho menos contigo— Suelto de mala gana, antes de terminar de vestirme —Esto a sido un error —Digo con determinación tomando la iniciativa de salir de este pequeño lugar pero mi camino es interferido por el cuerpo de Charlie.

—Tienes razón en todo lo que has dicho —Suelta en voz baja muy cerca de mi cara —Mas te equivocas al pensar que con esas simples palabras dejaré que todos tus malditos secreto queden de lado, dejame decirte que te equivocas, no descansaré hasta revelar cada uno de ellos.

—Que tengas suerte con ello —Suelto una carcajada antes de rodear su cuerpo.

—¿Te da miedo que pueda encontrarme con el verdadero demonio que eres? —Suelta justo cuando estoy girando la perilla del baño.

—Tal vez, te encuentre con el diablo —Salgo de lugar sin detenerme ni un solo segundo, no hasta que encuentro a azul en la puerta del la gran casa.

—¿Estas bien? —Pregunta de inmediato mientra me envuelve entre sus brazos.

—Si, estoy bien.

—¿Que diablos fue lo que pasó? —Me pregunta antes de soltarme.

—Lo siento a sido totalmente mi culpa.

—Sabes lo que significa, ¿verdad? —Me pregunta con cierta ansiedad —No debí invitarte, sabia el peligro que correrías, lo siento.

—No te disculpes, no fue tu culpa —Digo con sinceridad —A demás no podía perderme el cumpleaños de mi mejor amiga —La envuelvo en mis brazos tratando de transmitir un poco de paz a mi amiga.

—Te he echado mucho de menos —Se suelta a llorar en mi hombro y se me parte en corazón a ver a mi amiga así —Nada es lo mismo, todo es una mierda que deseo que  termine, ¿sabes?

—Oye —Le digo mientras la separo de mi hombro para poder ver su rostro —Todo esto acabara, tenlo por seguro —Afirmó con tanta confianza que me da miedo no poder cumplir con esta promesa.

—Gracias —Susurra antes de limpiar todo el rastro de lágrimas que hay sobre su rostro —Sabes que puedes quedarte con mis abuelo, ellos estarían encantados de que los visites—Me invita Azul, regresando a nuestro problema principal.

—Sabes que a mi también me encantaría visitarlo pero tengo en mente otro lugar —Dibujó una sonrisa torcida en dirección a mi amiga, quien sonríe de igual manera.

—G —Llama nuestra atención la voz gruesa de Peter, quien camina hasta donde ambas nos encontramos — Es mejor que te vayas —Suelta con bastante discreción señalando a un par de personas alrededor, personas que antes los ojos de los demás parecen normales pero para nosotros no tanto.

—Pensé que tendría un poco más de tiempo —Suspiro antes de empezar a caminar hacia la salida.

—¿Un poco de ayuda? —Me pregunta Azul con una media sonrisa.

—Solo una pequeña distracción —Sonrió al ver que mis amigos han entendido —Yo me encargo del resto —Sonrió antes de salir de la enorme casa.

Y justo en el momento que mis pies tocan es césped la pelea empieza dentro de la casa, desde donde me encuentro puedo escuchar los gritos de guerra, los vidrios rotos, golpes y miles de gritos que ignoro lo mejor posible.

—¡Juls! —Gritó alguien detrás de mí llamando mi atención encontrándome con los ojos furiosos de Charlie, quien camina con paso apresurado hasta donde yo me encuentro.




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