Al llegar a Nueva York, lo primero que me imagine encontrarme fue con no encontrar taxi disponible, quedarme atascado en el tráfico o tal vez ser aplastado por las muchas personas que suelen invadir el aeropuerto de la ciudad, mas sin embargo, nunca me imagine encontrarme aquí a la causante de mi mal humor, aquella que sólo desaparecía como si nadie se diera cuenta de su ausencia.
Justo esa misma noche le había pedido al chofer del taxi que me dejara en Central Park, pues el hotel no quedaba tan lejos desde allí, dándome oportunidad de caminar un poco sobre el hermoso luga. Me lleve una gran sorpresa al verla sentada junto a una ansiaba de pelo blanco, con la cual parecía mantener una conversación demasiado íntima para ser ella.
¿A ella si puedes contarle todo, no es así? . Reprocha mi subconsciente al ver la manera con la que se desenvuelve, algo que sin duda yo no había podido lograr, aun sabiendo la desconfianza que merecía su parte, sabía que no iba a poder parar hasta saber mas de ella, de la chica que alguna vez fue mi amiga.
—¿Juls? —Llamo su atencion —¿Qué diablos haces aquí? — Pregunto al ver que no tiene intenciones de responder.
—¿Lo conoces? —Pregunta la anciana en dirección a ella, quien se limita a observarme.
—Si, el es Charlie, mi hermanastro —Suelto sin ningún tipo de expresión en dirección a la anciana, quien parece conocerme de inmediato.
—¿Ese Charlie? —Susurra la anciana, acercándose más a Juls, tratando de que yo no escuche ni un poco, lo cual es imposible, pues solo me encuentro a cuatro pasos de distancia — No me dijiste que era tan apuesto —Termina por decir antes de apartarse de Juls, quien niega con la cabeza en forma de desaprobación pero que no puede evitar sonreír ante tal comentario.
—Es un gusto conocerla —Extiendo mi brazo en dirección a la anciana, quien seca sus manos sobre su pantalón de forma nerviosa, antes de estrechar mi mano —Soy Charlie.
—Soy Bella, mucho gusto. —Se presenta antes de retirar su mano de la mía, rompiendo con la amable presentación —Juls me ha hablado mucho de ti —Suelta antes de que la castalla pueda interrumpirla, ganándose un par de miradas de reproches por parte de ella, quien se dedica a negar con su cabeza.
—Espero que haya dicho cosas buenas sobre mí —Trato de continuar con la plática con la intención de que ella pueda contarme más cosas de las que alguna vez Juls me contó, pero lo único que obtengo es un profundo silencio de parte de ella, quien parece intercambiar un par de mirada con la castaña antes de asentir y ponerse de pie.
—No puedo decir mucho, pues tengo que llegar a casa pronto pero ha sido un verdadero placer conocerte —Sonríe en mi dirección antes de darse la vuelta alejándose de donde nosotros nos encontramos.
Cuando he perdido por completo la cabellera blanca proveniente de la anciana de hace tan solo unos minutos, me volteo con la intención de encarar a Juls pero al hacerlo me doy cuenta que ella ya se encuentra lo bastante lejos de mí como para encararla, así que tomó de nuevo mi maleta y me encamino hasta poder alcanzarla.
—Oye —Gritó a poca distancia para llamar su atención pero me ignora sin ni siquiera detenerse un poco, así que acelero un poco más el paso — ¿A donde vas? —La detengo tomando uno de sus brazos, quien de inmediato se tensa bajo mi tacto.
—Suéltame —Dice en voz baja sin ni siquiera dirigirme la mirada, lo cual me hace reforzar un poco más mi agarre sobre ella.
—No, esta vez no —Suelto con determinación, antes de obligarla a encararme —Estoy harto de que siempre me estés evitando, eso se acaba hoy.
La manera en que sus ojos me observa me desconcierta, pues no hay ni una pizca de enojo, ni mucho menos de valentía como suele ser cada vez que ambos estamos juntos, hoy su mirada es diferente, como si estuviera harta de todo lo que suele rodearla, harta de mi así como de ella misma, simplemente parece derrotada.
—No tengo intenciones de discutir contigo, lo único que quiero es llegar al hotel en el que me estoy hospedando para poder descansar —Suelta en voz baja antes de librarse de mi agarre para empezar a caminar.
No hago el intento de detenerla, me limito a caminar a lado de ella para poder acompañarla hasta donde se encuentra su hotel,algo que no parece incomodarle, pues no suelta ninguna palabra ante mi constante compañía.
—Aquí es —Se detiene en la entrada de un pequeño edificio —Gracias por acompañarme —Termina antes de adentrarse en el pequeño edificio.
Se que debería irme pero algo dentro de mi se niega a dejarla en este pequeño lugar teniendo en cuenta que ambos tenemos suficiente dinero para pagar todo un hotel completo, si lo desearamos.
—¿Porque te estas hospedando aquí? —Lanzo la pregunta sin importarme las personas que nos observan con bastante interés.
—Es cómodo —Es lo único que dice antes de detenerse en una de las habitaciones del primer piso, introduciendo así la llave correspondiente sobre ella.
—Eso no es cierto —Me detengo justo frente a ella, dejando a un lado el equipaje que traigo conmigo —Ambos sabemos que puedes pagar todo un hotel completo sin trabajo alguno.
—Tal vez tu puedas pagarlo, pero yo no, ese dinero es de tu padre, no mío.
—¿Por qué diablos dices eso?, todos en mi casa te quieren incluso mas que a sus propios hijos.
—Deja de tratar de ser amable, quieres — Suelta con bastante molestia, perdiendo aquella tranquilidad que tenía hace tan solo un par de minutos —Solo dime, ¿Que es lo que realmente quieres? —Recarga su peso en el umbral de la puerta para demostrar un poco de interes.
—¿Quieres que te diga la verdad?—Preguntó en su dirección obteniendo una respuesta afirmativa por parte de ella — Lo único que busco es ser amigos como los primeros meses que nos conocimos —Suelto mientras mi subconsciente alza un pañuelo blanco en señal de tregua, sorprendiéndome aún más la que sonríe que la castaña frente a mí dibuja— ¿Dije algo chistoso? —Suelto desconcertado ante la actitud graciosa que ha tomado.