Misericordia #1

#25: Juls

No se cuanto tiempo llevo observandolo dormir, y sin duda no es algo que me importe, pues aun no puedo creer los hermosos días que he podido pasar con él, sin miedo a demostrar lo que siento o lo que me aterra y para ser honesta siempre había deseado este momento, nunca había sido un secreto para mí, la atracción que tenía por Charlie Woods, pues no estaba ciega como para no reconocer que el chico recostado junto a mi, era uno de los más sexys que habia conocido en mi vida.

"El amor es para gente estúpida". Escucho decir a mi padre de nuevo justo como lo hacia cuando era pequeña y mamá nos abrazaba, nos contaba un cuento o celebraba alguno de nuestros cumpleaños, el siempre solía recordarme aquello, algo en que llegue a creer durante mucho años pero que justo en este noche no tiene ningún poder sobre mi, no después de haberlo conocido, sin duda hoy podría decirle a mi papá que por primera vez en su vida estaba equivocado.

You look as good as the day i met you —Te ves igual de bien que el día en el que te conocí — Resuena sobre la obscura habitación, alertandome que alguien me llama, pero ¿quien diablos sera a esta hora?

—¿Bueno? —Respondo, no sin antes haberme alejado lo bastante de Charlie para no despertarlo.

—¿Gaby? —Pregunta una voz masculina al otro lado del la línea, y un escalofrío recorre mi espalda, pues desde hace muchos años nadie me llama así —Soy Ed —Suelta de repente e inmediatamente me alarmo, pues Ed, era el que se encargaba de mis heridas cuando era necesario.

—¿Que ha pasado? —Pregunto de inmediato, pues se de antemano que algo a pasado —¿Estas bien?

—Si, si estoy bien —Responde al ver la manera tan alarmada en la que suelto las preguntas —Te llamo porque ha surgido algo con M —Suelta en nombre verdadero de mi amiga y es cuando se que algo malo ha pasado y por primera vez en muchos años, siento que mi corazón se detiene al escucharlo decir aquel nombre.

—¿Qué diablos ha pasado? —Preguntó con desesperación antes de empezar a buscar mi ropa por toda la habitación para que pueda irme de aquí de una vez por todas.

—Calma —Me pide desde el otro lado de la línea como si no habláramos de mi mejor amiga —Ella y el bebé están bien...

—Espera, ¿has dicho bebe?.

—Si —Afirma en seguida —¿No lo sabías?.

—No, no lo sabia —Paso mi mano por todo mi rostro para poder calmar mis nervios.

Y es que hablamos de un embarazo, no de cualquier maldita cosa.

—Tiene dos o tres semanas de embarazo.

Dos o tres semanas de embarazo, ¿pero cuando pensaba decírmelo?

—Pero creo que lo mejor es que vengas tú misma a verla, se niega a hablar conmigo de lo que verdaderamente pasó, simplemente dice que fue un robo pero tu y yo podemos asegurar que fue mucho más que eso.

—Estre ahí lo más pronto posible —Suelto antes de empezar a buscar mis pertenecías.

—Perfecto.

—Y Ed —Habló antes de dar por terminada la llamada —Gracias por avisarme.

—No hay de que —Suelta en un susurro —Para eso siempre estamos, no lo olvides —Termina antes de colgar.

—Siempre —Suelto en dirección a mi celular antes de bloquearlo.

No espero ni un momento más de inmediato me pongo a buscar todas y cada una de mis pertenencias para poder partir rumbo a Chicago.

—¿A dónde vas? —Pregunta la voz ronca de Charlie, quien se restregar los ojos para despejar todo el sueño y con ese simple hecho quisiera quedarme y comérmelo a besos.

—Ha surgido una emergencia en Chicago, así que tengo que regresar de inmediato —Descartó mis ideas absurdas, pues mi amiga es la que está allá en una cama de hospital.

—Esta bien —Suelta antes de levantarse, no sin antes alcanzar todas y cada una de sus prendas que he puesto sobre la cama, no hace mucho tiempo.

—¿Que haces? —Preguntó en voz baja al verlo cambiarse frente a mi, como si lo hubiéramos hecho hace años.

¡Madre mía! Trago grueso cuando lo tengo perfectamente desnudo frente a mí, con aquella ropa interior de Calvin Klein perfectamente ajustados, lo hace ver como todo un perfecto modelo, como todos aquellos bombones de cada comercial he incluso tanto como Shawn Mendes y es que nadie para el momento podía haberlo superado, no hasta que el castaño se ha puesto frente a mi, sin duda si el hiciera un comercial, sería el mejor.

—No es obvio —Suelta distrayendome de mis perversos pensamientos —Iré contigo.

—No, claro que no.

—No te estoy preguntando, iré contigo —Suelta antes de dirigirse hasta donde está su maleta, la cual se encuentra en una de las esquinas de la habitación, lista para salir —Nos vamos —Me dice antes de terminar de ponerse su camisa junto con su chaqueta, la cual lo hace ver mucho más guapo y joven de lo que sin duda ya es.

—Idiota — Suelto antes de pasar frente a él, lo que hace que suelte un par de carcajadas antes de seguirme.

El transcurso de regreso no es tan largo como había esperado, fue mucho más sencillo conseguir un par de boletos de lo que había imaginado, el vuelo no fue tan agotador como imagine y la llegada fue igual de la que la había esperado.

El aeropuerto se encuentra lleno y fue demasiado difícil encontrar nuestras maletas, la igual que poder tomar un taxi.

—Al hospital por favor —Le pido al taxista sin esperar ni un segundo más.

—¿Por que el hospital? ¿Que ha pasado? —Suelta Charlie observandome como si eso fuera a funcionar conmigo.

—Azul ha tenido un accidente —Me limito a decir y el guarda silencio, lo cual agradezco, pues justo en estos momentos mi humor se ha esfumado por completo.

Cuando llegamos al hospital una de las enfermeras del lugar nos espera para guiarnos hasta la habitación de mi amiga, informándome su estado y  del porque Ed no pudo recibirme, lo cual entiendo a la perfección, así que antes de entrar a la habitación le agradezco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.